jueves, 26 de octubre de 2017

El dedo en la llaga: las reacciones públicas al libro Amores Imposibles

Documentación de las reacciones en la prensa provocadas por la publicación del libro Amores Imposibles del Rabino Eliezer Shemtov
Introducción
En diciembre de 2007 salió publicado en Montevideo el libro Amores Imposibles que contiene dos diálogos electrónicos que el Rabino Eliezer Shemtov sostuvo con dos jóvenes católicos quienes recurrieron a él para que les explique por qué era que los judíos estaban en contra de los matrimonios exogámicos, o sea entre judíos y no judíos.
No fueron diálogos simplemente teóricos: cada uno de los dos jóvenes estaba en una relación afectiva con un judío y no entendían por qué hubo tanta oposición a ella por parte de los padres judíos.
El rabino, con respeto y paciencia se dedicó a contestarles sus preguntas y aunque quizás no estuvieran del todo de acuerdo con él, entendían mejor los motivos. No se trataba de un rechazo hacia el que no era judío, sino de la preocupación por la perpetuación del pueblo judío.
El 14 de febrero de 2008 salió publicada una entrevista en la Revista Galería, suplemento del semanario Búsqueda, en la cual José Gallo le habla extensamente sobre el libro y el tema de los matrimonios mixtos.
Las reacciones públicas no tardaron el llegar.
El tomo que tiene en sus manos es la recopilación, de todo lo que salió en la prensa en ese entonces, sin comentarios ni censura.
Este material histórico servirá como materia prima para todo aquel que le puede interesar analizar y pofundizarse en las polifacéticas implicancias de dicha tormenta.
INDICE
1. VaYVen (Suplemento Diario el Observador – 9.2.08)
2. Revista Galería (Suplemento del semanario Búsqueda – 14.2.08)
3. Semanario Búsqueda (Cartas al Director – 21.2.08)
4. Semanario Hebreo (Reseña – 28.2.08)
5. Semanario Hebreo (Matrimonios ¿Mixtos? – Juan Raul Fereira 28.2.08)
6. Semanario Búsqueda (Cartas al Director I, Eliezer Shemtov – 28.2.2008)
7. Semanario Búsqueda (Cartas al Director II, CCIU – 28.2.08)
8. Semanario Búsqueda (Cartas al Director III, Mauricio Zieleniec –28.2.08)
9. Semanario Búsqueda (Cartas al Director, Eliezer Shemtov – 13.3.08)
10. Semanario Hebreo (Matrimonios Mixtos: continúa la polémica – 6.3.08)
11. Semanario Hebreo (Al correr de los versículos- 6.3.08)
12. Semanario Hebreo (Eliezer Shemtov – 13.3.08)
13. Carta Comité Central Israelita del Uruguay – 14.3.08
14. Semanario Búsqueda (Cartas al Director: Eliezer Shemtov y el Papa – 13.3.08)
15. S.Prepucio (Burbujas de Amor – mayo 08)
16. Respuesta a S. Prepucio – 8.8.08
17. Semanario Búsqueda (Cartas al Director “Amores Imposibles”, Eliezer Shemtov – 5.6.08)
18. Búsqueda (Cartas al Director “Amores Imposibles” – 13.3.08)
19. Semanario Hebreo (Rab. Maarabi, entrevista con Sem. Hebreo – 13.3.08)
20. Semanario Hebreo (Rafael Porzecanski – 24.4.08)
21. Semanario Hebreo (Respuesta al Desafío Porzecanski -29.5.08)
22. Semanario Hebreo (Lic. Rafael Winter “Rufo” – 10.7.08)
23. Semanario Hebreo (Textos, Contextos y Pretextos. Eliezer Shemtov – 17.7.08)
24. Respuesta completa al Lic. Winter. Entregada. No publicada.
25. Voces del Frente (No 159) Columnistas (Sale una mixta – 3.4.08)
26. Voces del Frente (Voces de idea y vuelta – 15.5.08)
27. Revista Kesher (Mi Reacción Ante las Reacciones Eliezer Shemtov – Abril 08)
28. Revista Kesher (Carta del Lector: Pensé que Era judío – Julio 08)
29. Uruguayescribe.com (Doctor Guillermo Caetano – 27.10.08)
  1. Mensuario Identidad (Abril 08)
  2. Mensuario Identidad (Respuesta a Identidad – Mayo 08)
  3. Mensuario Identidad (Respuesta del Director – Junio de 08)
  1. Mensuario Identidad (Respuesta a Identidad – Agosto 08)
  2. Mensuario Identidad (Correo del Lector – Agosto de 08)
  3. Mensuario Identidad (Correo del Lector – Agosto de 08)
  4. Mensuario Identidad (Respuesta a Identidad – Setiembre de 08)
37. Mensuario Identidad (Correo del Lector – Director responde – Set. 08)
38. Mensuario Identidad (Respuesta a Identidad. Rabino Shemtov)
39. Mensuario Identidad (Respuesta a Shemtov y mucho más… – Octubre 08)
40. Mensuario “3030”
41. Respuesta enviada a “3030” (Entregada. No publicada)
42. Respuesta a S. Prepucio (Enviada Junio 08 y no publicada)
43. Haaretz.com (Sección: Rosner ́s Guest: – 10.06.08)
44. Disertación del Rab. Shemtov en Mesa Redonda ORT – 4.8.08)
45. El País Cultural (Hay que leer Amores Imposibles)
46. Revista Kesher (El Pluralismo Fundamentalista)
1.
VaYVen
Suplemento del diario El Observador Montevideo, 9.2.08
Ensayo
Insumos para el debate
Amores imposibles Rabino Eliezer Shemtov Empiria, 2007, $290
Con base en su experiencia, el autor presenta su particular visión en un tema por lo menos discutible – el problema de los matrimonios mixtos entre judíos y cristianos – y que se describe en el prólogo como “una puñalada al corazón del pueblo judío”. Dos diálogos reales y un artículo componen este tomo. A primera vista políticamente incorrecto, que invita a repensar.
2.
Revista Galería del Semanario Búsqueda Montevideo, 14 de Febrero de 2008
Sí quiero, pero me dicen que no debo
José Gallo
EL LIBRO “AMORES IMPOSIBLES”, DEL RABINO ELIEZER SHEMTOV, PLANTEA UNA DISCUSION DE LARGA DATA: LOS MATRIMONIOS MIXTOS ENTRE JUDIOS Y NO JUDIOS Y SU COMPLEJIDAD
“La palabra traición suena fuerte, pero es verdad. Un judío que opta por casarse con una persona no judía está traicionando a su pueblo”. En persona, amplificadas por el eco en las paredes de la sinagoga vacía, las palabras del Rabino Eliezer Shemtov son aún más categóricas que en la primera página de su libro “Amores imposibles – Diálogo sobre el problema de los matrimonios mixtos entre judíos y cristianos” (Empiria Editores, Montevideo, 2007).
Allí dice: “Cada vez que eso (un matrimonio mixto) ocurre, se produce un debilitamiento en la cadena milenaria del pueblo judío. Es una puñalada al corazón del pueblo judío”. Con el número de uniones entre judíos y no judíos creciendo – el libro habla de cristianos, pero la prohibición divina refiere a todo aquel que no sea judío – era de esperar que las palabras de Shemtov generaran discusiones públicas en torno al tema, pero no fue así.
“Quizás no se habla porque es difícil hacerlo sin ofender a otras personas; cuando alguien no tiene claro el por qué, huye del tema”, explica Shemtov tranquilo, pero muy seguro. Sabe de lo que habla, sus fundamentos son claros y bien estructurados, aun para los oídos de un interlocutor que no cree en las palabras de la Torá y que no saldrá de allí pensando igual que él. Pero ése no es el problema. “No digo que tienes que creer en mi sistema, quiero que entiendas su coherencia, como yo entiendo la coherencia del tuyo. No vengo a convertirte, vengo a que comprendas que no tiene nada que ver con que no me gusten los no judíos, sino que acato una orden divina”, aclara.
Después de casi una hora de charla, la lectura de un libro de 200 páginas y decenas de argumentos, Shemtov ya no parece tan obstinadamente radical como cuando comienza a presentar el tema. Desde una postura dura, a veces dolorosa, pero nada discriminatoria, Shemtov defiende con maestría en el campo de la discusión teórica su identificación absoluta con los preceptos de la Torá y, a partir de ellos, la imposibilidad de los matrimonios mixtos.
Sin embargo, la práctica diaria muestra una realidad que no siempre concuerda con esos fundamentos. Patricia, Ana, Alejandro, Cecilia y Adriana se enfrentaron a una situación de unión mixta y cada uno optó por su propio camino. Alejandro y Adriana son judíos de nacimiento, pero encontraron una razón más fuerte que la ley divina que le ordenaba “no te cases con ellos, no des a tu hija al hijo de él, y no tomes la hija de él para tu hijo”. Cecilia y Ana optaron por seguir el proceso de conversión, aunque por motivos muy diferentes. Patricia lleva muchos años casada, no se convirtió y nunca entendió eso como un problema. Sin importar la decisión tomada, cuatro de estos cinco casos prefirieron no dar sus verdaderos nombres para respaldar sus testimonios. Amores imposibles o no, los matrimonios mixtos entre judíos y no judíos implican mucho más que una alianza entre dos personas.
UN PAJARO SE ENAMORA DE UN PEZ. Su amor será posible siempre y cuando ambos se encuentren en la superficie del agua, pero en cuanto alguno de los dos – o los dos – quieran alcanzar su máximo potencial como seres, deberán separarse. El pájaro no puede seguir al pez a las profundidades, el pez no puede seguirlo a las alturas.
La presentación simple y metafórica del problema de los matrimonios mixtos aparece ya en la tapa del libro “Amores imposibles”, donde los dos animales se miran a través del vidrio de una pecera, sufriendo esa separación.
El trabajo del rabino Eliezer Shemtov – Jabad de Uruguay perteneciente a la congregación Lubavitch – se divide en tres partes. La primera, muy escueta, sirve como introducción a la problemática y la visión del autor sobre el tema. Sin embargo, funciona como un excelente resumen para lo que vendrá. Allí menciona el concepto de “traición” del judío que quiere casarse con un gentil (una persona no judía), la gravedad de tomar esa decisión “por falta de conocimiento”, el error de sucumbir a la presión social de “hacer lo correcto” o los inconvenientes futuros de aquellos que toman ese camino pensando a sus hijos como “hijos virtuales”, sin considerar los problemas reales que deberán enfrentar.
La segunda parte consta de la transcripción de una serie de mails que Shemtov intercambió con Juan y Alejandra, cuyos nombres fueron cambiados para ocultar sus identidades. El primero mantiene una relación con una chica judía, pero son rechazados como pareja por la familia de ella. La segunda ya terminó su relación con un chico judío y busca en Shemtov la explicación a una serie de factores que no comprende por qué llevaron a la ruptura.
La tercera y última es un texto de su autoría referente a la problemática de los matrimonios mixtos y publicado originalmente en el “Semanario Hebreo”.
IMPOSIBLES. “Uno es judío o no lo es. La mujer con quien forma familia es judía o no. Los hijos que uno engendra son judíos o no. No es una cuestión de premio o castigo: es cuestión de hecho. El haber encontrado al ‘amor de tu vida’ no la transforma en judía ni a sus hijos en judíos”, asevera Shemtov en la introducción,
La ley divina plantea la imposibilidad del matrimonio entre judíos y no judíos, haciendo que esa diferencia sea la base del problema para Shemtov. En el artículo, el rabino lleva la discusión más allá, separando la cuestión de “quién es judío” del “qué es ser judío”.
Luego de descartar algunas opciones, Shemtov se centra en que es su Neshamá (alma) la que distingue al judío. “Cada judío tiene la misma esencia que cualquier otro, la cual hereda de su madre. Es el común denominador que relaciona al judío ruso con el sirio, el yemenita, canadiense o marroquí, a pesar de que no hablen el mismo idioma y tengan idiosincrasias diferentes”, explica el autor.
“La única diferencia es el grado de manifestación de esa esencia que logra expresar. En algunos se manifiesta a cada momento, en otros se la ve una vez al año, y en otros puede llegar a expresarse una sola vez en la vida”, agrega.
La afirmación fundamenta una razón esgrimida por Juan – cuestiona que la familia de su novia no cumpla con muchos de los preceptos de la Torá, pero sí con el que lo descarta como pareja -, pero también da pie a uno de los dos puntos claves por los que, según Shemtov, el judío llega a casarse con uno que no lo es: ocultar la diferencia.
“Para muchos, la oposición al matrimonio mixto parece ser una actitud elitista, incluso racista. Si bien parece ser una actitud ‘irracional’ (de los padres que niegan que su hijo o hija se una a un no judío), la atribuyo a la Neshamá que poseen. La Neshamá no deja aceptar con los brazos cruzados que el hijo cruce esa ‘línea roja’ que corta la cadena generacional milenaria”, comenta Shemtov.
“El mero hecho de decir que soy judío implica que no es no judío. Es una aseveración de identidad. Uno puede vivir en consonancia con su condición de judío o en disonancia, pero eso no implica discriminación contra nadie. Tengo derecho de ser yo, como vos tenes derecho de ser vos”, le explicó a Galería.
“Mucha gente se siente judía, pero no tiene muy claro cuáles son las implicancias. Ahí ser diferente incomoda porque en la historia implicó persecución, por lo que tratan de ser iguales a los demás. Pero no es lo mismo asimilación que integración. Se habla mucho de la tolerancia, pero no hay que tolerar; hay que respetar. Tolerar que el otro sea diferente es muy soberbio. No tolero nada, respeto por sus diferencias”, opinó.
APRENDER A SER JUDÍO. La otra gran razón que esgrime Shemtov se refiere a que “la mayoría de los judíos que no practican el judaísmo es porque realmente no tienen una educación que les aporte las herramientas para comprender las cosas”.
“No nos casamos entre nosotros para ser felices. El objetivo no es la felicidad, el resultado puede serlo. No digo que no puedan ser felices casándose con un no judío, creo que serían más felices si llegaran a descubrir cosas que ahora no conocen”, argumentó Shemtov.
Según el rabino, los preceptos que un judío debe cumplir – 613 en su totalidad, 270 realizables hoy, porque muchos están vinculados con el templo de Jerusalén – se dividen en tres categorías según su racionalidad. “Algunos son muy racionales, preceptos que aun sin la Tora, el hombre podría haber creado. Después hay preceptos testimoniales, que si Dios no los hubiese dicho no se nos hubiesen ocurrido; cosas que hacemos para recordar y concientizarnos de algo. Por último hay preceptos que no tienen ninguna explicación racional. El motivo de ellos es crear un vínculo entre quien da la orden y quien la recibe, entre el Creador y su Creación. Si Dios no nos hubiese dado la Torá, ¿cómo podría el hombre conectarse con Dios?”, explicó Shemtov.
“Pocos judíos hoy en día saben lo que te acabo de decir. Por eso para ellos no comer cerdo, por ejemplo, resulta un anacronismo,
algo que debía hacerse cuando no había refrigeración para mantenerlo. Según lo que te acabo de explicar pasa a ser algo atemporal y mantiene su validez. Tal vez está contento con lo que hace porque no sabe lo que se está perdiendo. Si supiera, quizás igual no lo haría, pero al menos sería por elección y no por ignorancia”, expresó Shemtov.
CRECIMIENTO. “No es una discriminación racial que nace del rechazo subjetivo y personal que el judío tenga por el gentil. Es una orden Divina que viene acompañada de una explicación. Si tu hijo se casa con una mujer no judía, los hijos de ella ya no serán considerados tus hijos. Ya no serán judíos”, sentencia Shemtov en su libro.
“Te estás casando con alguien que quiere que tus hijos sean lo que no son y que no quiere que sean lo que son. No quiere que sus hijos sean como vos, ¿eso se llama amor? Ahora está todo bien, la sangre arde y bárbaro, pero esa atracción se irá tarde o temprano. Si no queda una fundamentación profunda que nutra el amor, ¿con qué se va a quedar? ¿Traicionó a su pueblo a cambio de qué? De un amor que desapareció y no tiene un proyecto de vida sólido que lo justifique”, le explicó luego a Galería.
Sin embargo, falta un planteo que Shemtov reconoce interesante: ¿qué pasa con los judíos que difieren en los niveles de práctica religiosa?
Para el rabino esa situación es diferente porque se trata de asumir más o menos su judaísmo, mientras en el otro debe haber una conversión. “Cuando dos personas entran en una relación deben pensar: ¿si crecemos al máximo de nuestro potencial vamos a seguir siendo compatibles? Si el judío quiere llegar al máximo de su judaísmo y el no judío quiere llegar al máximo de sus raíces, van a llegar a dos puntos totalmente distintos. Ahora, en una pareja donde ambos son judíos, pero uno cumple más y el otro menos, ambos tienen el mismo potencial. Una pareja debe unirse buscando el crecimiento de ambos, no que el otro cambie”, detalla.
¿Y ELLOS? Los argumentos de Shemtov se muestran sólidos en su libro y durante la entrevista. Sus fundamentos son claros, sus dudas genuinas y sus respuestas iluminadoras. Sin embargo, la base de todo su pensamiento se centra en su fe en la Torá, algo no compartido por aqueIlos no judíos e incluso por varios que sí lo son.
Patricia no nació judía y nunca se convirtió, pero lleva más de 30 años casada con un judío. Ana tampoco nació de un “vientre judío” hace 28 años. Está en pareja hace tres y medio, a principios de 2007 empezó el curso de conversión y se casó en agosto con su novio judío.
Ellas tomaron caminos diferentes. Patricia ya está hace años transitándolo, mientras que Ana empieza a enfrentar las primeras curvas. No obstante hay algo que las une – además de que prefirieron no dar sus verdaderos nombres – : ven al judaísmo como una identidad, un sentimiento de pertenencia, no como algo religioso.
IDENTIDAD. “Nunca fue un problema. Leonardo es ateo y yo también, por lo que no puede haber conflicto religioso. Lo que hay es una diferencia en un tema de identidad y ahí va a depender de como admitís, aceptas y respetas la identidad del otro”, explicó Patricia.
Esa filosofía de vida y la no creencia en las religiones les permitió criar a dos hijos sin plantearse la situación como inconveniente. “No les dimos nada de religión porque no la tenemos. Sí les mostramos cosas de la identidad de cada uno de nosotros, por ejemplo las tradiciones. Hay una zona en que la religión y la tradición se juntan, pero no quiere decir que no haya una gran cantidad de judíos que no son ni serán religiosos. Y son judíos”, aclaró.
Para Ana la situación es diferente. Ella sí se convirtió, pero tampoco en este caso tuvo que ver con la religión, sino con sus hijos. “La judeidad
la da la madre. Él ya tuvo hijos anteriormente que son judíos y los nuestros, si yo no soy judía, tampoco van a serlo. No queremos esa diferencia con sus hermanos y como soy la mujer me convertí”, comentó.
Ana vio la importancia que la tradición judía tenía en la familia de su actual esposo y, a pesar de que ninguno de los dos es religioso ni cree en Dios, decidió convertirse porque reconoce que muchos de los valores judíos son buenos y le gustaría pasárselos a sus hijos.
Si bien los procesos de conversión también generan polémica dentro de la colectividad, Ana está contenta con la decisión que tomó. “Veo al judaísmo como una tradición, una historia en común, una vela que hay que mantener encendida, pero que no tiene nada que ver con la religión”, expresó.
FELICIDAD Y PRIORIDADES. Alejandro tampoco es el verdadero nombre de un hombre de 32 años, judío y casado hace 11 meses con una chica no judía. Él recibió educación judía, pasó por los ritos propios de su religión y tenía su vida armada dentro de esos dogmas, pero la vida lo “sorprendió” y sus prioridades cambiaron. “La religión tiene muchas cosas buenas, pero en ese momento tenía otras que me podían perjudicar a mi y a mi felicidad, por lo que prioricé otras cosas por sobre algunos dogmas preestablecidos”, comentó.
Junto a su esposa dialogaron sobre el hecho de que la judeidad no sería transmitida por ella si no se convertía y decidieron que iban a criar a su hijo “con mucho cariño”. “Si hay armonía y se cría un hijo con amor, las cosas están por encima de cualquier religión. Nosotros decidimos eso y después darle una educación con varias posibilidades para que cuando crezca conozca la religión del padre, la de la madre y pueda elegir”, comentó a Galería.
Sin embargo, hubo algo que Alejandro quiso mantener: la circuncisión. “Lo hacemos más que nada por un reconocimiento de padre a hijo. Me chocaría que no esté circuncidado, porque creo que me alejaría un poco, por verlo, por bañarnos juntos cuando es chico. Aparte es higiénico”, explica Alejandro.
Alejandro no se siente menos judío por su decisión e incluso lo lleva más allá: “No importa si me siento o no judío. Lo soy. Viene de nacimiento”,
ANTAGÓNICAS. Cecilia es judía. No nació así, pero vive el judaísmo desde los 11 años porque iba a un club judío, se convirtió hace 15, está casada y tiene tres hijos a los que considera tan judíos como ella. Conoció a su esposo a los 15 años y cuando llegó el momento de pensar en un futuro como familia, la religión era un proyecto en común, “Me apasionaba el judaísmo, me gustaban sus tradiciones y sus valores. Lo veía como algo que quería para mis hijos, porque era muy importante qué proyecto de familia íbamos a seguir y no veía la posibilidad de educarlos sin religión”, detalló.
Adriana no se llama así. Es judía de nacimiento, pero se casó hace cuatro años con un hombre que no lo es. Sin embargo, ése no fue un problema que le implicara rechazarlo. “No cumplí con el deseo que uno tiene de toda la vida, pero elegí sacrificar eso por mi pareja. El problema se presentaba a la hora de criar a nuestros hijos”, relata.
Este “inconveniente” surgió poco antes de casarse, aunque no profundizaron mucho en el tema. “Era mejor no tocarlo porque uno iba a tener que ceder y sabía que no iba a ser yo”, recuerda Adriana. Esta decisión retrasó la búsqueda del primer hijo casi un año porque antes debían definir cómo lo iban a manejar. Cinco meses después de haber nacido, el bebé está circuncidado, luego de una ceremonia que no fue de festejo, porque al padre “no le resultó alegre en el momento”.
“Lo vamos a ir resolviendo durante la práctica. Estaba claro que yo no podía ceder porque iba contra mis principios. Una de las opciones que manejamos es que tenga contacto con ambas religiones (por ejemplo circuncisión y bautismo) o buscar una crianza bastante laica”, comentó.
Adriana no estaba dispuesta a asumir que su hijo tuviera una crianza católica en algunos aspectos y prefiere que de grande no siga ninguna religión antes de que se decida por el catolicismo. “Aun cuando su padre lo sea – no es practicante – creo que lo del catolicismo no va a pasar. Uno opta por valores y enseñanzas inconscientemente y muchas veces las madres somos quienes tenemos más peso en ese tipo de decisiones”, opinó.
Sin embargo está preocupada por cómo se pueden desarrollar los acontecimientos. “Tengo la ilusión de que todo se dé al natural. Me juzgaron mucho a favor y en contra, pero decidí hacerme cargo de la responsabilidad de mi decisión, que fue casi unilateral. No es lo que a uno más le gusta, pero tenía que hacerlo. Si algo llega a salir mal yo soy responsable”, asume.
Adriana y su esposo hablaron con diferentes personas por separado, pero ninguno les era tan cercano, vivía la misma situación o sentía de la misma forma respecto al tema. “A veces la referencia deja de ser tal, porque quizás para mí es más o menos importante y la combinación con mi pareja era diferente”, comentó.
Tal vez Adriana es un ejemplo perfecto para la única charla que faltó en el libro del rabino Shemtov: la visión de un judío que opta por su pareja aun cuando se siente unido a su religión.
Sin embargo, tal como aclaró el autor, su posición es la de explicar por qué cree en la imposibilidad de esos matrimonios, no la de convencer sí o sí a quienes pasan por esa situación. Sentirse o ser pájaro o pez, seguirá siendo una manera de ver las cosas desde la libertad que ofrece el cielo o el fondo del mar.
3.
Semanario Búsqueda
Montevideo, 21 de Febrero de 2008
Cartas al Director
Señor Director:
Leí en el ejemplar de la semana próxima pasada un reportaje al rabino ultraortodoxo Eliezer Shemtov en la revista “Galería”.
Creo que es necesario dejar constancia que sus opiniones o convicciones (respetables, por cierto) sólo representan a un ínfimo porcentaje de la comunidad judía uruguaya.
Esta precisión es procedente pues de la lectura de la entrevista parecería desprenderse que su palabra es la postura oficial comunitaria, lo cual de ningún modo es así pues tal postura no existe.
Sobre la temática de los matrimonios mixtos no existe verdad revelada alguna. Cada cual actúa dentro del marco de su propia libertad e individualidad.
Saluda a Ud. atte. CI 1.283.107- 1
4.
Semanario Hebreo
Montevideo, 28 de Febrero de 2008
Reseña
Amores Imposibles, Diálogo sobre el problema de los Matrimonios Mixtos entre judíos y cristianos, Rabino Eliezer Shemtov, 2007.
Martín Kalenberg
Mixto, exogámico, interconfesional, interreligioso. Cada cual, dentro de la comunidad judía y fuera de ella, tiene su forma de definir a los matrimonios que se celebran entre judíos y no judíos. Pero el rabino Eliezer Shemtov de Beit Jabad del Uruguay los denomina de una nueva y original forma: “Amores imposibles”.
El libro “Amores Imposibles, Diálogo sobre el problema de los Matrimonios Mixtos entre judíos y cristianos”, de 171 páginas, documenta dos intercambios de mails que Shemtov mantuvo con jóvenes cristianos: Alejandra Domínguez (nombre ficticio), que había finalizado su relación sentimental con un joven judío por decisión de él, y Juan García (nombre ficticio), que mantenía su noviazgo con una muchacha judía en el momento de cartearse con el rabino.
El ida y vuelta de mails, que propone el libro, se vuelve apasionante a medida que avanzamos en la lectura del texto ya que los sentimientos y las ideas van aflorando cada vez más.
El “sistema” de intercambio de mensajes electrónicos funciona de esta forma: Juan o Alejandra escriben y Shemtov les contesta cada pregunta que ellos le realizan y viceversa.
Alejandra nos propone una interesante definición sobre este tipo de matrimonios: “Conozco parejas que son mixtas o interconfesionales como dicen ya que toda pareja es mixta… y que son felices y pudieron conciliar sus vidas. pero bueno, cada persona es distinta y siente distinto no?”
Además, el libro incluye el artículo “El Matrimonio Mixto. Un enfoque contemporáneo” que el rabino publicó hace ya varios años en el Semanario Hebreo.
Considero de suma importancia aclarar que la posición del rabino Shemtov sobre los matrimonios mixtos es una de las tantas que se sostienen dentro de la comunidad judía pero que de ninguna manera es la única.
Asimismo, el rabino enfoca su análisis en el matrimonio entre cristianos y judíos. ¿Pero qué pasa en una relación sentimental entre jóvenes judíos no creyentes con jóvenes que no son judíos y que tampoco creen en Dios?
El concepto que maneja el rabino Shemtov en el artículo “El Matrimonio Mixto” es aquél que define al matrimonio de esta manera: “no es meramente la unión entre dos individuos totalmente independientes entre sí, sino que es una reunión entre dos mitades de una y la misma unidad. La pareja comparte la misma alma que, al nacer, se dividió en dos mitades. Al casarse, vuelven a reunirse y completarse. Se trata de una unión no sólo a nivel físico, emocional y/o intelectual, sino de una unión a nivel esencial.
Hay almas que son compatibles y almas que no lo son”.
¿Pero cómo le explicamos a aquél que no cree? ¿Qué es el alma? ¿Dónde está? ¿Quién la creó? ¿Es un objeto tangible?
La base para oponerse a los matrimonios mixtos está, según el religioso, en el versículo del libro Deuteronomio del Pentateuco (Torá) que dice: “No te cases con ellos ( ́los gentiles, de los cuales hace mención en los versículos anteriores`), no des a tu hija al hijo de él, y no tomes la hija de él para tu hijo”.
Según explica Shemtov, “no solo que está prohibido para el judío casarse con una persona que no lo es, sino que es imposible que se case. Puede haber convivencia y puede haber cohabitación, puede haber, incluso, procreación, pero no existe matrimonio. Las leyes de la Torá son tan (o más) objetivas como las leyes de la Naturaleza. Del mismo modo que uno no puede alterar la Gravedad, por ejemplo, no puede alterar las leyes de la Torá. El estudio de la Torá no tiene como objetivo inventar las leyes de la vida, sino descubrir la estructura Divina inherente en la existencia”.
Otro punto controversial del libro aparece en su introducción. Allí, Shemtov explica que algunas personas creen que son judíos pero no lo son desde el punto de vista de la legislación judeoreligiosa (halajá). “Ahí se produce un gran choque entre las emociones y los hechos objetivos. No es judío por más que en la escuela, en la tnuá (movimiento juvenil judeosionista) y en la sinagoga le hayan dicho que sí lo es”.
Entonces surge la pregunta: ¿quién determina la judeidad de los judíos si ni siquiera la sinagoga puede hacerlo? ¿Qué pasa con aquellos jóvenes que asistieron a movimientos juveniles judeo- sionistas o a escuelas judías y que según la ley religiosa no son judíos? ¿Acaso la actividad en pro del judaísmo (en una tnuá, por ejemplo), el sentirse identificado con la causa del pueblo judío, el amor al judaísmo y al Estado de Israel y el hecho que los demás lo vean a uno como judío no es suficiente para ser judío?
La valentía del rabino Shemtov radica en haber publicado un libro políticamente incorrecto sobre un tema tabú dentro de la comunidad judía uruguaya. Con esta obra no se puede ser neutral; genera pasiones casi incontrolables que llevarán a muchos a calificar al rabino de fundamentalista, atrasado y retrógrado mientras que otros lo alabarán por su coraje al defender públicamente una posición que a muchos incomoda.
Lo sano sería que se abra un debate público sobre el asunto. ¿El libro quedará en el olvido o desatará una tormenta dentro y fuera de la comunidad?
A la memoria del rabino Ariel Korob (Zejer Tzadik Librajá)
5.
Semanario Hebreo
Montevideo, 28 de Febrero de 2008
Matrimonios ¿Mixtos?
Por Juan Raúl Ferreira. Especial para Semanario Hebreo
El libro del Rabino Eliezer Shemtov ha tirado un importante tema sobre la mesa. Mi primer reacción es pues, de admiración por la valentía del Rabino. No debe haber temas tabúes, ni miedo a expresar con sinceridad y respeto las convicciones íntimas que alimentan la vida de cada uno. La segunda de comprensión y finalmente de respetuosa discrepancia. Muy atrevido todo de mi parte: soy divorciado y no judío. Pero mi atrevimiento reposa en respeto y afecto por el judaísmo, que quienes me conocen saben que no necesita probarse.
Veamos por qué digo también comprensión. Hay una dimensión 24
del tema que no es teológica sino pragmática. Basta adentrarse un poco en el mundo de lo judaico para comprender lo trascendente, lo fundamental y lo ineludible del apego de los judíos a sus tradiciones. Ellas encierran valores, continuidad… explican la supervivencia del pueblo más pueblo de los que existen que sobrevivió miles de años, sin fronteras, con persecución y aún intentos de aniquilamiento.
Es, en el mejor de los casos comprensible que la “mezcla” matrimonial pueda diluir, atenuar, el culto, el apego y la práctica de esas tradiciones. Suena, en el peor de los casos: muy, pero muy razonable. Cuando eso lo llevamos al campo de la teología pueden surgir otras diferencias.
Antes de expresar con mucha modestia y respeto mi propia visión, debo agregar algo. En el cristianismo, como en todos los credos, hay determinado tipo de ortodoxia que no es tal, sino fanatismo excluyente, antesala de la intolerancia. Desde esas filas se condena posiciones como las del Rabino… acusándolas de sectarias etc. Recordemos pues, que esta prohibición de matrimonios mixtos, se practica también en el catolicismo, aunque con ello también estemos en desacuerdo.
Así es, en nuestra Iglesia existen siete sacramentos (otros ritos menores son los sacramentales). Aquellos en nuestra tradición fueron instaurados por el propio Jesús y figuran en el Nuevo Testamento, a saber: bautismo, eucaristía, confirmación, matrimonio, ordenación, auxilio de enfermos, penitencia y ordenación. Cada uno de ellos para tener efecto real requiere de dos componentes: Ministro adecuado y forma. Esta es la ritualidad básica que hace que un sacramento sea tal. El Ministro es aquel que en cada caso puede administrarlo, por ejemplo: confirmación: obispo, eucaristía: presbítero etc.
Contrariamente a lo que muchos creen el Ministro en el matrimonio no es el sacerdote sino los cónyuges. Y la forma no es “los declaro marido y mujer” (esto vale sólo en las películas de Hollywood) sino el “Si Acepto” de los contrayentes. El sacerdote luego dice, como testigo: “yo esta boda ante vosotros confirmo en el nombre del padre, del hijo….” O sea que si el contrayente es ministro debe reunir las cualidades de tal, por lo pronto ser católico. O sea que antes de ver la paja en el ojo ajeno… Los católicos formalmente tampoco aceptan los matrimonios Inter-fe.
También debo decir, aunque sea brevemente, que le temo mucho a las interpretaciones literales al texto bíblico, sin tener en cuenta que fue escrito con un mensaje eterno y una prosa temporal, de un tiempo, hacia una realidad y hacia un nivel de comprensión. Un escritor judío escribió “Walking the Bible”, un recorrido paso a paso por el peregrinar de Moisés, descubriendo, cuántas metáforas, cuántos milagros, cuántas señales surgían de fenómenos climáticos, sanitarios, culturales etc. Recomiendo esa lectura, que me resultó apasionante.
Hechas estas consideraciones, mi actitud ante el tema es quizás de una teología formalmente débil, aunque esencialmente intensa. El amor es un don de Dios. ¿Dios daría este don a quien no puede realizar su regalo más preciado? No es más que eso, yo creo que no.
Permítaseme una reflexión final: No pueden para mí ser mixtos, sino muy homogéneos los matrimonios entre hijos de Dios. Vivimos en un mundo muy enfermo. Nadie sabe cuál es la terapia completa para que esta Tierra, se acerque más a Dios. Hay un remedio que, quizás insuficiente, no deja de ser fundamental: el Amor. Le falta al mundo amor y le sobran muchas otras cosas. El mismo título de la obra comentada entonces, para mí desmorona cualquier teoría: Amor imposible. ¿Puede Dios considerar imposible el Amor? Definitivamente no.
6.
Semanario Búsqueda Montevideo, 28 Febrero de 2008
CARTAS AL DIRECTOR Eliezer Shemtov (I)
Señor Director:
En la sección Cartas al Director de la edición de 22 de los corrientes, el anónimo C.I. 1.283.207-1 se refiere a la entrevista que me hicieron sobre la temática de mi libro “Amores imposibles” y publicada en “Galería”.
Me tilda de ‘ultraortodoxo’, etiqueta que no sé qué quiere decir y por supuesto no me la adjudico.
Manifiesta que mis “opiniones o convicciones (…) sólo representan a un ínfimo porcentaje de la comunidad judía uruguaya”.
Si bien no pretendí en ningún momento hablar en representación de todos, no sé en qué se basa dicho escritor para determinar qué porcentaje de la colectividad piensa qué.
De todos modos, creo que la legitimidad de las ideas se deben analizar en base a su propio mérito y no en base a cuántos lo entienden o creen, ya que según ese criterio, ¿habría que desacreditar el sistema de valores de los 3.000.000 de uruguayos debido a que hay 1.300.000.000 de chinos que piensan diferente?
Afirma que “sobre la temática de los matrimonios mixtos no existe verdad revelada alguna. Cada cual actúa dentro del marco de su propia libertad e individualidad”.
Si bien en la práctica cada uno determina su comportamiento, no quiere decir que cada uno es libre para definir si su comportamiento es correcto o no. De hecho, en cuanto al tema del matrimonio mixto sí hay una verdad revelada. Puede ser que el escritor de la carta no suscriba a esa verdad, pero no puede negar su existencia. La prohibición del matrimonio mixto es de origen bíblico, como está extensamente citado y explicado en el libro.
Ya que estamos, quiero aprovechar y señalar que el tema no es tanto la prohibición o aceptación de los matrimonios mixtos, sino las condiciones que llevan a ello.
Si bien me preocupa también cuando un judío opta por casarse con alguien que no lo es –aunque lo haya decidido con conocimiento de causa- porque de todas maneras lo considero mi hermano, parte de mi pueblo, y me siento responsable por él: me preocupan mucho más aún todos aquellos jóvenes que toman este paso como consecuencia de la falta de conocimientos básicos en cuanto a su identidad y sus implicancias se refiere.
Es principalmente para ellos que decidí publicar el libro.
El desafío no está en lograr aislarse de la sociedad que nos rodea, sino todo lo contrario: aun siendo una minoría, poder mantener una identidad personal fuerte, para poder integrarse en la sociedad y hacer un aporte único producto de la identidad y valores personales y no renunciarlos por medio de la asimilación.
Formar parejas judías es por supuesto un elemento crucial para lograr dicho objetivo, pero obviamente no es el único.
Eliezer Shemtov
7.
Semanario Búsqueda Montevideo, 8 de Febrero de 2008
CARTAS AL DIRECTOR Eliezer Shemtov (II)
Sr. Claudio Paolillo, Director de Búsqueda P r e s e n t e.-
Agradecemos a usted la publicación de la carta que sigue, en vuestra próxima edición de Búsqueda de fecha 28/02/08.
De nuestra mayor consideración:
En la edición de la revista Galería del día jueves 14 de febrero, se publica un extenso artículo en relación al libro “Amores Imposibles” del Rabino Eliezer Shemtov, Director de Jabad Lubavitch Montevideo.
Sobre el particular y a través del Comité Central Israelita del Uruguay, la Comunidad Israelita del Uruguay, Comunidad Israelita Sefaradí, Nueva Congregación Israelita y Comunidad Israelita Húngara, instituciones que representan a la casi totalidad de los judíos en nuestro país, desean expresar que los conceptos vertidos en el mismo, sólo representan la opinión personal del Rabino Shemtov y de la institución que él dirige, que no integra ninguna de las instituciones antes señaladas.
Saludamos atentamente,
Presidente del Comité Central Israelita del Uruguay, Israel Buszkaniec
Presidente de la Comunidad Israelita del Uruguay, Max Sapolinski
Presidente de la Comunidad Israelita Sefaradí, Jaime Bonomo Presidente de la Nueva Congregación Israelita, Ianay Silberstein Presidente de la Comunidad Israelita Húngara, Juan Kerekes
8.
Semanario Búsqueda
Montevideo, 28 de Febrero de 2008
CARTAS AL DIRECTOR Eliezer Shemtov (III)
Mauricio Zieleniec Señor Director:
Los matrimonios mixtos son positivos y enriquecen a nuestro pueblo. Ante recientes conceptos aparecidos en la revista “Galería”, expresados por un rabino de la corriente Lubavitch, a través de Shemtov, quiero dar la versión diferente que mantiene la mayoría silenciosa de los judíos. Siendo a la vez el pensamiento del Movimiento Judío Humanista Secular, que rodea gran parte de Israel y la diáspora.
En reciente conferencia en la ORT, decía el Soc. Bernardo Sorj, secretario mundial del Movimiento: la cadena milenaria de nuestro pueblo, pudo continuarse durante tantos siglos gracias a la continua adaptación, a los pensamientos y culturas que fuimos absorbiendo en estos milenios. Nunca hubiésemos podido subsistir si nos hubiésemos quedado estáticos tanto en el pensamiento, como en las formas culturales, como en las creencias (los creyentes) en la fe Mosaica, nada quedó igual: de haber sido así, ya hubiésemos desaparecido.
En este vertiginoso desarrollo de nuestra sociedad, donde la era del conocimiento y de globalización son condición casi de subsistencia, los cambios son ahora mucho más veloces.
Los casamientos mixtos enriquecen al pueblo judío, no debemos de tener miedo a una realidad, ellos son una de las formas naturales, que influyen en la adaptación judía a los cambios en el devenir; cosa que sin esa adaptación hoy no existiríamos. Es casi dialéctico, la síntesis de hoy en el nuevo judaísmo que permanentemente se construye, al igual que todos los demás pueblos del globo. Nadie imagina un pueblo conservando sus creencias y formas de hace más de 3.000 años. El pueblo judío no desaparece con los casamientos mixtos, que son estadísticamente el 50 %; continúa existiendo en parte gracias a ellos.
Como humanista secular judío, me siento avergonzado cuando Shemtov dice que es “traidor” el que se casa con una no judía (revista “Galería”). Nosotros pensamos que el centro de nuestra preocupación es el ser humano, que nada debe anteponerse al mismo. Cuando una ideología, fe, o cualquier forma de pensamiento se antepone al hombre, es que estamos ante un pensamiento ortodoxo-fundamentalista, de ahí nuestra total diferencia.
Por otra parte en el judaísmo al igual que en otros pueblos, no hay casi nada exclusivamente auténtico.
Por ejemplo: el pensamiento monoteísta no es propio, tiene influencia de Egipto y del Zoroastrismo; nuestra cultura culinaria es por sobre todo la influencia de los pueblos con que convivimos en el pasado reciente. La propia vestimenta de los Lubavitch, no es más que una influencia de regiones de la vieja Rusia. Yo diría que lo sagrado no es tan sagrado y es más terrenal.
Aunque soy un judío ateo, quiero igual referirme al texto bíblico, que es tergiversado por los Lubavitch. Primero, quiero referirme a la Torá o Pentateuco, que según versiones religiosas es lo más sagrado de la escritura, Deuteronomio Cap. 29 Ver. 29: “Las cosas ocultas pertenecen a Dios. Pero las cosas reveladas pertenecen a nosotros y a mis hijos hasta tiempo indefinido, para llevarlas a cabo…”. ¿Quién se piensa que es Shemtov? Las cosas ocultas son de Dios. ¿Acaso él las puede interpretar y lo revelado dice el versículo “son de nosotros” es decir no se precisa intermediarios para que lo interpreten, como trata de hacerlo?
Por otra parte en Números, Cap. 12 versículos del 1 al 15 Moisés se casa con una Kusita (no judía) y tiene una total aprobación de su Dios. En toda la Torá o Pentateuco se establecen como válidos los casamientos mixtos. Hay una vieja creencia o mito que viene de las interpretaciones posteriores realizadas por humanos, que cuestiona en sectores religiosos el casamiento mixto, pero eso es una tergiversación del Libro y además una incomprensión fundamentalista.
Quizás la historia de nuestro pueblo, al igual que todos los pueblos de nuestro globo, está permanentemente construyéndose y modificándose; eso es lo que permite la continuidad de identidades y de culturas. En lo judío no hay a mi forma de ver, nada sagrado, somos un pueblo lleno de mitos como la mayoría de nuestros (pueblos) hombres terrícolas; lo único sagrado que veo por libre elección, es el Hombre, por eso es mi elección humanista.
Mauricio Zieleniec
Integrante de la Corriente Judía Humanista Secular y Director del Mensuario “Identidad”.
32
Semanario Búsqueda Montevideo, 13 de Marzo de 2008
CARTAS AL DIRECTOR
De Eliezer Shemtov
Señor Director:
En la sección Cartas al Director del 28 de febrero, el Sr. Zieleniec hace una cantidad de comentarios en respuesta a la entrevista que me hicieron en la revista “Galería” del día 14 de febrero.
No quiero abusar del espacio de su prestigiosa publicación para contestar las posturas académicas expresadas que seguramente generarán una polémica extensa. Decidí contestarlo en una conferencia abierta al público (fecha a anunciarse próximamente) en la cual se podrá hablar y debatir los temas hasta el tiempo que se quiera.
Hay, no obstante, un comentario que hizo al cual sí me gustaría referir en este medio, si Ud. me lo permite.
Dice: “…me siento avergonzado cuando Shemtov dice que es ‘traidor’ el que se casa con una no judía. Nosotros pensamos que el centro de nuestra preocupación es el ser humano, que nada debe anteponerse al mismo. Cuando una ideología, fe, o cualquier forma de pensamiento se antepone al hombre, es que estamos ante un pensamiento ortodoxo-fundamentalista, de ahí nuestra total diferencia”.
Creo que son más que evidentes las contradicciones en su postura, defendiendo el derecho al individualismo, mientras habla en nombre de la ideología de un grupo y critica a un individuo que expresa sus ideas.
Pero eso lo dejo para la conferencia. Lo que quiero aclarar es el tema de “traidor”.
En primer lugar no usé la palabra “traidor”, sino “acto de traición”. No es simplemente una cuestión semántica sino conceptual. “Traición” define la acción; “traidor” implica un juicio que uno hace referente a la persona.
Entiendo que a uno se le puede considerar traidor si traiciona conscientemente; si alguien hace una acto de traición sin intención, aunque hizo un acto de traición, no se convierte por ello en traidor.
Mi uso de la palabra no fue con objetivo acusador sino esclarecedor. Quise definir el acto; no juzgar a los actores.
Puede ser que la palabra que utilicé para expresarme no haya sido la justa o la correcta. Si es así la retractaría y pediría disculpas a quienes ofendí sin querer. De todos modos, más importante que defender lo que dije, es explicar qué es lo que quise decir.
Parto de la base de cuando el judío nace, hereda, como integrante del pueblo judío, un legado milenario con muchas responsabilidades para con su pueblo y para con la sociedad en general. Una de las responsabilidades más importantes es la de asegurar la perpetuación de esa cadena de la cual uno es un importante eslabón.
Para perpetuar la cadena es imprescindible formar una familia judía y criar hijos y nietos judíos. Sin ese esfuerzo, el pueblo judío no puede perdurar.
Este concepto fue muy elocuentemente expresado por Juan Raúl Ferreira en su artículo sobre el tema, publicado en el “Semanario Hebreo” del 28/2/2008.
Cuando un judío se enamora de una persona que no lo es, se encuentra ante un gran dilema. Si opta por seguir sólo lo que le dictan sus sentimientos y contrae matrimonio con ella, va a contribuir con esto al debilitamiento de la supervivencia de su pueblo. Debe elegir.
Cuando uno opta por seguir sus preferencias personales en detrimento de los intereses vitales de su pueblo, ¿qué palabra utilizaría Ud. para describirlo?
La pregunta es: el judío que opta por casarse fuera del judaísmo ¿está realmente consciente de las implicancias de su elección?
Creo que en la mayoría de los casos no lo está (ejemplo claro de lo cual es la carta a la que ésta viene en respuesta) y por lo tanto publiqué el libro. No lo publiqué para condenar, sino para educar y evitar errores.
Atte.,
Eliezer Shemtov
10.
Semanario Hebreo 6 de Marzo de 2008
MATRIMONIOS MIXTOS Continúa la Polémica
Ana Jerozolimski
En nuestro número anterior, publicamos una reseña que Martín Kalenberg escribió sobre el libro del Rabino Eliezer Shemtov de Jabad, sobre el tema de los matrimonios entre judíos y no judíos, “Amores imposibles”, así como también un artículo de opinión de Juan Raúl Ferreira.
Poco después, la polémica se sintió también en las páginas del semanario “Búsqueda”, dado que en su suplemento “Galería” también se había publicado una nota sobre el libro.
Varias instituciones representativas de la colectividad- el Comité Central Israelita del Uruguay, la Comunidad Israelita del Uruguay, Comunidad Israelita Sefaradí, Nueva Congregación Israelita y Comunidad Israelita Húngara- enviaron una carta a “Búsqueda” aclarando que los conceptos vertidos en el libro “sólo representan la opinión personal del Rabino Shemtov y de la institución que él dirige, que no integra ninguna de las instituciones antes señaladas”.
Es cierto que Jabad no es miembro de ninguna de las mencionadas instituciones. Es más: el Rabino Shemtov no alegó hablar en nombre de todos, ni de la colectividad.
Pero lo sucedido plantea cierto dilemas: ¿Está bien que las instituciones mencionadas escriban a un semanario nacional a aclarar que un rabino determinado no los representa? Pero por otra parte ¿no es natural que lo hagan, si consideran que lo expresado por el rabino Shemtov en su libro crea una impresión que puede ser problemática sobre la posición judía en general, aunque él no diga en ningún momento que representa a la colectividad?
Es indudable que algunos se plantearán la primera pregunta, con tono crítico a las instituciones firmantes de la carta, y que otros defenderán su posición.
De por medio, está uno de los temas más complejos quizás de la 36
vida judía en la sociedad moderna, un desafío que combina el deseo de la tradición y la continuidad, con la interacción constante no sólo con correligionarios sino también con quienes profesan otra fe.
Las páginas de Semanario Hebreo están abiertas a la polémica al respecto.
Compartimos aquí con los lectores diferentes opiniones sobre el tema. Reproducimos parte de una carta que el propio Rabino Shemtov escribió a “Búsqueda”, así como fragmentos de la que envió Mauricio Zieleniec , del Movimiento Judío Humanista Secular y director del mensuario “Identidad”. Y también la opinión de dos jóvenes cristianos de la Confraternidad Judeo Cristiana del Uruguay, a quienes ya hemos tenido oportunidad de entrevistar en nuestras páginas.
11.
Semanario Hebreo
Montevideo, 6 de Marzo de 2008
Al correr de los versículos…
- Rabino Mordejai Maarabi
Rendición de cuentas en el recorrido bíblico. Un nuevo mes está por asomar hacia el fin de la semana que se ha iniciado. Vientos de tempestad suenan por la amada tierra. Aires de inquietud recorren nuestras calles comunitarias.
Todo parece moverse con cierta aceleración, distinta a otros comienzos de marzo. Parece que nadie esperará al “último ciclista” como me han enseñado, para producir momentos y para reaccionar frente a lo incomprensible…
¿Qué estará pasando, se preguntará el lector asiduo? ¿Qué querrá decir, se cuestionará el lector circunstancial de nuestra sección? La verdad es que muchos son los sucesos que ocupan el escenario. Y pocos los argumentos que podamos verter para explicarlos…
Pero la realidad es que Moshé Rabenu, al final de la recepción de cada material –oro, plata, cobre, piedras preciosas, sedas, etc- que recibió del pueblo judío en el desierto a fin de erigir el Santuario móvil, decide rendir cuentas. Apelando a aquello de ‘cuentas claras’, ¿verdad? Y si bien ‘nadie habría de dudar de su honestidad’, no está demás parece insinuarnos el genial profeta, hacer explícito lo que esta por ‘sobreentendido’.
Y la verdad, nunca está demás…Porque si dejamos en claro qué somos, quiénes somos y qué hemos recibido, entonces, habremos de estar siempre agradecidos. Aunque no siempre compartamos las conductas, las acciones y las ideas del otro.
¡¿Quién como Moshé Rabenu para ratificarlo?! ¿No es así? Podría haber obviado este paso de ‘rendir cuentas’. Él era creíble…Tal vez su pueblo no. Pero así y todo, entendió que debía hacerlo…
Una cosa más alecciona Moshé. Cómo hacer los balances – haberes y deberes- ‘puertas adentro’. Allí, aún en la santidad de un libro llamado Torá, puede haber cabida para enumerar cada cosa. Para describir cada cosa. También lo bueno y lo malo. Lo ‘criticable’, digamos. Y para exponer –sin exposición- lo que nos identifica y honra como pueblo. Tratando de cuidar la integridad. Eso por sobre todo…
Las horas previas al pasado Shabat, me conmovieron estimado lector, cuando pude leer acerca de la realidad comunitaria en una carta de lectores de un semanario montevideano. No compro dicho semanario. Recibí lo escrito por fax. Cualquier individuo por cierto puede acceder a ese espacio y escribir cuanto le plazca…Así lo creo. Pero lo que leí no era opinión, sino una declaración. Y allí, los responsables de las instituciones que dicen “representar a la casi totalidad de los judíos en nuestro país”, hacían de lo evidente, una censura y hasta un acto de excomunión.
Lo entendí como una ‘rendición de cuentas’ frente a un mundo que poco comprende lo que estamos construyendo… o tal vez ya cansados de construir, ahora se ha iniciado otra etapa…
A veces, un iehudí tiene una opinión. Es maravilloso que eso ocurra. Porque le asiste la razón, condición humana básica. Y a veces su opinión declara una realidad propia de su tradición de fe. Innegable. Inconmovible. Imposible de negar. Y lo dice con sus propias palabras. A su manera, como lo canta la melodía. ¿Tiene eso algo de malo? ¿Qué ha trascendido la frontera de la intimidad, me dice? Y…a veces ocurre… Pero él sabrá muy bien como defenderse. Porque a cada palabra escrita, habrá una traducción oral. Y al menos a mí, no me pidió ayuda…
Ahora bien… ¿Si se diese que el medio externo frente a dicha verdad, lo condene… no alcanza con esa realidad, como para que el propio medio interno, donde vive, colabora y se expresa también, lo aísle, lo excluya y lo victimice?
Hay verdades que duelen, ya lo creo. Y que hay formas y formas de decirlas. Lo creo también. Pero lo valioso, es que alguien las diga… Hablo de las verdades, no de las razones.
Y a veces ocurre, que hay siempre un alguien que se anima. Que tiene el valor de hablar de una realidad. Que duele a algunos, que incomoda a otros. Y que a muchos otros, les resulta la ¡¡¡mismísima confirmación para la existencia del judaísmo!!! (¿Usted también afirmaría lo que dijo este otro señor… o pediría un ‘comunicado’ en su contra?).
Es entonces, decía, cuando vi el comunicado en el mismo espacio que las voces que se alzaban. Y qué triste -¡cuán triste!- es sentir como excluimos a alguien que equivocado o no, sigue siendo parte nuestra. Y nos representa. Y nos integra. Y camina junto a nosotros. Y sin embargo, lo increíble tuvo lugar… “Los conceptos vertidos en el mismo, sólo representan la opinión personal del rabino…y de la institución que él dirige, que no integra ninguna de las instituciones antes señaladas”, acota el comunicado. Gracias por la aclaración señores representantes de la ‘mayoría’… Pero les ruego me excluyan. Porque en este caso, prefiero ser minoría… Prefiero ser un desterrado… Sino en exilado de entre mis propios hermanos.
Me hubiera complacido leer algo similar, pero respecto a la próxima plegaria de Benedicto XVI del Viernes Santo… Una declaración de todos los firmantes, exponiendo –sin exponer a nadie- que la condición judía es innegable e irreprochable hoy… Que merecemos vivir de acuerdo a lo que nos transmitieron y decir, con claridad, cómo queremos expresarnos. En quién creer y en quién no. Aún los más descreídos…
Finaliza el libro de Shemot decía. Y lo hace, ‘rindiendo cuentas’. En aquel entonces, un líder a su pueblo acerca de lo obrado para construir el adentro y bregar por el espacio común. No siempre la tradición judía de ‘rendir cuentas’ tiene idénticos interlocutores ni los mismos propósitos. No siempre las ‘cuentas claras’ suelen conservar la amistad, siento en estas horas.
Si bien sabemos ‘quién es quién’ no nos animamos aún, a descubrir quienes somos verdaderamente nosotros. De dónde venimos, hacia dónde vamos… No nos animamos a desenterrar el legado maravilloso de padres y abuelos que sintieron lo bueno de ‘construir la casa interior’, entre pares. Tomando en cuenta una palabra sagrada para ellos: ‘hemshej’…Que no voy a traducir esta vez. No sea que alguien me tilde de fanático o tal vez de nostálgico.
Y por cierto: todo esto lo digo porque el querido Semanario me ha regalado la oportunidad de estar en él. Y lo hago a título personal. Porque –y para evitar cualquier malentendido (entre los tantos sobreentendidos), yo, yo tampoco represento a nadie.
Solo me siento parte de esa Torá milenaria, de un pueblo milenario, de una transmisión que heredé de mis padres y de una fe que confío, abracen por siempre mis hijos y nietos.
¡Shabat Shalom uMeboraj! Jodesh Tov
Mordejai Maarabi
En bendita memoria de mi Sr. Padre, Moshé Maarabí ben Regina, quien jamás renunció en su simple vivir como judío, a la condición del hemshej…y que en este Rosh Jodesh Adar Shení se cumple el Tercer Aniversario de su partida física. Con veneración y respetuoso amor…
12.
Semanario Hebreo
Montevideo, 13 de Marzo de 2008
Eliezer Shemtov
En su presentación de la tormenta desatada en torno a la carta publicada en Búsqueda, firmada por el presidente del CCI y los presidentes de 4 comunidades, la directora del Semanario Hebreo dice que “De por medio está uno de los temas más complejos quizás de la vida judía en la sociedad moderna, un desafío que combina el deseo de la tradición y la continuidad, con la interacción constante no sólo con correligionarios sino también con quienes profesan otra fe.”
Con todo el respeto que me merece la directora creo que está errando en su análisis. No se trata aquí de un conflicto entre mantener la tradición y relacionarse con el mundo que nos rodea en la actualidad, cosa que suena como un conflicto entre adherirse al pasado e integrarse al presente; en mi humilde opinión se trata aquí de dos cosmovisiones diferentes en cuanto a la identidad judía y la razón de ser del pueblo judío se refiere, como también cómo asegurar la supervivencia del pueblo judío.
La diferencia nace en la manera de responder a las siguientes preguntas.
1) ¿Para qué existe el pueblo judío?
2) ¿Por qué debemos seguir luchando por nuestra existencia en vez de simplemente asimilarnos en la sociedad que nos rodea?
3) ¿El judaísmo es meramente una cuestión de tradición y nostalgia?
Para muchos el ser judío es simplemente una cuestión de cultura y tradición, sin mucha profundidad espiritual e ideológica. Se consideran judíos porque se sienten parte de un pueblo que tiene determinada historia y trayectoria. Es lindo ser judío, pero no necesariamente tan importante en la escala de valores personales.
Es evidente que esa versión de la identidad judía no puede frenar la asimilación y eventual desaparición del pueblo judío, ya que ¿Por qué sacrificar mi presente y futuro personales sólo porque choca con el pasado de mi pueblo?
Es justamente para presentar y fundamentar otra visión del tema ‘Identidad Judía’ que el libro fue publicado. Según la visión desarrollada en el libro, el ser judío no es simplemente una definición de mis orígenes y tradiciones; es una definición de mi propia esencia. No soy simplemente ‘de origen judío’; yo mismo soy judío!
El judaísmo según esta visión deja de ser simplemente algo que hace honor a mis antepasados; es algo que define y nutre a mi propia identidad y razón de ser.
Esto nos lleva al siguiente tema, cómo asegurar la supervivencia del pueblo judío.
Hay muchos que entienden que el futuro del pueblo judío depende de que las demás naciones nos quieran y nos ‘den permiso’ de existir. Para lograr dicho propósito redefinen el judaísmo para que sea más atractivo y ‘vendible’ para el mundo gentil, ya que por su ignorancia el judaísmo tradicional, sus prácticas y valores les da vergüenza. En el proceso del ‘maquillaje’ suelen perderse dos cosas: 1) el respeto del propio judío por el judaísmo que pregonan, ya que por no ser la versión auténtica tiene gusto a artificial y no llama y no llena, y 2) el respeto que el gentil tiene por el judío que no quiere o no sabe proyectarse auténticamente…
El resultado de dicho sistema es que aunque logren que nadie nos persiga y aunque los demás nos den ‘permiso’ para existir, ya no hay interés de parte de la nueva generación judía de seguir siéndolo, por la simple razón que ya ni saben lo que quiere decir ser judío y por qué vale la pena serlo!!
La propuesta delineada en mi libro está muy lejos de dicha postura apologética. No pido permiso a los demás para ser quien soy. Tengo orgullo de quien soy y lo que represento y aunque lo quiero compartir con los demás me preocupo por conservar y proteger el legado que me hace lo que soy. Es la diferencia entre la ‘integración’ vs. la ‘asimilación’.
Además, como valor agregado, lograré – aunque no es el objetivo – que el gentil me respete, porque ve que me respeto a mi mismo…
Sugiero que en lugar de discutir si la carta en Búsqueda tiene sentido o no, se hable del contenido y la propuesta del libro en sí, ya que el error o el acierto de dicha carta probablemente quede como una anécdota en la historia comunitaria mientras que la incorporación o el rechazo de la visión desarrollada en el libro afectará la calidad del judaísmo de la comunidad por muchas generaciones…
No nos distraigamos! Eliezer Shemtov
13.
Director de
Jabad Lubavitch del Uruguay Rabino Eliezer Shemtov
P r e s e n t e.-
Estimado Rabino Shemtov:
Comite Central Israelita del Uruguay
14 de marzo de 2008
Con relación a la carta enviada por el Comité Central Israelita y las Comunidades, al semanario Búsqueda, deseamos establecer algunas precisiones.
El C.C.I.U., como representante de la colectividad judía organizada, trata de mantener vínculos con el medio, de acuerdo a políticas y lineamientos que establece para el mejor relacionamiento con el mismo. Lo que motivó nuestra publicación, fue, precisamente, la consideración de que alguno de los términos por Usted empleados en la nota que le hiciera la revista Galería, fueron inconvenientes. Por ello, entendimos necesario manifestar explícitamente esa divergencia y dejar constancia que sus declaraciones reflejaban su punto de vista como autor de la nota y autoridad de la Institución que dirige.
Así lo dejábamos en claro, sin pretender desautorizarlo a Usted como rabino o excluirlo de la comunidad.
Tampoco fue intención de los firmantes, entrar en polémica con la temática del libro. No lo hicimos porque no fomentamos los matrimonios mixtos. Deseamos que el pueblo judío perdure por siempre y sabemos que para ello, los judíos deben contraer matrimonio entre sí.
Reconocemos y destacamos la importante obra que Jabad Lubavitch realiza y su vocación puesta de manifiesto en acciones concretas, en procura del fortalecimiento de la vida judía. Pero como institución central y política de la colectividad judía, debemos considerar diversos aspectos que hacen a la mejor convivencia.
En ese sentido abogamos por la búsqueda de ámbitos de relacionamiento y coordinación, donde el encuentro y el diálogo nos permitan alcanzar entendimientos que contribuyan a lograr un accionar más armónico en beneficio de toda nuestra comunidad.
Cr. Israel Buszkaniec Presidente
14.
Semanario Búsqueda Montevideo, 13 de Marzo de 2008
CARTAS AL DIRECTOR Eliezer Shemtov y el Papa
Señor Director:
Quisiera por este medio expresar públicamente mi aprecio al presidente del Comité Central Israelita y otras instituciones judías uruguayas que firman la carta a Búsqueda” titulada “Eliezer Shemtov(II)”, a Mauricio Zieleniec y a Joyce McGregor. Estos compatriotas, desde distintos ángulos, intentan acotar el daño que pueden ocasionar las insensibles iniciativas de Shemtov y, en el caso de McGregor del papa Benedicto XVI. Ellos me confirman que aún existen razones para sentirse complacido de haber nacido en este país.
Gonzalo Pérez del Castillo CI 1.041.004-3
15.
S. Prepucio
Montevideo, Mayo de 2008
Burbujas de Amor
Matías Dodel
Si – como yo – parece que vivís en una cueva y te enteras de todo lo que pasa dos meses después que el resto, leé esto.
Hace unas pocas semanitas, nuestro honorable Rabino Shemtov (de ahora en más Shemtov) tuvo la gran idea de juntar sus reflexiones sobre la cuestión de los matrimonios mixtos en su libro “apto para todo público”. Cómo es de esperar, un libro así causa bastante revuelo.
Lamentablemente, la mayoría de las veces que habla una figura mediática judía, y sobretodo un líder religioso, sus palabras resuenan como si fueran una expresión de toda la comunidad. Es verdad que no podemos hacer nada contra eso… y que por ello, a veces, hasta nos cuidamos demasiado antes de hablar…pero estoy seguro de que hay un problema cuando el Rabino escribe cosas como que “Un judío que opta por casarse con una persona no judía está traicionando a su pueblo”
Por suerte, la mayor parte de las grandes comunidades judeo-uruguayas reaccionaron sacando un comunicado en el que se distanciaban de las declaraciones y opiniones de Shemtov.
Pero, para sorpresa de muchos, algunos sectores no estuvieron de acuerdo con la movida de “contradecir a un Rabino” (¿o quizás compartían las opiniones que él expresó?). No querría decir cuál fue ese sector (pero si sumás 10 +2 te da el número de su lista). Criticaron la declaración pública de las otras kehilot y después salieron a darles con todo en la directiva de la comunidad… y… y la verdad que ni sé, ni me interesa saber cómo terminó todo el asunto. Bastante me chocó enterarme de que parte importante de quiénes manejan mi comunidad consideraran traidores a muchos de mis amigos y conocidos.
Lo único de lo que estoy seguro es que, después de enterarme de todo, me dieron ganas de escribir un articulito para Santo Prepucio.
Aclaro antes de que oscurezca (y a pesar de que pueda oscurecer más): sin ánimos de ofender, no tengo ganas de comprar, pedir prestado ni leer el libro. Esto puede ir en contra de mi argumento, pero como verán, ya no soy muy objetivo en el tema, tengo una postura y mi idea es tratar de fundamentarla… Por eso, al igual que la mayoría de los que se enteran de este episodio y que no van a salir corriendo a comprar el libro, para el artículo me voy a basar en la entrevista que realizó la revista Galería al Rabino y en las explicaciones que allí dio Shemtov sobre sus planteos en el libro.
CRÍTICA SOBRE LAS IDEAS DEL LIBRO “AMORES IMPOSIBLES” DEL RABINO ELIEZER SHEMTOV, EXPRESADAS EN LA REVISTA GALERÍA (1)
No sé si a alguno de ustedes les pasa, pero por lo menos a mí me parece mucho más peligrosos quienes en nombre “del bien y la verdad” se mandan discursos impresionantes y convincentes, pero que ahí, de cotelé, le meten alguna idea que las pensás bien y te pone la piel de gallina, que los loquitos sueltos que parece que están en pleno ataque psicótico y dicen que se va a destruir el mundo… a esos sabemos que Batman, Spiderman o hasta Noctámbulo (ese superhéroe uruguayo con voz de pito) los atrapan.
Está clarísimo que Shemtov se encuentra en la primera categoría. Pero también me parece que frases como “un judío que opta por casarse con una persona no judía está traicionando a su pueblo” son, por lo menos, peligrosas.
Es por eso que me propuse escribir este artículo sobre la explicación dada en la nota a Galería de la metáfora central del libro “Amores Imposibles” –la del pájaro y el pez- que tienen una innegable coherencia, mientras que las partes a las que la mayoría le pueden llegar a chocar de por sí, las voy a mencionar obviamente (2), pero en relación a la figura de los animalitos.
Y si bien no voy a alabar el argumento del rabino, como lo hace el periodista en la nota de Galería, reitero que es convincente (3):
“Cuando un pájaro se enamora de un pez, su amor será posible siempre y cuando se encuentren en la superficie del agua, pero en cuanto alguno de los dos –o los dos- quieran alcanzar su máximo potencial como seres, deberán separarse. El pájaro no puede seguir al pez a las profundidades, el pez no puede seguirlo a las alturas”.
La verdad que hay que aplaudir lo bien pensada que está la alegoría. Pero un consejo, antes de cualquier intento de analizar esta hermosa e inocente metáfora, es importante comprender cuál es el razonamiento de fondo, el argumento al que se la intenta aplicar. Y para ello, sólo basta con cambiar “pajaritos y peces” por “judíos y no judíos”. El propio Shemtov lo expresa así en otro momento de la entrevista:
“Cuando dos personas entran en una relación deben pensar: ¿si crecemos al máximo de nuestro potencial vamos a ser compatibles? Si in judío quiere llegar al máximo de su judaísmo y un no judío quiere llegar al máximo de sus raíces, van a llegar a dos puntos totalmente distintos. Ahora, en una pareja donde ambos son judíos, pero uno cumple más y uno cumple menos, ambos tienen el mismo potencial. Una pareja debe unirse buscando el crecimiento de ambos, no que el otro cambie.”
Bueno, ahora está más clara la moraleja… pero si sigue sonando bastante bien: cuando estamos o buscamos un relación de pareja, queremos que la otra persona tenga similares valores (y objetivos) que nuestro ideal de vida sea compatible, para que el otro no intente cambiar lo que somos, que no nos impida llegar a nuestro “máximo potencial”.
Bueno, entonces, si la metáfora cierra ¿por qué estoy haciendo tanto problema? ¡Obvio que cierra! Sólo que para ello tendríamos que pensar a la vida y las personas como unidimensionales, y que sólo exista “si, no, blanco o negro” (4).
Mi punto es el siguiente: cualquiera que se haya enamorado, que haya estado enganchado, querido o al menos tenido una mínima relación afectiva seria, sabe que una misma persona puede ser 1000 cosas distintas a la vez y, a pesar de tener 501 cosas diferentes a uno, esas otras 499 a veces pesan más y hacen valer la pena estar juntos. Además, si de verdad ambos se quieren, probablemente se ayuden a descubrir mutuamente nuevos “potenciales” que hasta el momento no sabían que tenían. Entonces, volviendo a la metáfora, además de pájaro, probablemente todos somos tigre, dragón, cerdo, rata (5) y también pez; todo a la vez y en distintos aspectos de nosotros.
La cuestión es que, al igual que como la reflexión anterior, los dichos de Shemtov van aun más allá de la cuestión de las potencialidades individuales y “el buscar pareja”; se mete directamente con el tema del amor… y ahí las cosas se complican.
No soy un experto en esto, en realidad estuve enamorado pocas veces, y pa ́ peor me paspan las películas románticas y el 14 de febrero ni me va ni me viene… no soy muy meloso se podría decir. Pero considero que, al igual que la mayoría que lo vivió tengo una mínima noción de lo que es “el amor” (6) como para darme cuanta que si reducís una relación y la complejidad de una pareja a un único factor (tanto sea su identidad étnica- religiosa (7), su nivel socioeconómico, el color de su pelo o cuál de los Osos Gummy prefiere), terminás simplificando demasiado, y me hace pensar que tu idea del amor no es la misma que la mía…
Les transcribo dos frases de Shemtov, que me hicieron concluir definitivamente que no entendemos lo mismo por amor (de pareja menos):
“No nos casamos entre (los judíos) para ser felices. El objetivo no es la felicidad, el resultado puede serlo”.
Bueno, esto va en cada uno, pero creo que el día que me case mi objetivo (y por lo tanto, espero mi resultado) va a ser el ser feliz y poder vivir con una persona a la que al menos quiera y con suerte ame, para formar una familia y aguantarla hasta cuando se pueda (8). Y salvo que me enamore de una chica con la que tenga muchísimas otras cosas en común (en última instancia, nunca se sabe) quiero –entre otras cosas- que mi pareja sea judía porque, valga la redundancia, vamos a tener muchísimo en común de por sí.
Yo respeto que haya gente que busque pareja judía por el mero hecho de que “D-os manda”, aunque no sea lo mío y crea que se pueden encontrar motivos no religiosos para fundamentar esta elección… lo que no respeto es que esa misma gente que hace cosas porque cree (y pide que respetemos su creencia) ataque las decisiones de quienes creen, pero también fundamentan sus acciones en lo que sienten y/o piensan que es correcto (9).
Me fui un poco de tema y se me termina el espacio, así que pasemos a la última fase que quiero ver. Para mí, la más fuerte de todas (o sea, aviso que ésta me molestó bastante):
“… alguien que quiere que tus hijos sean lo que no son… no quiere que tus hijos sean como vos, ¿eso se llama amor? … la sangre arde y bárbaro, pero esa atracción se irá tarde o temprano. Si no queda una fundamentación profunda que nutra el amor ¿con qué se va a quedar? ¿Traicionó a su pueblo a cambio de qué? De un amor que no tiene un proyecto de vida sólido que lo justifique.”
¿Quién me da el derecho a mí, a vos, a Tabaré Vázquez, a un Rabino o a la rubia del informativo de las 7 a.m. del 12 – que siempre se manda comentarios fuera de lugar – a decirle a una pareja, no sólo que uno de ellos traiciona a su pueblo, sino que su amor, “no tiene un proyecto de vida sólido que lo justifique” porque uno de los dos no es judío? Si el amor se fundamenta principal y/o únicamente en la condición judía de la persona, definitivamente estamos en otro canal, país y probablemente planeta. Como ya dije, al leer esto me enojé mucho, me pareció ofensivo y que subestima a la mayoría de las parejas, no sólo a las mixtas. Para ir terminando, como repetí varias veces, no creo que el planteo de Shemtov sea “loco” o engañoso… por el contrario, es coherente y simplemente intenta explicar SU verdad. Es más, durante la entrevista afirma que comprende que su sistema de creencias no lo comparta todo el mundo (habría que haber aclarado que tampoco todos los judíos), pero sostiene que para él es la palabra de D-os y tiene tanto derecho de ser respetado en su opinión como cualquier otra persona.
Yo agregaría que eso del respeto va en ambos sentidos, mi derecho termina donde empieza el derecho de los demás. ¿No? Calificar a otros de traidores o decir que su amor y proyecto de vida no tienen fundamentos por no basarse en la misma creencia que uno, no es respetar, ni siquiera es tolerar o mirar para el costado.
Si me preguntan (10), el centro del problema está en la distancia que existe entre la forma religiosa (ultra) ortodoxa de comprender el mundo (y, por lo tanto, también las nociones de persona, pareja y amor) y otra más laica, occidental y (pos) moderna. Y aunque ambas sean “judías”, chocan en demasiados fundamentos, como pueden ser las concepciones que mencioné arriba o la importancia que se le la al placer, a las libertades, al rol de la mujer, etc. Y como traté de explicar en este artículo, probablemente también en lo que entendemos por amor. Para mí, hay mil motivos para buscar una pareja judía, siempre y cuando no se ponga esa condición judía por encima de otras cosas como la felicidad de ambos o lo que sienten el uno por el otro… sino ni siquiera tiene sentido buscar pareja.
Sobre la metáfora del pájaro y el pez, reitero que es genial y funciona, pero sólo si estamos dispuestos a reducir tanto al mundo como al hombre a binomios (pájaro-pez, judío-no judío, bien-mal). Si el hombre fuera un animal igual de complejo que un pájaro o un pez, la vida y el buscar pareja sería una cosa taaan sencilla… pero también muchísimo más pobre y aburrida.
Para terminar, y aunque parezca choto (pero es para terminar utilizando la misma metáfora, así que se vale), está bueno pensar que hay miles de tipos de pájaros y peces distintos en el mundo; no sólo muchos pájaros no vuelan, sino que algunos viven la mayor parte de su vida en el mar.
Notas:
1. En referencia a la revista publicada por el Semanario Búsqueda el 14 de febrero de 2008 (las citas tomadas textualmente de la fuente).
2. ¿Qué se piensan? No soy ningún boludo, si no prometo eso, no me lee nadie!
3. Probablemente un 70% por la presencia del Rabino y un 30% por miedo a que lo acusen de antisemita… seamos realistas: si hubiese dicho algo levemente sospechoso, se hubiera comido un par de sugerencias de hacia dónde irse.
4. Qué juego divertido y sencillo pa ́ cuando uno se olvidaba de hacer una peulá semi-coherente, no?
5. Es que justo estaba mirando un informercial de Ludovica Squirrou y su Horóscopo Chino 2008
6. Sé que suena re paloma, pero estoy tratando de hablar en serio, posta.
7. En lo personal, por cómo soy y cómo fui educado, considero que el ser judío es una de las partes más importantes de mí y de lo que de verdad me importa (y por lo tanto algo que voy a buscar también en mi pareja), pero ni ahí es lo único. Es más… si las otras personas solo vieran en mí mi condición de judío, o estaríamos volviendo a 1933 o algo estoy haciendo muy, muy mal.
8. La tasa de divorcios esta altísima gente, vamos a ser realistas.
9. Desde el matrimonio mixto, pasando por la forma de vestirse y de pensar, hasta la orientación sexual, para todo va lo mismo.
10. Se que no lo hicieron, el artículo lo escribí solito, nadie me obligo… es sólo una expresión.
16.
Respuesta a S. Prepucio
8 de agosto del 2008
Sres.
Beit Scopus
Montevideo, 23 de julio de 2008
Agradezco el espacio cedido para responder al artículo de Matías Dodel sobre mi libro Amores Imposibles.
Dadas las limitaciones del espacio, me limitaré a algunas reflexiones, invitando a los lectores a ver mi respuesta más completa en www.amoresimposibles.org.
En primer lugar, quiero informarles que lo que dice “Por suerte, la mayor parte de las grandes comunidades judeo-uruguayas reaccionaron sacando un comunicado en el que se distanciaban de las declaraciones y opiniones de Shemtov” no es del todo cierto. Tengo en mi poder una carta del Comité Central del 14.3.08 en la cual aclaran que “Tampoco fue intención de los firmantes, entrar en polémica con la temática del libro. No lo hicimos porque no fomentamos los matrimonios mixtos. Deseamos que el pueblo judío perdure por siempre y sabemos que para ello, los judíos deben contraer matrimonio entre sí.” No se distanciaron de lo que dije, sino del hecho de que lo haya dicho en un foro público.
En segundo lugar, no me parece correcto explayarse sobre el tema sin haber leído el libro. No es el libro lo que me importa, sino la seriedad del tema que trata. No busqué la fama con editar el libro; todo lo contrario, pagué un alto precio personal y comunitario y lo hice motivado por mi preocupación por el futuro del Ishuv. Veo cómo la ignorancia y el afán por ser ‘políticamente correcto’ y no mover el piso lleva a que generaciones de jóvenes judíos se pierdan por la asimilación. No puedo callarme. ‘La sangre de mis hermanos [y la de sus futuros hijos] claman’.
En tercer lugar, quiero señalar que aunque en esta sociedad sea políticamente correcto ser ‘anticlerical’, no quiere decir que sea correcto en nuestra sociedad. Los judíos tenemos otros valores de conducta al respecto. No quiere decir que tiene que aceptar todo lo que yo diga porque sí, pero hay formas y formas de combatir y discutir. No estoy reclamando el respeto hacia mí, sino hacia lo que represento. También: Antes de hablar de alguien, corresponde hablarle a él.
De todas maneras, felicito el espíritu de combate y la independencia de lo políticamente correcto que manifiesta Matías; es infinitamente preferible a la opción cómoda de la indiferencia…
Lejaim!
Eliezer Shemtov
P. D. Me intriga el nombre de la publicación… ¿Cuándo es el Brit? :-)
17.
Semanario Búsqueda Montevideo, 5 de Junio de 2008
CARTAS AL DIRECTOR “Amores Imposibles”
Señor Director:
Por medio de la presente quiero responder a la carta firmada por los presidentes del Comité Central Israelita del Uruguay, Comunidad Israelita del Uruguay, Comunidad Israelita Sefaradí, Nueva Congregación Israelita y la Comunidad Israelita Húngara, publicada en “Búsqueda” del 28/2/08 en respuesta a la entrevista publicada en la revista “Galería” del día 14/2/08 en la cual respondí con transparencia y sinceridad a las preguntas planteadas por el periodista sobre la temática de mi libro recién publicado, “Amores imposibles”.
Si bien la carta salió publicada hace tiempo, demoré hasta ahora en responder porque preferí que los mismos firmantes aclararan públicamente el sentido y contenido de dicha carta.
Dada la reiterada negativa ante mis peticiones para que asuman la responsabilidad que les corresponde y que aclaren las cosas públicamente para evitar interpretaciones y conclusiones erróneas (aunque en una carta que nos mandaron privadamente cambia totalmente el sentido de la carta publicada en “Búsqueda”), me siento con el deber de cumplir con esta responsabilidad ética.
Planteo tres preguntas:
Pregunta 1
Dicen que “los conceptos vertidos en el mismo, sólo representan la opinión personal del rabino Shemtov y de la institución que él dirige”.
¿Con cuáles de los conceptos expresados por mí están en desacuerdo? Ninguna de las instituciones firmantes acepta el matrimonio mixto. Deberían especificar en vez de generalizar, para no dar la impresión de que están a favor del matrimonio mixto (tema central de la entrevista).
Pregunta 2.
Dicen que “representan a la casi totalidad de los judíos en nuestro país”.
¿En qué los representan? No fueron electos para representar las ideas y valores de los socios; fueron electos nada más que para administrar las actividades sociales y culturales y para la representación política de sus instituciones.
Todos los rabinos de la colectividad judía uruguaya, quienes sí representan la ideología religiosa de sus respectivas comunidades, se expresaron públicamente con indignación ante la publicación de dicha carta.
Pregunta 3.
Dicen que “no integra ninguna de las instituciones antes señaladas”.
En primer lugar, de las cinco instituciones firmantes, cuatro de ellas no se integran entre sí ya que ofrecen servicios paralelos, igual que la institución que tengo el privilegio de dirigir. La única institución a la cual pertenecen es al CCIU. O sea, entre las cinco firmantes, el CCIU es la institución ‘techo’ a la cual las otras cuatro pertenecen. Su pertenencia a dicha institución es para que el CCIU las represente políticamente ante el gobierno y la sociedad en general. No implica una afinidad ideológica en materia religiosa. O sea, decir que lo que yo digo no representa a nadie porque no pertenecemos al CCIU no tiene sentido, ya que la representatividad de los temas religiosos sobre los cuales me expresé no tiene nada que ver con pertenecer o no a una entidad política e indefinida en materia religiosa. De hecho, muchos de los conceptos expresados en la entrevista sí representan la postura religiosa oficial de las instituciones firmantes, como también personal de muchos de sus socios.
No me molesta en absoluto el disenso. No pretendo ser el dueño de la verdad. Pero creo que el análisis público fructífero de este tema, como de cualquier otro, debe ser basado en ideas claras y transparentes, en hechos e información fidedigna y no en declaraciones ambiguas y confusas, con desacreditación ad hominem.
Atte.,
Rabino Eliezer Shemtov
18.
Semanario Búsqueda Montevideo, 13 de Marzo de 2008
CARTAS AL DIRECTOR “Amores imposibles”
Señor Director:
A través del medio que tan eficazmente dirige, quisiera dar mi opinión como adulto mayor judío sobre la identidad y pertenencia al “Pueblo” en la polémica instalada por el libro del Rabino Shemtov “Amores Imposibles”. Creo que los enfoques que hace cada una de las partes (Shemtov-Zieleniec) tienen su fundamento. No obstante, ellos se basan en distintas premisas a saber: uno en la ley Mosaica y el otro en la humanista. Entiendo que la premisa debe ser una sola y a ella se llega tomando en cuenta las indicadas.
Hay un antes y un después de la creación del Estado de Israel, Después de 2000 años de diáspora, el pueblo judío desparramado por el mundo, mezclado por el matrimonio con personas de otros cultos, razas, o simplemente no judíos, hubiera dejado de existir hace ya mucho tiempo. El no mezclarse hizo que sus hijos transmitieran a través de las generaciones la pertenencia a un pueblo con un idioma que ya no existe, costumbres y creencias que le dieron su identidad. Y la prueba de ello está vigente hoy. En los matrimonios mixtos difícilmente los hijos sientan la “identidad” con el pueblo milenario. La carga de elegir nuestra pareja para formar una familia, se alivia desde la creación del Estado de Israel, hace hoy 60 años.
Actualmente el pueblo tiene una de las bases que le faltaron por milenios y que es nada menos que el territorio. Los allí instalados pueden ser ateos, seculares, agnósticos, lubavitch o simplemente creyentes como en cualquier nación; pero siempre serán judíos, ellos y sus descendientes. Se acabó la carga que nuestros padres nos trasmitían en la leche materna y confirmaban con la Bat o Bar-mitzvah. Seguramente en menos de un siglo (lástima que no vamos a poder comprobarlo), no habrá judíos en la diáspora. Seguirá presente el pueblo, pero radicado en su territorio por el que hoy tienen tanto que luchar. Terminará la diáspora porque los que quedaron repartidos por el mundo, se habrán integrado a sus respectivas colectividades recordando solamente que tuvieron un abuelo o bisabuelo judío.
Como en todas las religiones, actualmente se pasa por una crisis de fe y los matrimonios seguirán y aumentarán su mezcla. Un pez y un pájaro al igual que un elefante y una hormiga, no se pueden enamorar, en los humanos esa posibilidad está tan viva en todo momento que hasta un hombre o mujer se enamora de otro/a. Este es el mundo globalizado; esto es el amor entre humanos. Somos todos iguales y la pasión que produce el amor no puede ser disminuida por principios étnicos, religiosos o racistas. La fuerza del instinto sumada al espíritu dan lugar al mandato supremo que indica: creced y multiplicaos, aunque las estadísticas después indican que el 50 % de las parejas terminan divorciadas y peleadas a muerte.
Salomón Lakierovich CI 769.107-2
19.
Semanario Hebreo 13 de Marzo de 2008
EL RABINO MORDEJAI MAARABI, EN ENTREVISTA CON “SEMANARIO HEBREO”.
Sobre una Vieja Nueva Polémica
Ana Jerozolimski
SH: Rabino Maarabi, otro tema diferente, que le planteo a raíz del libro que acaba de escribir el Rabino Eliezer Shemtov de Jabad, “Amores Imposibles”, sobre los matrimonios entre judíos y no judíos. Sabemos que el fenómeno es cada vez más amplio en la sociedad moderna, en distintas comunidades judías fuera de Israel. ¿Cree usted que la preservación de las tradiciones, el deseo de la continuidad, debe defenderse de modo que , por ejemplo, padres se opongan “con todo” a una relación amorosa entre uno de sus hijos con una pareja que no sea judía?
RM: Ser en el mundo ya significa una realidad compleja. Ser de a dos, es aproximarse a la Voluntad de Un Creador Quien ve en esa unión no sólo el fruto del amor y el respeto sino la posibilidad de conjugar el verbo dar, la razón del brindar, la esencia misma de la creación…
La pareja conyugal no sólo ‘pro-crea’ para el mundo del Bereshit. Está ‘a favor de la creación’ (como el verbo lo sugiere), pero apela a algo más. Necesita no sólo donar sus genes. Requiere de alimentar con la vivencia; exige nutrir con el amor de la transmisión y ruega porque los ‘por venir’ alberguen idéntica necesidad: la del recrear, la del procrear y la del continuar…
Como padres, educamos, cuando podemos. Como padres no podemos dejar de hacer sentir el ‘dónde provengo’ en todo momento. Mostrar las raíces, no es exponerse. Es saber desde dónde me solidifico. Desde cuándo afloro al mundo. De dónde abrevan mi tronco, mis ramas y mis flores.
Yo llegué a un mundo donde –y con las ‘armas’ a veces precarias de progenitores que no pudieron tener la amplitud de la vivencia o del conocimiento como las que poseemos hoy-, intentaron, y con éxito, plantar en nosotros esa pertenencia. El judaísmo no fue para ellos un marco referencial. Fue la vida misma, el cuidado diario, el esfuerzo cotidiano…e imagino, el sueño que acunaron cuando pareja, al llegar sus frutos a este mundo.
Y para quien haya llegado hasta aquí…No nací en un hogar tildado como ‘religioso’…Nací en un hogar judío. El mismo que tratamos de edificar junto a mi esposa y mis hijos los últimos 28 años…
Y dentro de nuestras paredes, acogimos siempre el anhelo de la felicidad para nuestros hijos. Como cualquier persona, imagino…(lo digo porque los días del vivir me han llevado a callejones oscuros donde no siempre los padres desean lo mejor para sus hijos…). Felicidad es simplemente el que puedan crecer en lo propio; creer en las raíces de la propia vivencia en la cual crecieron; para por último crear su propio espacio, diferente pero próximo a la raíz…Porque felicidad también comprende el mundo de lo espiritual…
La tarea es ardua. Como el ser mismo. En eso va la vida. Una vida de contenidos, no sólo de mandatos o de costumbres. Una vida donde elegir te hace digno; te torna libre; te concede la posibilidad de decir ‘no’ cuando debo, así como afirmar, cuando es necesario…Una vida en donde no sea fácil renunciar. En eso creo. Para eso vivo. Y con eso, educo…
SH: Quizás sea difícil plantearle ésto a un rabino pero intentaré. ¿Cree que el mantenimiento del judaísmo debe necesariamente adaptarse a los tiempos que se viven, hacer ajustes “pragmáticos” para mantener a la gente cerca? Me imagino que estando usted en Uruguay, habrá estado en no pocas situaciones en las que le planteaban dilemas de este tipo…
RM: Creo mi estimada Ana que la criatura humana es la adaptable. En eso transcurre la esencia del verbo ‘segulá’ ¿sabe? No sólo se es elegido. Se es pasible de adaptar. Y creo que en ello va la realidad del ser humano por doquier. ¿Qué pretendo decir? Que sólo una vez que la persona reconoce el ‘terreno’ donde está, puede adaptarse al mismo…
Ahora bien: usted me plantea el proceso, pero al revés. Adaptemos el terreno a la persona…No es mala idea, pero creo que es infructuosa. Difícil cambiar la geografía aunque no imposible modificar el medio ambiente, claro.).
Creo humildemente que no se ha recorrido lo suficiente el terreno; no se ha caminado lo suficiente la geografía; no se conocen bien los amaneceres y los atardeceres…
Si dejo el plano material, le digo: ¡qué bueno sería poder adaptar lo que uno quiere una vez que he pasado por el conocimiento básico de lo ‘por conocer’!
¿Conocemos nuestra tradición religiosa? ¿La comprendemos? ¿Estudiamos bajo una perspectiva intelectual y espiritual nuestra Torá? ¿Qué sabemos acerca de la Halajá? ¿Sólo lo prohibido?…
Y le ruego por favor, a usted, al lector, que no tome mis palabras a tono personal. Me pregunto acerca de lo que tenemos ‘a mano’ y sin embargo, a veces –la mayoría de las veces- lo transformamos en un acto, en un rito, que como todo rito ausente de contenido, termina por hastiar y nos conduce al abandono…
Yo escucho el eco de los ‘vientos de cambio’…Pero…¿puedo yo cambiar lo que desconozco? El Judaísmo nace de un Libro, es cierto. Pero no es sólo un Libro. No somos como nos ha denominado el mundo “Am haSefer” –’el Pueblo del Libro’- …No. Somos sí una idea casi parecida, pero debemos poner los ’puntitos’ en otro lugar. Es decir, acentuarlo diferente: en lugar de ‘Am’ (‘áin-mem’) debemos leer: ‘Im’, que quiere decir: Con…Somos un pueblo, con el Libro. Ser con es conocerlo para amarlo; es descubrir mis raíces; es caminar junto a Abraham y es escuchar a D’s desde cada lugar donde me encuentro…
Abrigo la esperanza del saber. Que seamos estudiosos primero. Y allí descubriremos el sentido de la adaptabilidad…¡increíble dinámica que proponen las fuentes judías, cuyas raíces brotan desde el texto escrito, se ramifican hasta las más bellas flores en la tradición oral, para por último bañar las costas de las diásporas judías y hoy –de nuestra amada Israel- en ese mar profundo y cristalino que se llama ‘Halajá’ –la tan temible y desprestigiada Ley, Normativa- que nos educa para la vida.
Mantener a la gente cerca, es como preguntarme cómo permanecer cerca de mi propia esposa…Sólo con la verdad. Con el afecto diario. Con el amor interminable. Con el respeto por su dignidad. No es casual, querida Ana, que el verbo ‘Iadóa’ –ladáat- cumbre del saber y del conocimiento, sea aplicado también a mi realidad conyugal en nuestra Torá…
SH: En el libro que mencioné se habla de “incompatibilidad de las almas”, un argumento que a mi me pareció problemático, ya que no se refiere al tema del cuidado de la tradición, de la educación común de los hijos, sino a una esencia diferente del judío y del no judío. ¿Me equivoco?
RM: Creo que las afirmaciones del Rab, deben ser explicadas por él. Seguramente tendrá una explicación contundente para ello, de lo contrario no lo hubiera escrito así. No me estoy escapando, pero quiero que me entienda: no suelo explicar las afirmaciones de mis colegas así como sus negativas. No es mi estilo el polemizar respecto al mundo de las ideas. La interpretación la realizo desde otro ámbito –el académico- el cual abracé desde hace tantos años. Pero no aquí…
Como le explicaba, mi acento pasa por la educación y la presencia inconmovible de principios de acción. Del no renunciar con facilidad. De intentar comprender la realidad de mi hijo y acompañarlo. Pero también de hacerle ver la singularidad que le cabe…
Usted me habla de una esencia diferente del ‘judío y del no judío’…Yo le he hablado de la esencia diferencial del cada ser humano!! Cada criatura es un ‘microcosmos’. Nunca una realidad –aunque se repita mil veces- nos afecta de la misma forma.
Y anhelo, como le decía, que el vivir en la diferencia nos asemeje más y más al modelo de la Creación. Donde cada ser humano es uno…”Al ken nibrá haadam iejidí” afirma el Midrash. ‘Es por ello que fue creado Adam como unidad’. Para que nadie diga ‘mi padre es más importante que el tuyo’, o ‘mi padre es más fuerte que el tuyo’…Parece pueril la idea. Pero es genial. D’s no ha dado motivos para que uno prevalezca sobre el otro…Ahora los criterios humanos…¡Ay! Eso me duele…¡y mucho!!
Si afirmo eso, entonces no tendré dificultad alguna en confirmar sus dudas: nos recorre un común denominador y nos divide un ‘mínimo común múltiplo’. Ahí la riqueza. Allí la entereza del ser. Ser entre su común múltiplo. Allí donde todo le resulta ‘común’. Allí donde todo, parece resultarle familiar. Allí se crece. Allí se cree. Allí se crea…
¿Excepciones? ¡Pues claro está que sí! Yo jamás soñé con reglas generales. Sí abrace principios fundamentales. Y los estudio hasta el día de hoy. Hasta cuando deje este mi mundo de las acciones. Porque debo saber. Aunque, escucho el susurro cotidiano de Shelomó el rey que me dice: “…el que agrega sabiduría, agrega dolor”. Así es. Lo afirmaba el genial sabio contemporáneo Iosef Dov haLevi Soloveitchik Z”L: “…si para el mundo en general, la ecuación existencial se traduce como ‘cogito, ergo sum’ (pienso luego existo), para la condición judía, dicha ecuación dice: ‘dolorem ferre, ergo sum’ (sufro, luego existo). El sentido de la existencia como sufrimiento, es la crisis que envuelve al ser del conocimiento…Allí estamos. Tratando de comprender. De aprender. De emprender. Y si podemos, prender la luz de la continuidad judía…
20.
Semanario Hebreo 24 de Abril de 2008
MATRIMONIOS MIXTOS Y ASIMILACION Un Análisis Sociológico de “Amores Imposibles”
Rafael Porzecanski (1)
Desde hace varias semanas, la colectividad judía es testigo de un intenso debate (en medios de prensa escritos tales como Búsqueda, Semanario Hebreo e Identidad) a raíz de la publicación del libro “Amores Imposibles” (2008, Editorial Empiria, Montevideo) del Rabino Eliezer Shemtov y de una reseña sobre dicho trabajo en la revista Galería del mencionado semanario Búsqueda.
El debate que se ha instalado tiene múltiples aristas y es imposible abordar todas ellas en una publicación de prensa. De aquí en adelante, pues, abordaré una de las tantas preguntas neurálgicas que trata “Amores Imposibles”: ¿qué efectos tienen los matrimonios mixtos (aquellos conformados por una persona judía y otra persona no judía) sobre la asimilación? Esta pregunta bien puede denominarse como “sociológica” porque se interroga sobre la relación “empírica” (y por tanto observable mediante procedimientos científicos) que existe entre dos fenómenos sociales determinados.
Para iniciar el diálogo y debate con “Amores Imposibles” es de orden precisar primeramente la posición que el texto adopta en relación a la pregunta planteada. Para “Amores Imposibles” y su autor, la respuesta es y debe ser categórica: los matrimonios mixtos contribuyen a la asimilación y desaparición del pueblo judío, tal como dos pasajes del libro Deuteronomio de la Torá indicarían (7:3 y 7:4). No hay para Shemtov relativismos que puedan hacerse. Así, se desprende claramente del texto que los efectos de los matrimonios mixtos sobre la asimilación son invariablemente los mismos en cualquier circunstancia (léase: más matrimonios mixtos equivale a más asimilación). Shemtov incluso aclara explícitamente que no importa si quien contrajo un matrimonio mixto es varón o mujer. Según Shemtov, “Si tu hijo se casa con una mujer no judía, los hijos de ella ya no serán considerados tus hijos” (porque según la ley religiosa judía la descendencia judía es por vía materna) y “en el caso que tu hija se case con un hombre no judío, inevitablemente los nietos se desviarán muy lejos del camino del judaísmo aunque sigan siendo judíos (2).”
Precisada la posición de “Amores Imposibles” sobre el tema convocante, debemos preguntarnos: ¿Tiene o no tiene razón el Rabino Shemtov al afirmar que los matrimonios mixtos (sin importar del tipo que sean) contribuyen a la asimilación judía? Desilusionando probablemente a los lectores en búsqueda de respuestas contundentes, la mejor respuesta que puede darse a esta pregunta sociológica clave es: “depende”.
En primer lugar, las afirmaciones de Shemtov tienen mucho más soporte empírico cuando aceptamos que cuando rechazamos el criterio halájico-ortodoxo de la identidad judía (criterio que considera judías únicamente a las personas nacidas de madre judía y a los conversos a través de procedimientos avalados por la línea ortodoxa del judaísmo). Si tomamos el criterio de identidad judía defendido por Shemtov, automáticamente quedan excluidos como judíos y por tanto considerados como “asimilados” tanto los hijos de matrimonios mixtos donde la madre no es judía, incluyendo a las mujeres convertidas por rabinos no ortodoxos (puesto que estas conversiones no son consideradas válidas por la línea ortodoxa). Si en cambio tomamos como válido el criterio de identidad judía del judaísmo masortí (conservador), contarán como judíos tanto los hijos de matrimonios con conversión por rabinato masortí u ortodoxo, así como las personas no judías de nacimiento convertidas por cualquiera de estas dos grandes corrientes religiosas. Finalmente, si aceptamos criterios aún más laxos de identidad judía (tal como por ejemplo hace el rabinato reformista o el mismo Estado de Israel), cuentan como judíos todos aquellos con un sólo padre judío (sin importar cuál) o incluso descendencia más lejana y los conversos de cualquier rama religiosa del judaísmo.
En suma, las estadísticas sobre matrimonios mixtos y asimilación inevitablemente dependerán fuertemente del criterio que uno adopte para definir a una persona como “judía” y, este criterio depende a su vez de las creencias religiosas y filosóficas que uno sostenga.
Aún así, debe admitirse que, hoy por hoy tanto en el Uruguay como en la mayoría de las diásporas, los matrimonios mixtos probablemente contribuyen más a la asimilación que a la continuidad judía, al menos si tomamos un criterio estrictamente numérico-demográfico (3). Asumiendo como válido un criterio de identidad judía más amplio que el del judaísmo ortodoxo y una fecundidad de dos hijos por mujer, es posible demostrar matemáticamente que para que los hijos de matrimonios entre una persona judía de nacimiento y otra persona no judía de nacimiento no contribuyan a la asimilación, es necesario que al menos un 50% de los hijos de estas uniones se identifiquen como judíos. En la actualidad, en la diáspora judía este porcentaje se halla por debajo (aunque no muy distante) de este mínimo indispensable.
Decir cómo las cosas son hoy día en el mundo social, sin embargo, no resuelve la pregunta de cómo serán en el futuro. En este sentido, es insuficiente repasar las estadísticas actuales de matrimonios mixtos y asimilación para predecir cómo serán las cosas en el futuro y para establecer leyes sociales inmutables (que de hecho difícilmente existan). Esto es así, porque los efectos de los matrimonios mixtos sobre la asimilación dependen de la sociedad y el momento histórico al que nos estemos refiriendo. Así, en algunos contextos sociales o históricos, los matrimonios mixtos pueden tener efectos más bien favorables mientras que en otras circunstancias pueden ser mucho más nocivos para la continuidad del grupo en consideración. Para ir al caso específico de los judíos, la historia nos enseña que es muy diferente un contexto en el cual a los judíos que entablan matrimonios mixtos se les obliga o induce de una u otra forma a asimilarse y adoptar la cultura del cónyuge no judío que en una sociedad donde existen plenas garantías para que los matrimonios mixtos que así lo deseen, lleven a cabo una vida judía.
De igual forma, hoy día no son iguales las chances de asimilación de los hijos de una pareja “mixta” que por la razón que fuese emigró al Estado de Israel que las chances de los hijos de una pareja residente en una ciudad con una ínfima proporción de judíos y sin una sólida red de instituciones judías existente. Mientras en un caso, los hijos
probablemente se educarán en un contexto social y político donde se respira “judaísmo” (sea en una versión secular o en una versión religiosa), en el otro estarán mucho más permeables a las influencias del contexto no judío que les rodea. Siguiendo esta línea argumental, si imaginamos un futuro (verosímil por cierto) en el cual la mayoría de la población judía resida en un estado judío, es perfectamente posible (y a mi juicio probable) que la mayoría de los matrimonios mixtos que habiten en dicho estado no contribuyan a la asimilación sino, todo lo contrario, que se acoplen y contribuyan con la vida judía allí predominante.
En suma, no se puede responder a la pregunta sobre si los matrimonios mixtos conducen o no a la asimilación judía (como “Amores Imposibles” intenta) de una vez y para siempre, sino que es imprescindible tomar en cuenta el marco histórico y social de análisis y saber si ese marco al que nos referimos estimula e induce a vivir una vida judía a los cónyuges que forman un matrimonio mixto así como a sus descendientes. A la luz de la evidencia histórica, pues, la predicción “sociológica” de “Amores Imposibles” que sostiene que los hijos de matrimonios mixtos adorarán a otros dioses (sean éstos seculares o religiosos) se cumple para ciertas circunstancias sociales pero no se cumple para muchas otras. Por cierto, exactamente lo mismo cabe decir sobre la “contra-predicción” sociológica que sostiene que los hijos de matrimonios mixtos contribuyen a la continuidad del pueblo judío.
Tres reflexiones adicionales son necesarias. En primer lugar, hay una realidad que aún quienes comulgan con los principios del judaísmo ortodoxo deben admitir: es muchísimo mayor la magnitud del efecto sobre la asimilación (al menos la asimilación en sus manifestaciones más extremas) de quienes no son halájicamente judíos ni se interesan por ser judíos, que de quienes no son halájicamente judíos pero “viven como judíos”. Para decirlo más gráficamente, no pueden caber dudas que las contribuciones a la asimilación son totalmente diferentes en los contextos donde la mayoría de los descendientes sólo de padre judío pueblan las instituciones judías, comparten códigos y reproducen la cultura judía en sus múltiples facetas, se rodean de varios pares judíos y dan luego a sus hijos una educación judía, que en los contextos donde el grueso de esta población lleva una vida desligada de la identidad judía en las dimensiones más fundamentales. Por tanto, aún suponiendo (aunque no admitiendo) que no son judíos quienes “viven como judíos” pero no nacieron de “vientre judío”, debemos reconocer que, si de un lado estas personas representan la asimilación (porque provienen de madres no judías), del otro representan y favorecen la continuidad judía en cada acto en el que contribuyen (contribuciones que en muchísimos casos han sido sobresalientes) a enriquecer el pensamiento y la acción de las comunidades judías en que participan. Tratar simplemente como “asimilados” a las personas de esta particular sub- población distorsiona más que captura adecuadamente la realidad.
En segundo lugar, es necesario estar alerta de que la creciente presencia de personas que viven como judías pero que tienen una especie de “membresía judía de segunda clase” (en la medida que no pueden participar plenamente de todas las esferas e instituciones de la colectividad por no ser judías de acuerdo al criterio ortodoxo) plantea un problema muy serio al futuro del mundo judío y, en especial, amenaza con generar una fisura aún más profunda entre quienes respetan, de un lado, y desconocen, del otro, al principio del “vientre judío”. Si creemos en la diversidad y al mismo tiempo en la unidad al interior del judaísmo, es hora de prestar las máximas energías a este serio conflicto ideológico y social que atraviesan las comunidades judías del mundo y de buscar al máximo posible, los caminos de encuentro en este diálogo difícil. De lo contrario, al revés que en una sociedad donde las disputas las ganen los mejores argumentos y las saludables negociaciones, iremos en el camino de las sociedades donde estas disputas se resuelvan lisa y llanamente a favor de quienes ostenten mayores grados de poder (demográfico, económico, político, etc).
Finalmente, cabe volver sobre la frase de Shemtov que sostiene que “si tu hijo se casa con una mujer no judía, los hijos de ella ya no serán considerados tus hijos” mientras que “en el caso que tu hija se case con un hombre no judío, inevitablemente los nietos se desviarán muy lejos del camino del judaísmo aunque sigan siendo judíos.” Sobre la primera parte de la frase, no cabe hacer más precisiones excepto reiterar que el excluir automáticamente de la población judía a los hijos de una madre no judía responde a un criterio particular (el del judaísmo ortodoxo) de definir quién es judío y quién no lo es.
Adoptar este u otros criterios a su vez, depende fundamentalmente de posturas religiosas, ideológicas y filosóficas.
La segunda parte de la frase, en cambio, sí abre mucho más lugar a la polémica “sociológica”. En este plano, voy a ofrecer mi perspectiva de forma contundente. A mi juicio, es incorrecto afirmar que “inevitablemente” (es decir, como si fuese una relación de causalidad perfecta) todos los hijos de madres judías y padres no judíos “se desviarán muy lejos del camino del judaísmo aunque sigan siendo judíos”. Suficiente para contrarrestar esta afirmación de “Amores Imposibes” es recordar que en diversas circunstancias históricas, personas provenientes de madre judía pero de padre no judío, en lugar de desviarse “muy lejos del camino del judaísmo” han vivido una vida judía plena, trasmitido su judaísmo a sus descendientes y contribuido a enriquecer al pueblo judío en los más diversos aspectos. En el mismo Uruguay, sé que el propio Shemtov conoce muchos hijos de este tipo de uniones que no se ajustan a la mencionada predicción. Así, pues, la afirmación vertida en “Amores Imposibles” sobre este particular merece ser corregida o, caso contrario (y difícilmente imaginable) aclarada convincentemente.
A Modo de Conclusión…
Entre sus múltiples cosas en común, los buenos escritos científicos y religiosos deben juzgarse más por las preguntas que plantean que por las respuestas que ofrecen. Así, merece más destaque y celebración la aparición de un estudio que se hace la pregunta correcta pero la responde inadecuadamente, que la de un trabajo que ofrece una sólida contestación a una interrogante banal. En este sentido, aunque algunos de los calificativos que Shemtov a veces utiliza para referirse a los matrimonios mixtos levanten gran polvareda, preguntarse por el efecto que tienen los matrimonios mixtos sobre la asimilación es una apasionante y legítima cuestión. No por casualidad, la relación entre matrimonios mixtos y asimilación constituye uno de los temas más debatidos en el campo de los estudios científico-sociales sobre minorías étnicas, raciales e inmigrantes, habiéndose generado la publicación de una enorme cantidad de artículos y libros académicos sobre el tema.
En este breve análisis, mi objetivo ha sido el de mostrar que muchas de las afirmaciones de “Amores Imposibles” en torno al tema son válidas siempre y cuando uno parta de las mismas bases conceptuales que su autor. Si uno por el contrario (y en sintonía con muchísimos judíos) no acuerda con Shemtov en principios básicos, como ser el criterio para definir quién es judío y quién no lo es, las conclusiones a la que arribará serán bastante diferentes. En otros planos, incluso aceptando las premisas religiosas del pensamiento de Shemtov, es posible poner en tela de juicio varias afirmaciones del libro (por ejemplo, las que sostienen que indefectiblemente los hijos de madre judía y padre no judío se asimilarán). Por sobre todas las cosas, el interés mayor de este análisis es el de dejar en evidencia que no existe una ley sociológica inmutable por la cual los matrimonios mixtos inevitablemente contribuirán a la asimilación. En el mundo actual, probablemente estos matrimonios probablemente sí lo hacen (aunque no dramáticamente) pero en muchos otros mundos plausibles y posibles no lo harían.
Como sociólogo, formado y especializado en temas de asimilación y minorías étnicas, y habiéndome dedicado durante varios años al estudio de los judíos uruguayos, celebro que Shemtov haya abordado (polémicamente pero con honestidad y brillantez intelectual) esta pregunta en su texto y estimulado un debate a mi juicio necesario. Bienvenidos sean entonces los esfuerzos analíticos que se sumen para la discusión de esta impostergable cuestión sobre el ser y el deber ser en el siempre desafiante mundo judío, evitando los agravios y llevando la discusión estrictamente al terreno de las ideas. Shemtov ha abierto las puertas para discutir reflexivamente, tal como él lo hace con Juan y Alejandra (los dos jóvenes novios no judíos) en su libro. Mantener abiertas de par en par dichas puertas es saludable y necesario.
1. Sociólogo. Magíster y Candidato a Doctor por la Universidad de California, Los Angeles (UCLA). Investigador especializado en el área minorías étnicas, raciales e inmigrantes. Autor de los libros El Uruguay Judío (Ediciones Trilce, Montevideo, 2006) y Perfil de los Egresados de la Red Formal de Educación Judía Uruguaya (con Nicole Berenstein, Consejo de Educación Judía del Uruguay, Montevideo, 2001). Email: rporze@ucla.edu
2. Bueno es aclarar que para Shemtov los matrimonios mixtos no son sólo una causa de la asimilación sino también su consecuencia, el producto de que existan muchos judíos sin un conocimiento cabal de las tradiciones, valores y normativas de la religión judía. Esta es otra interesantísima discusión en la que no puedo ingresar por razones de espacio.
3. La delimitación conceptual y metodológica del término “asimilación” es otro punto más que merece discutirse a fondo y que no puedo abordar en esta ocasión. Para conocer la posición del autor al respecto véase el capítulo 5 de El Uruguay Judío.
21.
Semanario Hebreo 29 de Mayo de 2008
Respuesta al Desafío Porzecanski
Rabino Eliezer Shemtov
En el Semanario Hebreo del 24/4/08 el sociólogo Rafael Porzecanski se refiere al debate desatado últimamente en los medios locales en torno a mi libro, Amores Imposibles, y la entrevista sobre el mismo publicada en la revista Galería del 14/2/08. ́
Analiza extensamente lo que denomina ‘una de las preguntas neurálgicas’ del debate: “¿Qué efectos tienen los matrimonios mixtos sobre la asimilación?”.
Extrae de lo que yo digo (basándome en Deuteronomio 7:3,4), que el matrimonio mixto lleva inevitablemente a la asimilación y desafía mis conclusiones al respecto con dos argumentos: 1) depende cómo se define quién y qué es un judío; 2) depende de la comunidad en la cual la pareja mixta se encuentra.
Según su hipótesis, si uno aceptase que el ser judío no depende necesariamente de que la madre sea judía, sino que alcanza con que el padre lo sea o inclusive que algún abuelo lo sea (dicho sea de paso, la Ley de Retorno que cita Porzecanski para esta última definición no define quién es judío, sino quién tiene derechos de ciudadanía israelí por ser descendiente de judíos, la definición de quién es judío está en manos del Rabinato), y si la pareja opta todavía por vivir en Israel, es de suponer que esa familia no se asimilará fuera del pueblo judío, sino que se asimilará dentro del pueblo judío, sumando así más integrantes activos y productivos para el pueblo judío, en lugar de restando. Para fundamentar su reto, cita ejemplos de la historia y de la actualidad, de hijos de madre judía y padre no judío que vivieron y viven una vida judía plena.
Me desafía a que corrija mi afirmación o que la aclare convincentemente.
Felicito a Rafael por su análisis lúcido, interesante y bien estructurado. No obstante ello, a mi entender las conclusiones son equivocadas.
Los temas Matrimonios Mixtos y Asimilación en el judaísmo no son iguales que los mismos temas para cualquier otro grupo étnico minoritario, área de especialidad del sociólogo. Para otros grupos étnicos minoritarios que se oponen a los matrimonios mixtos, su oposición se motiva por su resistencia a la asimilación. El motivo por el cual resisten la asimilación es utilitario, o sea es por el interés que tienen en perpetuar su historia, cultura, música, apellidos, recetas, etc., objetivos que se verían amenazados al contraerse un matrimonio mixto. Con que el cónyuge ‘importado’ acompañe las tradiciones de su pareja ‘étnico-minoritaria’, las tradiciones se mantendrán vivas y no habría por qué preocuparse por el matrimonio mixto.
En el judaísmo, en cambio, el tema Matrimonio Mixto tiene
implicancias muy diferentes: al casarse con alguien no judío, el judío viola una prohibición bíblica, un mandato Divino. Esto tiene un valor irreductible, además de atentar contra la perpetuación de la cadena milenaria del pueblo. O sea, la oposición al matrimonio mixto en el judaísmo no es simplemente una cuestión de preocupación por la perpetuación de las tradiciones y culturas étnicas heredadas de nuestros antepasados (cosa que se podría llegar a resolver si la parte no judía ‘viviese como judío’). El judaísmo es la manera de cumplir con lo que D-os quiere de nosotros, aquí y ahora. Los 613 preceptos del judaísmo son los componentes del pacto entre cada judío, y todo el pueblo judío, y D-os.
Por ejemplo: Robar está mal, independientemente del daño económico, físico o moral que puede llegar a causarle al robado. Aunque el robado sea un millonario y nunca se enterará de los $10 que alguien le haya robado, sigue siendo un delito (además de ser una trasgresión de una prohibición bíblica…).
Contraer un matrimonio mixto no está mal porque puede conllevar a la asimilación; generalmente ya es un acto de asimilación y desvinculación. Y aunque no fuere motivado por querer asimilarse, sería igualmente prohibido por ser una trasgresión de una prohibición bíblica.
En cuanto al ‘desafío Porzecanski’:
En realidad, en mi libro ni hablo del tema de ‘asimilación’. Encaro el tema de los matrimonios mixtos desde su esencia más pura y original, o sea la prohibición bíblica. Inclusive el versículo de Deuteronomio que cito que prohíbe a una mujer judía casarse con un hombre no judío – aunque sus hijos sean judíos – no habla de la posible ‘asimilación’, sino del eventual alejamiento del camino que D-os nos marcó… O sea, no se trata aquí de un tema socio-cultural, sino de un tema religioso.
Aunque el ‘desafío Porzecanski’ no se remonta necesariamente en lo que escribí, igualmente quisiera responder, aprovechando la oportunidad para aclarar los temas planteados en el mismo:
Si bien es posible que el hijo de una madre judía y un padre no judío resulte ser un judío muy activo e identificado, lo mismo es cierto también para uno que es hijo de padre y madre no judíos. Es posible – y hay miles de ejemplos de eso – que el hijo de padres no judíos se convierta en un judío ‘muy judío’ y realmente judío. Es más que obvio que esto no quiere decir que tener padres no judíos conlleva a ser judío… ya que el judaísmo de su hijo no es el resultado de haber nacido de padres no judíos, sino todo lo contrario, llegó a serlo a pesar de ello.
Del mismo modo, cuando hablamos de un matrimonio mixto, aunque produzcan hijos judíos por ser el padre la parte no judía de la pareja, lo natural es que dicho matrimonio produzca una familia alejada de sus raíces judías y de una vida judía plena. Las estadísticas demuestran que difícilmente tengan nietos judíos, salvo por una influencia externa en la familia.
La explicación de por qué es muy sencilla: Es más que evidente que una mujer judía muy comprometida con su judaísmo no se casaría con alguien no judío (tanto por la trasgresión bíblica que implica como por la incompatibilidad cultural y religiosa) y si lo hizo, ¿cuánto judaísmo va a querer y/o saber transmitir a sus hijos? ¿Cuán importante puede ser el judaísmo para ella como para que sobrepese la influencia del padre si la quiere tener? Ante la falta de una educación judía profunda, coherente y rica, ¿qué chance tendrán sus hijos de resistir la presión social y no asimilarse en la sociedad abierta y seductora que nos rodea? Y ¿qué le dirá a su hijo el día que quiera casarse con una chica no judía? Si para ella un marido no judío era aceptable, ¿por qué no aceptaría una esposa no judía para él? Sus nietos ya no serán judíos…
Así que es natural y lógico – e históricamente comprobado – que los hijos o nietos de una pareja mixta se perderán como judíos activos, salvo que haya, como dije, una influencia externa. Claro que puede haber excepciones, pero son nada más que eso: excepciones.
Aclaro que no es mi intención juzgar al que opta por el matrimonio mixto; simplemente estoy refiriéndome a los hechos.
Entiendo que uno puede, como en las posibilidades teóricas que trae Porzecanski, ‘reconfigurar el tablero’, redefinir el judaísmo a tal punto hasta que no haya incompatibilidad entre ser un ‘buen judío’ (según alguna de esas definiciones) y casarse con alguien que no lo sea.
Pero como lo expresa el Rabino Aron Moss, (publicado en Revista Kesher, No. 27):
“Si aplicáramos esta lógica a otros escenarios, la mayoría de los problemas de la sociedad podrían ser fácilmente resueltos.
“Reduciríamos el número de personas que viven por debajo de la línea de pobreza simplemente haciendo que descienda la línea de pobreza.
“La tasa de criminalidad tendría un dramático descenso, simplemente legalizando la actividad criminal.”
¡Y, si bajáramos el promedio de la expectativa de vida de las personas …. todo el mundo sería longevo!”
En resumen:
Para poder hablar sincera y constructivamente del tema de la asimilación y la perpetuación del judaísmo, hace falta definir, antes que nada, qué quiere decir Judaísmo. ¿Qué quiere decir ‘vivir como judío’? Comer Guefilte Fish confeccionado de mariscos, por ejemplo, ¿es vivir como judío? ¿Alcanza con ‘sentirse muy judío’?
Según la Torá, y como fue practicado lo largo de los milenios, hasta el día de hoy en el Uruguay, para entrar a ser parte del pueblo judío, no alcanza con ‘vivir como’ judío; hace falta convertirse en judío. Se trata de un cambio de identidad; no simplemente un cambio de conducta. Con que el no judío viva ‘como judío’ no se resuelve el problema del matrimonio mixto; sigue siendo no judío. Por más excelente persona que sea, y por más amigo que sea de los judíos, sigue sin pertenecer al pueblo judío. Somos un pueblo. Hay quienes formamos parte de él y quienes no. Hay normas claras de afiliación.
Es un tema que da para mucho y dejaré para otra oportunidad los otros aspectos importantes del tema que quedaron en el tintero, tales como el tema de Pueblo Elegido y sus implicancias y el tema de Kol Israel Arevim ze baze, o sea la interdependencia y la responsabilidad que todos tenemos los unos por los otros por pertenecer al pueblo judío.
Aprovecho las ‘últimas gotas de tinta’ para agradecer al Semanario Hebreo el extenso espacio cedido para este tema tan vital.
22.
Semanario Hebreo
Montevideo, 10 de Julio de 2008
“¿Acaso no tenemos todos un mismo padre? ¿Acaso no nos creó a todos el mismo D’os?” (Malaji 2:10)
Lic. Rafael Winter (Rufo)
En el libro “Amores imposibles”, que he leído ya hace tiempo con sumo interés y que recién ahora he podido plasmar por escrito mis reflexiones, el Rabino Shemtov toca varios temas los cuales de alguna forma, se vinculan entre sí. Veamos lo que dice acerca de la educación judía en el Uruguay respondiendo, como siempre en su libro, a las inquietudes y planteamientos de “Juan” y “Alejandra”. Dice el Rabino y cito textual: …el producto final de la educación existente es una persona conflictuada que no sabe reconciliar sus valores concientes y sus convicciones e intuiciones inconcientes… La educación que reciben se nutre de fuentes y criterios ajenos al judaísmo. Niegan la condición particular del judío. Apuntan a normalizarlo y redefinirlo como ciudadano universal… no funciona” (Pág. 39). Mucho más adelante expresa que “el matrimonio mixto es un síntoma de un problema mucho más importante: la falta de educación judía adecuada… no podemos conformarnos con el mínimo que reciben en escuelas y liceos… ¿por qué nos conformamos con un sistema educativo del cual salen sin saber ni entender una página de la Biblia o del Talmud en su texto original?” (Pág. 159).
Discrepo totalmente con varias de las expresiones anteriormente citadas. La educación judeo-sionista en nuestros colegios integrales tiene como objetivo formar un judío conciente, orgulloso de su identidad y de sus raíces, conocedor y respetuoso de las fuentes, valores y tradiciones vinculadas con aquellos, los cuales también consideramos sumamente necesario vivenciar. Formar un judío conocedor de nuestra historia, de nuestro pasado, con sentimientos de pertenencia a nuestro pueblo. Que sepa y sea conciente de dónde venimos y hacia dónde vamos. Proporcionando además una educación sionista – tomando el término “sionista” en sus distintas acepciones, lo que enfatiza la centralidad, no sólo de “Eretz” sino también de “Medinat” Israel. Siempre se puede y se debe hacer más. Mejorar. A nivel programático, metodológico y también de contenidos. Pero en lo personal valoro profundamente la educación judía tal cual se imparte en el Uruguay en los colegios integrales existentes y agrego algo más: cuando fui a la exposición de Shoá y contemplé, además de la muestra en sí, la magnífica tarea de los guías – en su amplia mayoría exalumnos de la red escolar judía – tarea que combina conocimientos, sensibilidad, convicción, sentimiento de pertenencia y capacidad de transmisión, me sentí y me siento, más que satisfecho, orgulloso de la educación judía que han recibido y ratifico absolutamente lo antes mencionado. A pesar de que probablemente no todos – yo tampoco – hayan leído sobre Abaie, Raba y Rav Ashi…
En las páginas 35 – 36, “Juan” hace una llamativa “reflexión” sobre sionismo. Dice: “…hace tiempo comencé a relacionarme con un marco judío fuerte… esto me llevó a conocer muchas familias de distinto grado religioso… la mayoría de estas familias inclinadas al sionismo no tienen siquiera conciencia de lo que esto significa. Este famoso plan… sólo promueve un falso espíritu sionista en los jóvenes… ¿quieres saber qué hacen los jóvenes en ese plan? Bueno, los hombres se dedican a emborracharse y probar marihuana. Y las mujeres agregan la pérdida de su virginidad con algún joven israelí. Es la conclusión de los casos de la mayoría de judíos y judías que conozco”. Luego Juan en su posdata “suaviza”: “temo que mi análisis se limite a la sociedad judía de clase media alta” (Pág. 37). La enmienda de Juan no es precisamente mejor que el soneto.
¿A quién respondo? ¿A Juan o al Rabino? No es de suponer que el libro promocione dichos planes (shnat, majon) a Israel pero sí digo que la referencia a los mismos y la no respuesta del Rabino me causó, no sorpresa, pero sí consternación. Los programas como majon, shnat y otros tienen varios objetivos, entre los cuales hacer conocer y vincular al joven judío con Medinat Israel su sociedad y realidad. Son fundamentales. La forma como el tema (no) es abordado en el texto (superficial, peyorativo, liviano) deja mucho que desear y es decepcionante por demás.
Cito nuevamente textual: “no somos iguales a todos los demás. Somos esencialmente diferentes. Tenemos una misión de vida totalmente diferente. Tenemos necesidades espirituales totalmente diferentes… Tenemos un alma totalmente diferente. Tenemos conflictos espirituales totalmente diferentes” (Pág. 39). Continúo: “esa muralla milenaria que separa entre judíos y no judíos no son reconciliables…Cada judío nace con un alma que tiene ciertas características que lo distinguen de los que no lo son… No puede haber reunión entre dos almas que son esencialmente diferentes e incompatibles… Ambas son esencialmente diferentes… El judío y el no judío tienen dos roles completamente diferentes en el esquema global de la creación… ¿Qué es lo que distingue al judío de quien no lo es?… Lo que distingue al judío es la Neshamá (alma) que posee. El alma del judío es diferente al alma del no judío. Tienen potenciales, características y necesidades diferentes…” (Págs.:105, 106,107, 118, 149, 150).
Conceptos como estos son los que finalmente confluyen en la metáfora del pez y el pájaro para querer demostrar algo inexistente: la desigualdad del género humano. ¿Cómo reaccionaríamos nosotros si alguien, gentil, viene y dice por ejemplo: “mi alma es diferente a la del judío… me separa una muralla milenaria de los judíos… somos incompatibles con los judíos”? El término que utilizaríamos para definir a dicho gentil sería: discriminación, racista o antisemita.
De acuerdo a los conceptos – opiniones –mencionados en el libro, el mundo estaría pues dividido entre judíos y no judíos. Nada más. Nadie más. Los judíos, “distintos” por supuesto, se contraponen a los no judíos. Más aún: somos esencialmente distintos, almas diferentes, roles diferentes, incompatibles y por lo tanto totalmente separados los unos de los otros.
No comparto. Pienso que mi rol, nuestro rol en este mundo es el “tikun olam” es decir, tratar de aportar cada uno su granito de arena para que este sea un mundo mejor. En mi condición de judío esto es, entre otras cosas, lo que me une al género humano. Considero que ese es el rol que cada persona debería tener. ¿Qué significa entonces que “somos distintos”?
Para quien esto escribe no somos distintos a todos. Sería (es) inconcebible. Somos distintos, como cada uno lo es, entre todos y por supuesto tenemos derecho a serlo: con nuestras tradiciones, costumbres, valores, cultura y forma de vida que debemos y queremos preservar y cuidar. De la misma forma cada pueblo, nación, religión, cultura o civilización es diferente uno del otro. Que todos los demás sean iguales (entre sí) y nosotros los únicos “distintos” lo considero inconcebible. Nuestro destino no es, ni debe ser estar aislados del mundo. Al mismo tiempo que judíos que queremos conservar nuestra identidad, somos parte de la humanidad. Compartimos su destino. No “aislados de” sino “junto a”. Hemos sido, y aún somos demasiado marginados por otros como para seguir automarginándonos nosotros mismos. Podemos, queremos y debemos seguir siendo judíos: pero no dentro de un gueto físico ni mental. Cito textual: “ser judío, para uno que haya nacido judío es una condición que no depende de su voluntad… implica una pertenencia tan fuerte, o más, que los lazos entre padres e hijos… renegar de la condición de judío es como optar por tener otra madre” (Pág. 59). “Ser judío es una condición de esencia y no simplemente un estilo de vida. Uno no es judío porque festeja Pesaj sino al revés: uno tiene la obligación de festejar Pesaj y tiene sentido hacerlo, debido a que ya es judío… Se tiene la obligación de cumplir con las mitzvot debido a que se es judío y no se es judío porque se cumple con las mitzvot…” (Págs.117, 150). “Cada judío tiene la misma esencia que cualquier otro la cual hereda de su madre… Un judío de nacimiento es judío a pesar de todo lo que piense, hable o haga…”(Págs. 151, 157)
Me permito discrepar con el Rabino Shemtov. Sí: festejo Pesaj porque soy judío y como el Rabino mismo dice tiene sentido hacerlo. Pero no lo hago por “obligación”. Sí por los valores que trasmite. Cumplir con las mitzvot es también un privilegio, una “señal” de libertad más allá de un deber.
Cierto es, uno “ya nace judío” (más allá de quienes se convierten al judaísmo). A partir de que tengo discernimiento ser judío sí depende de mi voluntad. A lo largo de la historia miles de judíos, y no me refiero a quienes han sido perseguidos o influidos por persecuciones, han dejado voluntariamente el judaísmo. Apóstatas. Incluso algunos, luego de convertidos a otra religión nos han difamado y perseguido. Dejaron de ser judíos. Por su propia voluntad.
Considero que a partir del discernimiento uno elige ser judío. Y eso es lo que vale: ser judío por elección. Qué alcances tiene su judaísmo es otra cosa. Pero vale la pena serlo, no por fatalismo, no por determinismo, no por obligación sino por sentimiento y elección.
En cuanto a lo de la “esencia” repito, a riesgo de ser reiterativo: considero que la de mi pueblo y por lo tanto la mía es la misma que la de cualquier ser humano. Pues tal como lo dijo el profeta: “todos tenemos un mismo Padre, a todos nos creó el mismo D’os”. Obviamente “si no somos iguales”, si “somos incompatibles con los gentiles” y además tenemos “almas diferentes” el matrimonio mixto, de acuerdo a dicha concepción estaría invalidado.
Cito textual: “en el caso del matrimonio mixto es una trasgresión que no se revierte fácilmente… No existe matrimonio entre un judío y alguien que no lo es… en el caso de matrimonio mixto es una ruptura clara, prácticamente irreversible… ¿Sus hijos se educarán como judíos?… Te hablo por experiencia con unas cuantas parejas que conozco” (Págs. 27, 58, 65) “El casarse fuera de la religión es una especie de traición además de ser una grave trasgresión de la Torá. ¿Cómo se puede aceptar una felicidad basada en una trasgresión tan flagrante?… Si el matrimonio mixto es algo prohibido ¿por qué aceptarlo aún cuando alguien encuentra en ello felicidad? … (Pág. 86)
Algunas consideraciones personales.
Cuando una persona que no es de origen judío se convierte al judaísmo y se casa, Jupá mediante, asumiendo un compromiso con el judaísmo hacia el futuro y llevándolo a la práctica, considero que la pareja deja de ser “mixta”. Demás está decir que discrepo totalmente con los términos “traición y trasgresión” empleados en el contexto al cual el Rabino se refiere.
“No existe matrimonio entre un judío y alguien que no lo es” (Pág. 38). Pues sí existe, Rabino. Más allá de su respetable definición de matrimonio. Existe. Por supuesto yo también aspiro a que dicho matrimonio, reitero, asuma un compromiso de vida judía tal que haga posible nuestra continuidad. “¿Sus hijos se educarán como judíos? Te hablo por las experiencias con unas cuantas parejas que conozco” (Pág.65). Pues Rabino: por el contrario yo también conozco parejas (antes mixtas, luego de la conversión dejaron de serlo) cuyos hijos y ya los hijos de éstos sí han sido y son educados como judíos: en la casa, escuela y tnuá. Como judíos y como sionistas. Han activado y activan en la comunidad judía. Van a la Sinagoga. Apoyan causas sociales. Se sienten judíos, viven como judíos de acuerdo a nuestros valores, asumen un compromiso de vida judía y por si esto fuera poco apoyando firmemente como no puede ser de otra manera, la causa de Medinat Israel.
En cuanto al tema, vinculado al anterior, de las conversiones, cito algunos de los conceptos vertidos en relación al mismo: “porque alguien… le vendió una conversión falsa a su madre…” (Pág.8). “El judaísmo no prohíbe al judío casarse con una persona de origen no judío que se haya convertido al judaísmo. Por supuesto que dicha conversión debe realizarse de acuerdo a las exigencias de la religión judía” (Pág.100). Y cita previamente el ejemplo de Rut, la ejemplar mujer moabita, que se convirtió al judaísmo. Pero luego… “creen que al tomar un cursillo y pagar unos pesos para que alguien les firme un certificado de afiliación ya está” (Pág.117). “El proceso de guiur (conversión) es muy simple. Consiste en tres pasos: 1- circuncidarse; 2-sumergirse en una mikve (baño ritual), 3- aceptar el cumplimiento de los preceptos de la Biblia en su totalidad. Dichos pasos tienen que realizarse ante un tribunal rabínico válido…Dichos tres pasos son los mismos por medio de los cuales el pueblo judío se convirtió en pueblo judío al pie del Monte Sinaí hace 3320 años. Al que quiere ingresar al pueblo judío no se le pide más ni se le acepta menos de lo que el pueblo judío en su totalidad hizo para lograr tal condición… Hace falta pasar por el proceso de conversión auténtica y no por los procesos “cosméticos” que abundan y se hacen pasar por opciones más “abiertas”… Uno que quiere convertirse en judío debe… aceptar cumplir con la Torá en su totalidad para que sea aceptado como tal” (Págs. 153 y 157).
Algunas consideraciones personales: expresiones como “conversión falsa”, “procesos cosméticos”, “tomar un cursillo y pagar unos pesos” son contraproducentes y no contribuyen precisamente al mejor y más sano relacionamiento y convivencia entre las distintas corrientes del judaísmo.
Por otra parte tengo mis dudas en cuanto a que el proceso de guiur, sin duda necesario, sea muy simple. Por ejemplo el Brit Milá… Tampoco me consta que el pueblo judío haya dado esos pasos tan importantes – brit, mikve – al pie del Monte Sinaí. Dudo, y lo digo sin ironía, que hubiera mohalim para tanta gente y una mikve o varias al pie del Sinaí o en el desierto… Lo desconozco.
Exigir el cumplimiento de la totalidad de las mitzvot a un converso, más allá de los argumentos que se manejen para tal fin, me parece excesivo. Exigencia desmedida para quien, de buena fe quiere ingresar a nuestro pueblo. Considero que esa exigencia obedece también a otra razón: disuadir a la persona que se quiere convertir a que no lo haga.
“Si la conversión no respeta las normas halájicas…”. De acuerdo. Comparto sin duda que debe respetarlas. Pero sí considero que la interpretación de la halajá puede ser variada admitiéndose distintos enfoques en el marco de un necesario pluralismo que debe existir y con el cual debemos coexistir. En otro orden de cosas: el Rabino afirma que “el camino de la Torá es el camino de la paz y la verdad… hacer lo que D’os quiere te traerá bendiciones verdaderas, infinitas y eternas” (Pág.19).
“… Los deberes y el compromiso con la Torá van más allá de si lo hacen feliz o no a uno… con la Torá uno hace lo que debe independientemente de su felicidad personal. Lo hace porque es correcto… es la llave hacia la verdadera libertad personal… el objetivo de la Torá es la verdad y no necesariamente la felicidad… Si la felicidad personal concuerda con la verdad objetiva, bárbaro… la verdad y no la felicidad es la llave” (Págs.91, 92 y 171).
Cito nuevamente: “Hacer lo que D’os quiere te traerá bendiciones…” Si estamos hablando de este mundo, no del Olam Habá, no concuerdo totalmente con dicha afirmación: me consta que millones de judíos a lo largo de la historia, incluyendo épocas muy cercanas y trágicas, hicieron y hacen lo que D’os quiere, es decir: se han desempeñado correctamente en su paso por la vida. ¿Acaso D’os quiere otra cosa? Pero no fueron ni son recompensados con bendiciones infinitas o eternas.
“El objetivo de la Torá es la verdad… Si la felicidad personal concuerda con la verdad objetiva, bárbaro…” ¿Qué es la verdad, Rabino? ¿Y la verdad “objetiva”? ¿Quién lo determina? ¿En base a qué criterios? Obviamente que hay parámetros morales pero ¿es la Torá la única depositaria de la verdad? En lo personal la respeto, la venero y la considero parte inseparable de mi ser pero para otros seis mil millones de seres humanos ¿es la Torá la única verdad o la verdad objetiva?
En cuanto a la felicidad tiene el derecho, Rabino, de anteponer el “debo” al “quiero”. Tal cual como lo entiende o como considera que nuestras fuentes lo entienden. De todos modos permitámosle a cada persona si de felicidad se habla, a buscar la propia. Permitámosle a cada judío a buscar un equilibrio, el justo medio entre el “debo” y el “quiero”. Intentar que lo “imposible” “pueda ser posible”: judaísmo, felicidad y continuidad. Creo que para D’os, por lo menos para el D’os en el que yo creo, “ver” felices a los seres humanos es seguramente también importante.
Me he limitado, sin profundizar demasiado por razones de espacio, a expresar mis opiniones. Nada más. Mucho me ha quedado en el tintero.
Una reflexión final: hace un par de años al asesino de Itzjak Rabin, Igal Amir, se le autorizó a casarse en prisión – casamiento “sui géneris” – con una mujer de su misma filiación ideológica la cual se enamoró de él “a distancia”, mezcla de extraño amor y admiración por el asesino durante los años en los cuales Amir ha estado en prisión. Además de que ese casamiento no debería haberse autorizado, yo me pregunto: ese amor entre el asesino y su mujer ¿ese sí es posible? ¿y solamente porque ambos son judíos? ¿Ese es el único parámetro para unir a dos personas, en este caso, judíos? El concepto de “amores imposibles” ¿no debería ser válido con más razón para este caso?
No sé si se ha escrito algún libro al respecto…
PD: las citas del libro “Amores Imposibles” son textuales. Las palabras en negrita son destacadas por quien suscribe.
23.
Semanario Hebreo
Montevideo, 17 de Julio de 2008
Textos, Contextos y Pretextos
Eliezer Shemtov
En el Semanario Hebreo de la semana pasada el Lic. Rufo Winter expresa sus discrepancias con lo expresado en mi libro, Amores Imposibles.
Debido a límites de espacio me remitiré simplemente a responder brevemente a algunos puntos.
No quiero entrar a señalar lo fuera de contexto en que aparecen los textos citados; cosa que me hace pensar que los comentarios son simplemente pretextos.
Ya que abusamos tanto de la buena disposición que manifestó el Semanario Hebreo con el espacio cedido para este diálogo, quiero aprovechar para agradecerle a la estimada directora y sugerir que se organice un diálogo público en el cual se podrá expresar las ideas más libremente. Mientras tanto invito al lector a seguir el tema en www.amoresimposibles.org.
1.
El título del artículo, una cita del profeta Malaji, fue usada no sólo fuera de contexto, sino en contra de la intención de la misma. Basta con ver el texto original para enterarse que el profeta Malaji transmite un rezongo Divino hacia los líderes del pueblo judío de aquel entonces justamente por la conducta de menospreciar a sus esposas judías en pos de sus esposas gentiles…
2.
Cita los comentarios de Juan sobre el sionismo sin citar mi respuesta de defensa….
No me parece una actitud intelectualmente honesta…
3.
Critica mi división de la humanidad entre judíos y no judíos.
Me intriga entonces saber cómo es que les explica a sus alumnos las siguientes palabras que les enseña a cantar: Asher bajar banu mikol haamim venatan lanu et torato….
Según mi diccionario quiere decir: (Bendito eres tu, D-os…) que nos ha elegido entre todas las naciones y nos ha dado Su Torá…
Puede ser que no le guste la idea que los judíos somos diferentes a todos, pero no es una idea original mía…Lo único que hice fue explicar en qué está la diferencia.
Por supuesto que ser diferente no implica alejarse de la sociedad, como quiere hacer entender de mis palabras, sino integrarse y jugar un rol importante y único – como judíos – en la familia de las naciones.
4.
Dice: “Sí: festejo Pesaj porque soy judío… Pero no lo hago por “obligación”. Sí por los valores que trasmite.”
Me imagino que antes que el Licenciado come Matzá en el Séder de Pésaj dice la bendición correspondiente: Bendito eres Tu, D-os….. Quien nos ha santificado por medio de Sus preceptos y nos ha ordenado comer Matzá.
Comer Matzá en el séder de Pésaj es una orden Divina. Puede resultar más gratificante entender y sentir algún significado personal al cumplir con la orden. Pero no deja de ser una orden
Divina. Hay que cumplir con el precepto aunque uno no lo entienda. Naasé Venishmá (‘Haremos y entenderemos’) forma parte de nuestro acervo cultural desde sus albores.
5.
Discrepa con el tema de la diferencia de almas. ¿En qué basa su opinión? No ha citado ninguna fuente para fundamentar su discrepancia. ¿Es un tema sujeto a opinión personal? ¿Qué sabe y qué entiende del tema de las almas? ¿Cuáles son sus credenciales como para que opine sobre el tema?
6.
Dice: “Cuando una persona que no es de origen judío se convierte al judaísmo y se casa, Jupá mediante, asumiendo un compromiso con el judaísmo hacia el futuro y llevándolo a la práctica, considero que la pareja deja de ser “mixta”.”
Estoy 100% de acuerdo.
7.
Cita lo que escribí: “No existe matrimonio entre un judío y alguien que no lo es”. A lo cual responde: “Pues sí existe, Rabino.”
Pregunto: Un judío que se casa con una mujer no judía, ¿necesita un Guet (divorcio religioso) para casarse con una mujer judía? Aunque el casamiento mixto esté reconocido por la ley humana, no está reconocido por la ley Divina… O sea NO existe casamiento judío entre judío y no judío.
8.
Dice que: “expresiones como “conversión falsa”, “procesos cosméticos”, “tomar un cursillo y pagar unos pesos” son contraproducentes y no contribuyen precisamente al mejor y más sano relacionamiento y convivencia entre las distintas corrientes del judaísmo.”
Hablar de esa clase de conversiones “no contribuye a la mejor convivencia” y ¿¿realizarlas?? Mi objetivo es simplemente educar a mis hermanos para que sepan defenderse ante la mentira.
9.
Dice: “Exigir el cumplimiento de la totalidad de las mitzvot a un converso, más allá de los argumentos que se manejen para tal fin, me parece excesivo.”
Sólo con esto alcanza para entender por qué se considera esa clase de conversiones ‘con descuento’ como meramente cosméticas y esencialmente truchas.
¡¿Se le ocurriría decir que es exagerado exigirle a uno que quiere adquirir la nacionalidad uruguaya que respete a la constitución en su totalidad?!
10.
Pregunta:
“¿es la Torá la única depositaria de la verdad?”
Como educador judío debería tener más claro el rol que juega la palabra Divina en determinar el bien y el mal…
En cuanto a los seis mil millones de seres humanos que no son judíos, sí, la Torá fue dada también para ellos. Sus deberes están sintetizados en las Siete Leyes de los Hijos de Noé.
11.
En cuanto al casamiento de Igal Amir: más allá de lo que yo opine, no entiendo por qué lo critica el Licenciado si apenas unas líneas antes, dice: “Creo que para D’os, por lo menos para el D’os en el que yo creo, “ver” felices a los seres humanos es seguramente también importante…”
Además: fue la ley secular del país la que les permitió casarse. 12.
Dice: “ese amor entre el asesino y su mujer ¿ese sí es posible? ¿y solamente porque ambos son judíos? ¿Ese es el único parámetro para unir a dos personas, en este caso, judíos?”
En ningún momento digo que es el único parámetro para unir a dos judíos. Pero sí alcanza con que uno de ellos no sea judío para que esa unión sea prohibida por la Torá.
En conclusión:
Quiero reiterar que mi intención en publicar el tema no fue por considerarme ‘policía de D-os’, sino ‘guardián de mi hermano’. Por más que mi postura parezca dura, quiero que sepan que lo que me motiva a no aflojar es el amor innegociable que tengo para con cada integrante de mi pueblo y el respeto que tengo hacia cada integrante de la humanidad, creados todos a imagen y semejanza Divina.
24.
(No publicada por falta de espacio.)
Textos, Contextos y Pretextos – Versión 2
Eliezer Shemtov
Mis comentarios van intercalados en el texto del artículo del Licenciado. El texto del artículo original va en letras cursiva, mientras que mis comentarios van en letras negrita.
—————–
En el Semanario Hebreo del 10 de julio en su artículo titulado “¿ACASO NO TENEMOS TODOS UN MISMO PADRE? ¿ACASO NO NOS CREÓ A TODOS EL MISMO D’OS?” (Malaji 2:10) el Lic. Rufo Winter expresa sus discrepancias con lo expresado en mi libro, Amores Imposibles.
Con leer mi libro uno verá lo fuera de contexto en que aparecen los textos citados; cosa que me hace pensar que los comentarios son simplemente pretextos.
“¿ACASO NO TENEMOS TODOS UN MISMO PADRE? ¿ACASO NO NOS CREÓ A TODOS EL MISMO D’OS?” (Malaji 2:10)
Por Lic. Rafael Winter (Rufo)
El título del artículo, una cita del profeta Malaji, fue citada no sólo fuera de contexto, sino en contra de la intención de la misma. Basta con leer el texto original de Malaji para ver que se trata de un rezongo a los líderes del pueblo judío por menospreciar a sus esposas judías en pos de sus esposas gentiles… La palabra ‘todos’ se refiere a todos los judíos (argumentando que sus esposas judías son hijas del mismo padre y que no correspondía abandonarlas por las esposas gentiles que son de otro ‘padre’.) Cuando dice ‘¿acaso no nos creó a todos el mismo D-os?’ se refiere a los judíos porque creemos todos en el mismo D-os a diferencia de las demás naciones que cada uno cree en un D-os diferente…
En el libro “Amores imposibles”, que he leído ya hace tiempo con sumo interés y que recién ahora he podido plasmar por escrito mis reflexiones, el Rabino Shemtov toca varios temas los cuales de alguna forma, se vinculan entre sí. Veamos lo que dice acerca de la educación judía en el Uruguay respondiendo, como siempre en su libro, a las inquietudes y planteamientos de “Juan” y “Alejandra”. Dice el Rabino y cito textual: …el producto final de la educación existente es una persona conflictuada que no sabe reconciliar sus valores concientes y sus convicciones e intuiciones inconcientes… La educación que reciben se nutre de fuentes y criterios ajenos al judaísmo. Niegan la condición particular del judío. Apuntan a normalizarlo y redefinirlo como ciudadano universal… no funciona” (Pág. 39). Mucho más adelante expresa que “el matrimonio mixto es un síntoma de un problema mucho más importante: la falta de educación judía adecuada… no podemos conformarnos con el mínimo que reciben en escuelas y liceos… ¿por qué nos conformamos con un sistema educativo del cual salen sin saber ni entender una página de la Biblia o del Talmud en su texto original?” (Pág. 159).
Discrepo totalmente con varias de las expresiones anteriormente citadas. La educación judeo- sionista en nuestros colegios integrales tiene como objetivo formar un judío conciente, orgulloso de su identidad y de sus raíces, conocedor y respetuoso
de las fuentes, valores y tradiciones vinculadas con aquellos, los cuales también consideramos sumamente necesario vivenciar .
Me parecen objetivos muy loables. La pregunta es: ¿Cumplen con los objetivos declarados?
Habla de la importancia de vivenciar los valores y tradiciones. ¿Se refiere a todos o sólo a algunos? ¿Incluye vivenciar también aquello que personalmente no cumple? ¿Qué clase de educación es la que dice ‘haz lo que digo pero no lo que hago’?
Formar un judío conocedor de nuestra historia, de nuestro pasado, con sentimientos de pertenencia a nuestro pueblo. Que sepa y sea conciente de dónde venimos y hacia dónde vamos. Proporcionando además una educación sionista – tomando el término “sionista” en sus distintas acepciones, lo que enfatiza la centralidad, no sólo de “Eretz” sino también de “Medinat” Israel.
Siempre se puede y se debe hacer más. Mejorar. A nivel programático, metodológico y también de contenidos. Pero en lo personal valoro profundamente la educación judía tal cual se imparte en el Uruguay en los colegios integrales existentes y agrego algo más: cuando fui a la exposición de Shoá y contemplé, además de la muestra en sí, la magnífica tarea de los guías – en su amplia mayoría exalumnos de la red escolar judía – tarea que combina conocimientos, sensibilidad, convicción, sentimiento de pertenencia y capacidad de transmisión, me sentí y me siento, más que satisfecho, orgulloso de la educación judía que han recibido y ratifico absolutamente lo antes mencionado. A pesar que probablemente no todos – yo tampoco – hayan leído sobre Abaie, Raba y Rav Ashi…
¿Qué tiene que ver la exposición de la Shoá con el judaísmo? La temática de la exposición fue ‘la tolerancia y el respeto hacia las minorías’. Los valores promulgados fueron universales; laicos. Los guías podrían perfectamente haber sido no judíos. ¿Qué había de ‘judío’ en la exposición, más allá del hecho de que fue organizado por judíos y que se trataba principalmente de víctimas ‘judíos’. Yo también valoro a los guías, no por lo que demuestran de su educación judía, sino por lo que pueden llegar a ser y hacer el día que reciban las herramientas necesarias.
Dicho sea (no tan) de paso: No se trata de saber sobre Abaie, Rava y Rav Ashi; se trata de saber lo qué dijeron y quiénes fueron. Con saber exponer sobre la Shoá no se salva del deber de saber de Abaie y Rava. El Holocausto buscó erradicar no solo a los judíos, sino a LO judío… La ignorancia judía atenta contra LO judío de los judíos… No alcanza con sobrevivir físicamente; debemos vivir y crecer también espiritualmente. No le demos una victoria póstuma a Hitler..
En las páginas 35 – 36, “Juan” hace una llamativa “reflexión” sobre sionismo. Dice: “…hace tiempo comencé a relacionarme con un marco judío fuerte… esto me llevó a conocer muchas familias de distinto grado religioso… la mayoría de estas familias inclinadas al sionismo no tienen siquiera conciencia de lo que esto significa. Este famoso plan… sólo promueve un falso espíritu sionista en los jóvenes… ¿quieres saber qué hacen los jóvenes en ese plan? Bueno, los hombres se dedican a emborracharse y probar marihuana. Y las mujeres agregan la pérdida de su virginidad con algún joven israelí. Es la conclusión de los casos de la mayoría de judíos y judías que conozco”. Luego Juan en su posdata “suaviza”: “temo que mi análisis se limite a la sociedad judía de clase media alta” (Pág. 37). La enmienda de Juan no es precisamente mejor que el soneto.
¿A quién respondo? ¿A Juan o al Rabino? No es de suponer que el libro promocione dichos planes (shnat, majon) a Israel pero sí digo que la referencia a los mismos y la no respuesta del Rabino me causó, no sorpresa, pero sí consternación. Los programas como majon, shnat y otros tienen varios objetivos, entre los cuales hacer conocer y vincular al joven judío con Medinat Israel su sociedad y realidad. Son fundamentales. La forma como el tema (no) es abordado en el texto (superficial, peyorativo, liviano) deja mucho que desear y es decepcionante por demás.
En primer lugar, en un diálogo privado entre Juan y yo (que es lo que fue el diálogo originalmente) no tenía por qué entrar a defender los planes de los cuales habló, ya que no era el tema central del intercambio. De todas maneras, no me queda claro: ¿Opina el Licenciado que no ocurría lo que Juan alega o que no está mal que ocurriese?
¿Por qué no cita mi respuesta a Juan en la cual explico y defiendo en forma incondicional e inambigua el lazo ‘de alma’ que cada judío tiene con Israel y que nada tiene que ver con cuán divertida es su experiencia durante su estadía?
Cito nuevamente textual: “no somos iguales a todos los demás. Somos esencialmente diferentes. Tenemos una misión de vida totalmente diferente. Tenemos necesidades espirituales totalmente diferentes… Tenemos un alma totalmente diferente.
Tenemos conflictos espirituales totalmente diferentes” (Pág. 39). Continúo: “esa muralla milenaria que separa entre judíos y no judíos no son reconciliables… Cada judío nace con un alma que tiene ciertas características que lo distinguen de los que no lo son… No puede haber reunión entre dos almas que son esencialmente diferentes e incompatibles… Ambas son esencialmente diferentes… El judío y el no judío tienen dos roles completamente diferentes en el esquema global de la creación… ¿Qué es lo que distingue al judío de quien no lo es?… Lo que distingue al judío es la Neshamá (alma) que posee. El alma del judío es diferente al alma del no judío. Tienen potenciales, características y necesidades diferentes…” (Págs.:105, 106,107, 118, 149, 150).
Conceptos como estos son los que finalmente confluyen en la metáfora del pez y el pájaro para querer demostrar algo inexistente: la desigualdad del género humano.
¿Las diferencias implican necesariamente desigualdades? Entre el pez y el pájaro, ¿cuál de los dos es el ‘inferior’ y cuál es el ‘superior’? La metáfora del pájaro y el pez fue utilizado simplemente para representar el hecho de que el judío – para vivir como judío – necesita algo fundamentalmente diferente a lo que el no judío necesita para vivir y prosperar. Utilizaré un ejemplo sencillo: el vínculo que el judío tiene con Israel. Para el judío Israel es una parte natural y esencial de su identidad y patrimonio nacional y espiritual. Hereda el vínculo por el mero hecho de haber nacido judío. No es lo mismo para el no judío. Si el judío optase por resignarse de ese vínculo con Israel, implicaría un debilitamiento de su condición de judío, por más que no afecta para nada su condición de ser humano. Lo mismo ocurre con el Séder de Pésaj, Iom Kipur, Tefilín, Shabat, Mezuzá, Kashrut, etc.; nutren al judío y no hace nada para el no judío. Cada uno necesita otra cosa para vivir y crecer de acuerdo a su condición particular.
Quiero señalar otra cosa importante: EL QUE NO SABE DISCRIMINAR ENTRE, TERMINA DISCRIMINANDO CONTRA… Si tengo un perro y una oveja y los trato con igualdad, dándoles a los dos carne o forraje, con el argumento que ‘ambos son igualmente mamíferos’, estaría discriminando indefectiblemente contra uno de ellos. Para no maltratar a ninguno, debo reconocer sus diferencias y respectivas necesidades particulares.
¿Cómo reaccionaríamos nosotros si alguien, gentil, viene y dice por ejemplo: “mi alma es diferente a la del judío… me separa una muralla milenaria de los judíos… somos incompatibles con los judíos”? El término que utilizaríamos para definir a dicho gentil sería: discriminación, racista o antisemita.
En primer lugar, lo dice cada iglesia. En segundo lugar, decir que hay incompatibilidad en todo por la diferencia ‘del alma’ no es lo mismo que hablar de incompatibilidad para casarse. Muchas (si no todas) las religiones del mundo no reconocen un matrimonio entre uno de sus feligreses con una pareja que no lo sea. En tercer lugar, no es lo mismo decir ‘puedo casarme con cualquiera menos con fulano’ que decir ‘no puedo casarme con nadie menos con fulano’. En el primer caso es discriminatorio; en el segundo caso es simplemente una cuestión de autoperpetuación nacional. Además: cualquier no judío ‘incompatible con los judíos’ puede convertirse en judío si así lo desee sinceramente, adquiriendo así el alma judía y será aceptado como judío pleno.
De acuerdo a los conceptos – opiniones –mencionados en el libro, el mundo estaría pues dividido entre judíos y no judíos. Nada más. Nadie más. Los judíos, “distintos” por supuesto, se contraponen a los no judíos. Más aún: somos esencialmente distintos, almas diferentes, roles diferentes, incompatibles y por lo tanto totalmente separados los unos de los otros.
No comparto.
Discrepa con el tema de la diferencia de almas. ¿En qué basa su opinión? No ha citado ninguna fuente para fundamentar su discrepancia. ¿Es un tema sujeto a opinión personal? ¿Qué sabe y qué entiende del tema de las almas? ¿Cuáles son sus credenciales como para que opine sobre el tema?
Pienso que mi rol, nuestro rol en este mundo es el “tikun olam” es decir, tratar de aportar cada uno su granito de arena para que este sea un mundo mejor. En mi condición de judío esto es, entre otras cosas, lo que me une al género humano. Considero que ese es el rol que cada persona debería tener. ¿Qué significa entonces que “somos distintos”?
Para el Licenciado, ¿no hay diferencia entre los roles de los judíos y no judíos? El nuestro consiste en 613 preceptos mientras el de ellos consistía en siete. Tikún Olam es un objetivo colectivo general, relevante para todas las naciones; la manera específica de implementarlo es diferente para el judío y para el que no lo es.
Para quien esto escribe no somos distintos a todos. Sería (es) inconcebible. Somos distintos, como cada uno lo es, entre todos y por supuesto tenemos derecho a serlo: con nuestras tradiciones, costumbres, valores, cultura y forma de vida que debemos y queremos preservar y cuidar. De la misma forma cada pueblo, nación, religión, cultura o civilización es diferente uno del otro.
NO es de la misma manera. Todos los pueblos eligen ser diferentes ‘entre’. El pueblo judío fue elegido para ser diferente también ‘a’, ASHER BAJAR BANU MIKOL HAAMIM. Ser judío implica vivir de acuerdo a cómo D-os nos encomendó, y no simplemente de acuerdo a cómo a nosotros se nos antojó.
Que todos los demás sean iguales (entre sí) y nosotros los únicos “distintos” lo considero inconcebible.
Me intriga entonces saber cómo es que este profesor de estudios judaicos les explica a sus alumnos las siguientes palabras que les enseña cantar: Baruj Ata Hashem… Asher bajar banu mikol haamim venatan lanu et torato….
Según mi diccionario quiere decir: (Bendito eres tu, D- os…) que nos ha elegido entre todas las naciones y nos ha dado Su Torá…
Puede ser que no le guste la idea que los judíos somos diferentes a todos, pero no es una idea original mía… Lo único que hice fue aportar una explicación en cuanto a en qué, por qué y para qué la diferencia.
Nuestro destino no es, ni debe ser estar aislados del mundo. Al mismo tiempo que judíos que queremos conservar nuestra identidad, somos parte de la humanidad. Compartimos su destino. No “aislados de” sino “junto a”. Hemos sido, y aún somos demasiado marginados por otros como para seguir automarginándonos nosotros mismos. Podemos, queremos y debemos seguir siendo judíos: pero no dentro de un gueto físico ni mental.
Por supuesto que ser diferente no implica alejarse de la sociedad, como quiere hacer entender de mis palabras, sino integrarse y jugar un rol importante y único – como judíos – en la familia de las naciones. Como judíos, tenemos el deber de enseñar a todas las naciones a vivir de acuerdo a los valores delineados en las Siete Leyes de los Hijos de Noé.
Dos ejemplos destacados de ello son las Proclamaciones Presidenciales anuales firmados por los Presidentes de los EEUU, durante los últimos treinta años, declarando al cumpleaños del Rebe de Lubavitch, zi”a, como Día Nacional de Reflexión o Día Nacional de Educación en honor a su aporte a los valores éticos de la sociedad norteamericana por medio de su promulgación de una mayor conscientización de las siete Leyes de los Hijos de Noé, como también la Medalla de Oro que recibió del Congreso Norteamericano por esa misma razón. Vea, por ejemplo:
Una de las Proclamaciones Presidenciales: http://www.presidency.ucsb.edu/ws/index.php?pid=23514
Medalla de Oro: http://query.nytimes.com/gst/fullpage.html?res=990CE1 DA113EF930A2575AC0A963958260
Cito textual: “ser judío, para uno que haya nacido judío es una condición que no depende de su voluntad… implica una pertenencia tan fuerte, o más, que los lazos entre padres e hijos… renegar de la condición de judío es como optar por tener otra madre” (Pág. 59). “Ser judío es una condición de esencia y no simplemente un estilo de vida. Uno no es judío porque festeja Pesaj sino al revés: uno tiene la obligación de festejar Pesaj y tiene sentido hacerlo, debido a que ya es judío… Se tiene la obligación de cumplir con las mitzvot debido a que se es judío y no se es judío porque se cumple con las mitzvot…” (Págs.117, 150). “Cada judío tiene la misma esencia que cualquier otro la cual hereda de su madre… Un judío de nacimiento es judío a pesar de todo lo que piense, hable o haga…” (Págs. 151, 157)
Me permito discrepar con el Rabino Shemtov. Sí: festejo Pesaj porque soy judío y como el Rabino mismo dice tiene sentido hacerlo. Pero no lo hago por “obligación”.
Me imagino que antes que el Licenciado come Matzá en el Séder de Pésaj dice la bendición correspondiente: Bendito eres Tu, D-os….. Quien nos ha santificado por medio de Sus preceptos y nos ha ordenado comer Matzá.
Comer Matzá en el séder de Pésaj es una orden Divina. Puede resultar mas gratificante entender y sentir algún significado personal al cumplir con la orden. Pero no deja de ser una orden Divina. Hay que cumplir con el precepto aunque uno no lo entienda. Naasé Venishmá (‘Haremos y entenderemos’) forma parte de nuestro acervo cultural desde sus albores.
Sí por los valores que trasmite.
¿Igual que el Día de la Madre?
Cumplir con las mitzvot es también un privilegio, una “señal” de libertad más allá de un deber.
El verdadero concepto de la libertad en el judaísmo no implica tener la libertad para hacer lo que uno quiere, sino la capacidad de liberarse de los límites de uno mismo para hacer lo que D-os quiere. Este concepto nació con nuestro Patriarca Avraham cuando D-os le dice ‘Lej Lejá’. Lej leja quiere decir ‘andate’ como también ‘anda hacia ti mismo’. La manera de llegar hacia uno mismo, hacia la esencia de uno mismo es por medio de liberarse de los límites intelectuales, emocionales y habituales de uno mismo para estar en condiciones de hacer lo que D-os nos indica. El tema es fascinante, pero demasiado amplio como para abarcarlo exhaustivamente en este medio.
Cierto es, uno “ya nace judío” (más allá de quienes se convierten al judaísmo). A partir de que tengo discernimiento ser judío sí depende de mi voluntad. A lo largo de la historia miles de judíos, y no me refiero a quienes han sido perseguidos o influidos por persecuciones, han dejado voluntariamente el judaísmo. Apóstatas. Incluso algunos, luego de convertidos a otra religión nos han difamado y perseguido. Dejaron de ser judíos. Por su propia voluntad.
No dejaron de ser judíos, por más daño que nos hicieron. Si llegasen a arrepentirse de sus actos y quisiesen volver a vivir una vida judía, ¿tendrían que pasar por una conversión? Ser judío es una condición esencial. Forever. No depende de la voluntad de uno. Lo único que depende de la voluntad de uno es vivir de acuerdo a su condición o no.
Considero que a partir del discernimiento uno elige ser judío. Y eso es lo que vale: ser judío por elección. Qué alcances tiene su judaísmo es otra cosa. Pero vale la pena serlo, no por fatalismo, no por determinismo, no por obligación sino por sentimiento y elección.
Nuevamente, uno que nació judío no puede renunciar a su condición. Simplemente puede elegir vivir en consonancia o en disonancia con ella.
En cuanto a lo de la “esencia” repito, a riesgo de ser reiterativo: considero que la de mi pueblo y por lo tanto la mía es la misma que la de cualquier ser humano. Pues tal como lo dijo el profeta: “todos tenemos un mismo Padre, a todos nos creó el mismo D’os”.
Ese versículo se refiere al pueblo judío en particular y no a la humanidad en general! Lo sacó de contexto totalmente. (vea mi comentario relacionado con el título al principio de este artículo).
Obviamente “si no somos iguales”, si “somos incompatibles con los gentiles” y además tenemos “almas diferentes” el matrimonio mixto, de acuerdo a dicha concepción estaría invalidado.
No es POR eso, y lo digo claramente en el libro. La razón por la cual no reconocemos a los matrimonios mixtos como válidos es simplemente y únicamente porque la Torá los prohíbe. O sea, aunque fuéramos ‘iguales’, ‘compatibles con los gentiles’, y no tuviéramos ‘almas diferentes’, serían prohibidos porque la Torá los prohíbe. Si el Licenciado tiene mejores explicaciones de por qué la Torá los prohíbe, me gustaría escucharlas.
Cito textual: “en el caso del matrimonio mixto es una trasgresión que no se revierte fácilmente… No existe matrimonio entre un judío y alguien que no lo es… en el caso de matrimonio mixto es una ruptura clara, prácticamente irreversible… ¿Sus hijos se educarán como judíos?… Te hablo por experiencia con unas cuantas parejas que conozco” (Págs. 27, 58, 65)
“El casarse fuera de la religión es una especie de traición además de ser una grave trasgresión de la Torá. ¿Cómo se puede aceptar una felicidad basada en una trasgresión tan flagrante?… Si el matrimonio mixto es algo prohibido ¿por qué aceptarlo aún cuando alguien encuentra en ello felicidad? … (Pág. 86)
Algunas consideraciones personales.
Y lo dicho hasta ahora, ¿está basado en algo más allá que consideraciones personales? :)
Cuando una persona que no es de origen judío se convierte al judaísmo y se casa, Jupá mediante, asumiendo un compromiso con el judaísmo hacia el futuro y llevándolo a la práctica, considero que la pareja deja de ser “mixta”.
100% de acuerdo (siempre y cuando la conversión la realiza un tribunal rabínico apropiado).
Demás está decir que discrepo totalmente con los términos “traición y trasgresión” empleados en el contexto al cual el Rabino se refiere.
¿Por qué discrepa ¿Cómo se dice cuando uno hace algo que la Torá prohíbe? ¿No se dice trasgresión? ¿Qué sería una transgresión para el Licenciado?
“No existe matrimonio entre un judío y alguien que no lo es” (Pág. 38). Pues sí existe, Rabino. Más allá de su respetable definición de matrimonio. Existe.
Pregunto: Un judío que se casa con una mujer no judía, ¿necesita un Guet (divorcio religioso) para poder casarse con una mujer judía? Aunque el casamiento mixto esté reconocido por la ley humana, no está reconocido por la ley Divina… O sea NO existe casamiento judío entre judío y no judío.
Por supuesto yo también aspiro a que dicho matrimonio, reitero, asuma un compromiso de vida judía tal que haga posible nuestra continuidad.
¿Por qué prefiere que asuma un compromiso con la vida judía?¿No alcanza con asumir un compromiso con cualquier nación o religión (o con ninguna)? ¡Discriminación!
“¿Sus hijos se educarán como judíos? Te hablo por las experiencias con unas cuantas parejas que conozco” (Pág.65). Pues Rabino: por el contrario yo también conozco parejas (antes mixtas, luego de la conversión dejaron de serlo) cuyos hijos y ya los hijos de éstos sí han sido y son educados como judíos: en la casa, escuela y tnuá. Como judíos y como sionistas. Han activado y activan en la comunidad judía. Van a la Sinagoga. Apoyan causas sociales. Se sienten judíos, viven como judíos de acuerdo a nuestros valores, asumen un compromiso de vida judía y por si esto fuera poco apoyando firmemente como no puede ser de otra manera, la causa de Medinat Israel.
¿De qué judaísmo habla? ¿Hacer un McSéder en McDonald’s? Si uno se ‘convierte’ y no cumple con las exigencias del judaísmo, ¿en qué se convirtió, entonces? Además: ¿Hace falta ser judío para apoyar la causa del Sionismo? Habría que advertirles a los ganadores de los ‘Premios Jerusalén’….
En cuanto al tema, vinculado al anterior, de las conversiones, cito algunos de los conceptos vertidos en relación al mismo: “porque alguien… le vendió una conversión falsa a su madre…” (Pág.8). “El judaísmo no prohíbe al judío casarse con una persona de origen no judío que se haya convertido al judaísmo. Por supuesto que dicha conversión debe realizarse de acuerdo a las exigencias de la religión judía” (Pág.100).
Y cita previamente el ejemplo de Rut, la ejemplar mujer moabita, que se convirtió al judaísmo. Pero luego… “creen que al tomar un cursillo y pagar unos pesos para que alguien les firme un certificado de afiliación ya está” (Pág.117). “El proceso de guiur (conversión) es muy simple. Consiste en tres pasos: 1-circuncidarse; 2-sumergirse en una mikve (baño ritual), 3- aceptar el cumplimiento de los preceptos de la Biblia en su totalidad. Dichos pasos tienen que realizarse ante un tribunal rabínico válido…Dichos tres pasos son los mismos por medio de los cuales el pueblo judío se convirtió en pueblo judío al pie del Monte Sinaí hace 3320 años. Al que quiere ingresar al pueblo judío no se le pide más ni se le acepta menos de lo que el pueblo judío en su totalidad hizo para lograr tal condición… Hace falta pasar por el proceso de conversión auténtica y no por los procesos “cosméticos” que abundan y se hacen pasar por opciones más “abiertas”… Uno que quiere convertirse en judío debe… aceptar cumplir con la Torá en su totalidad para que sea aceptado como tal” (Págs. 153 y 157).
Algunas consideraciones personales: expresiones como “conversión falsa”, “procesos cosméticos”, “tomar un cursillo y pagar unos pesos” son contraproducentes y no contribuyen precisamente al mejor y más sano relacionamiento y convivencia entre las distintas corrientes del judaísmo.
Hablar de esa clase de conversiones “no contribuye a la mejor convivencia” y ¿¿realizarlas?? Mi objetivo es simplemente educar a mis hermanos para que sepan defenderse ante la mentira y mala praxis religiosa.
Por otra parte tengo mis dudas en cuanto a que el proceso de guiur, sin duda necesario, sea muy simple. Por ejemplo el Brit Mila…
Me refería a simpleza conceptual. Es un proceso sencillo para entender.
Tampoco me consta que el pueblo judío haya dado esos pasos tan importantes – brit, mikve – al pie del Monte Sinaí. Dudo, y lo digo sin ironía, que hubiera mohalim para tanta gente y una mikve o varias al pie del Sinaí o en el desierto… Lo desconozco.
Maimónides dice claramente en su código Mishné Torá que el pueblo judío se convirtió en pueblo judío por medio de la circuncisión en Egipto antes de ofrecer el sacrificio pascual, en preparación al Exodo (no fue en el Monte Sinaí…. Tiene razón el Licenciado…), y la sumersión en la Mikve (aguas naturales que reúnen las condiciones necesarias para tal fin) en el desierto.
Exigir el cumplimiento de la totalidad de las mitzvot a un converso, más allá de los argumentos que se manejen para tal fin, me parece excesivo. Exigencia desmedida para quien, de buena fe quiere ingresar a nuestro pueblo.
Sólo con esto alcanza para entender por qué se considera esa clase de conversiones ‘con descuento’ como meramente cosméticas y esencialmente truchas.
¡¿Se le ocurriría decir que es exagerado exigirle a uno que quiere adquirir la nacionalidad uruguaya que respete a la constitución en su totalidad?!
Considero que esa exigencia obedece también a otra razón: disuadir a la persona que se quiere convertir a que no lo haga.
¿Por qué cree que cumplir con los preceptos del judaísmo ha de disuadir a alguien que quiere ser judío? ¿No es eso lo que quiere y la razón por la cual se quiere convertir? No se trata de ingresar a un club deportivo (y aun en ese caso hay normas…). Hay que recordar que el judaísmo busca disuadir al postulante a la conversión, no porque no lo queremos, sino porque queremos asegurar que está haciendo lo que realmente quiere. Muchos conversos verían colmadas sus aspiraciones espirituales con las Siete Leyes de los Hijos de Noé si las conocieran. Según el judaísmo NO HACE FALTA SER JUDIO para tener una relación perfecta con D-os.
“Si la conversión no respeta las normas halájicas…”. De acuerdo. Comparto sin duda que debe respetarlas. Pero sí considero que la interpretación de la halajá puede ser variada admitiéndose distintos enfoques en el marco de un necesario pluralismo que debe existir y con el cual debemos coexistir .
Es cierto que hay un pluralismo dentro de la Halajá. Pero para formar parte de ese pluralismo reconocido hay que aceptar ciertas bases y reglas de juego. Cuando uno tiene opiniones e interpretaciones que no se basan en dichas reglas, queda fuera del sistema halájico.
En otro orden de cosas: el Rabino afirma que “el camino de la Torá es el camino de la paz y la verdad… hacer lo que D’os quiere te traerá bendiciones verdaderas, infinitas y eternas” (Pág.19).
“… Los deberes y el compromiso con la Torá van más allá de si lo hacen feliz o no a uno… con la Torá uno hace lo que debe independientemente de su felicidad personal. Lo hace porque es correcto… es la llave hacia la verdadera libertad personal… el objetivo de la Torá es la verdad y no necesariamente la felicidad… Si la felicidad personal concuerda con la verdad objetiva, bárbaro… la verdad y no la felicidad es la llave” (Págs.91, 92 y 171)
Cito nuevamente: “Hacer lo que D’os quiere te traerá bendiciones…” Si estamos hablando de este mundo, no del Olam Habá, no concuerdo totalmente con dicha afirmación: me consta que millones de judíos a lo largo de la historia, incluyendo
épocas muy cercanas y trágicas, hicieron y hacen lo que D’os quiere, es decir: se han desempeñado correctamente en su paso por la vida. ¿Acaso D’os quiere otra cosa? Pero no fueron ni son recompensados con bendiciones infinitas o eternas.
Uno de los fundamentos de la fe judía es que D-os recompensa y castiga al hombre por sus acciones. La pregunta ‘¿por qué la gente justa sufre?’, es muy vieja. Está ya en la propia Biblia. El Talmud dice que no hay recompensa suficiente en este mundo material y finito para el cumplimiento de las Mitzvot.
Haría bien que el Licenciado lea el último versículo del capítulo de Malaji (2:17) que citó para el título de su artículo para ver qué es lo que D-os opina de los que hacen esta mismísima pregunta…. Querido lector, no tenga pereza… ;)
“El objetivo de la Torá es la verdad… Si la felicidad personal concuerda con la verdad objetiva, bárbaro…” ¿Qué es la verdad, Rabino?
La Torá.
¿Y la verdad “objetiva”? La Torá.
¿Quién lo determina? D-os.
¿En base a qué criterios?
Su antojo. (Es una de las ventajas que viene con el cargo…)
Obviamente que hay parámetros morales pero ¿es la Torá la única depositaria de la verdad?
Como educador judío debería tener más claro el rol que juega la palabra Divina en determinar el VERDADERO bien y el mal en comparación a los sistemas basados en criterios humanos subjetivos. Salvo si no cree que la Torá es la palabra de D-os y que la Halajá refleja la voluntad de D-os…. ¿Puede ser?
En lo personal la respeto, la venero y la considero parte inseparable de mi ser pero para otros seis mil millones de seres humanos ¿es la Torá la única verdad o la verdad objetiva?
Qué cómodo; una verdad relativista… Si hay un solo D- os, entonces hay una sola verdad, Profesor.
En cuanto a los seis mil millones de seres humanos que no son judíos, sí, la Torá fue dada también para ellos. Sus deberes están sintetizados en las Siete Leyes de los Hijos de Noé y es deber del judío promulgarlos como su parte en el objetivo general de ’Tikun Olam’.
En cuanto a la felicidad tiene el derecho, Rabino, de anteponer el “debo” al “quiero”. Tal cual como lo entiende o como considera que nuestras fuentes lo entienden. De todos modos permitámosle a cada persona si de felicidad se habla, a buscar la propia.
Bien. ¿Por qué está mal sugerir elementos que pueden ayudar a encontrarla?
Permitámosle a cada judío a buscar un equilibrio, el justo medio entre el “debo” y el “quiero”.
Propuesta políticamente correcta, por cierto, pero no es judaísmo. El judaísmo claramente exige, sí, exige, que uno subyugue su ‘quiero’ al ‘debo’ en caso de que haya un conflicto entre ellos. D-os no nos dio sugerencias, sino mandamientos.
Intentar que lo “imposible” “pueda ser posible”: judaísmo, felicidad y continuidad.
Está bien que uno intente lograr ese equilibrio. Pero ¿qué pasa cuando no lo puede lograr, qué debe ceder ante qué? Las prioridades que el judaísmo define son claras.
Creo que para D’os, por lo menos para el D’os en el que yo creo, “ver” felices a los seres humanos es seguramente también importante.
Por supuesto. Lo que pasa es que el judaísmo entiende que la verdadera y duradera felicidad es posible únicamente cuando uno hace lo que debe y la definición de lo que uno debe hacer lo define su Creador y lo comunica por medio de la Torá.
Me he limitado, sin profundizar demasiado por razones de espacio, a expresar mis opiniones. Nada más. Mucho me ha quedado en el tintero.
¡Qué lástima! Es bueno saber más sobre lo que saben y piensan los educadores de nuestros hijos.
Una reflexión final: hace un par de años al asesino de Itzjak Rabin, Igal Amir, se le autorizó a casarse en prisión – casamiento “sui géneris” – con una mujer de su misma filiación ideológica la cual se enamoró de él “a distancia”, mezcla de extraño amor y admiración por el asesino durante los años en los cuales Amir ha estado en prisión. Además de que ese casamiento no debería haberse autorizado, yo me pregunto: ese amor entre el asesino y su mujer ¿ese sí es posible? ¿y solamente porque ambos son judíos? ¿Ese es el único parámetro para unir a dos personas, en este caso, judíos?
En ningún momento digo que es el único parámetro para unir a dos judíos. Pero sí alcanza con que uno de ellos no sea judío para que esa unión sea prohibida por la Torá.
El concepto de “amores imposibles” ¿no debería ser válido con más razón para este caso?
Más allá de lo que yo opine, no entiendo por qué lo critica el Licenciado si apenas unas líneas antes, dice: “Creo que para D’os, por lo menos para el D’os en el que yo creo, “ver” felices a los seres humanos es seguramente también importante…”
Además: si no me equivoco, fue la ley secular del país la que les permitió casarse.
No sé si se ha escrito algún libro al respecto…
PD: las citas del libro “Amores Imposibles” son textuales.
Las palabras en negrita son destacadas por quien suscribe.
En conclusión:
Quiero reiterar que mi intención en publicar el tema no fue por considerarme ‘policía de D-os’, sino ‘guardián de mi hermano’. Por más que mi postura parezca dura, quiero que sepan que lo que me motiva a no aflojar – por más que me haría más ‘querido’ – es el amor innegociable que tengo para con cada integrante de mi pueblo y el respeto que tengo hacia cada integrante de la humanidad, creados todos a imagen y semejanza Divina.
Espero que todo el debate provocado haya servido para incentivar a estudiar más sobre el tema y tomar las medidas necesarias para fortificar la identidad judía de los integrantes del Ishuv.
Demás está decir que me interesan los comentarios que puedan tener los lectores.
25.
Voces del Frente (No. 159) – Columnistas Montevideo, 3 de Abril de 2008
Sale una mixta
Daniel Feldman
“La palabra traición suena fuerte, pero es verdad. Un judío que opta por casarse con una persona no judía está traicionando a su pueblo”. Los conceptos precedentes son del Rabino Eliezer Shemtov, de la congregación Lubavitch, autor del libro “Amores imposibles. Diálogo sobre el problema de los Matrimonios Mixtos entre judíos y cristianos.”
“No nos casamos entre nosotros para ser felices. El objetivo no es la felicidad, el resultado puede serlo”. “Te estás casando con alguien que quiere que tus hijos sean lo que no son y que no quiere que sean lo que son. No quiere que sus hijos sean como vos, ¿eso se llama amor? Ahora está todo bien, la sangre arde y bárbaro, pero esa atracción se irá tarde o temprano. Si no queda una fundamentación profunda que nutra el amor, ¿con qué se va a quedar? ¿Traicionó a su pueblo a cambio de qué? De un amor que desapareció y no tiene un proyecto de vida sólido que lo justifique”. Estas preciosas perlas del pensamiento democrático, tolerante y respetuoso fueron expresadas a la revista Galería por el propio Shemtov.
La tapa de su libro muestra a un pez en una pecera y un pájaro, mirándose, como manifestando la imposibilidad de su amor.
Lo que no tiene en cuenta Shemtov es que los seres humanos no se dividen en peces o pájaros sino que son todos seres humanos, independiente de su identidad o religiosidad, y que tal vez estén haciendo falta muchísimos más matrimonios mixtos, de todo tipo, para hacer de este mundo algo mejor.
Haría buena pareja con Benedicto XVI, que realizó unas modificaciones recientemente en la plegaria del viernes santo llamando a la salvación de los judíos. También podría oficiar de Torquemada o ser un buen adlater de alguna guerra santa, siempre en nombre del Todopoderoso y las Sagradas Escrituras.
Por suerte numerosísimas voces se elevaron en la colectividad judía para expresar que ese era el pensamiento de Shemtov y no de los judíos.
www.vocesfa.com.uy
26.
Voces del Frente
15 de Mayo de 2008
Voces de Ida y Vuelta
De mi mayor consideración:
En la edición del 3/4/08 el Sr. Daniel Feldman hace referencia a una entrevista publicada en la revista Galería referente a mi libro Amores Imposibles sobre el tema de los matrimonios entre judíos y no judíos.
Me critica no en base a lo que escribí, sino en base a una síntesis de horas de conversación. Las frases que cita no representan adecuadamente mis ideas. Correspondería que mis opiniones se analicen y juzguen en base a lo que realmente pienso y no en base a una caricatura de las mismas.
Hace referencia a la ilustración en la tapa del libro: un pez en una pecera y un pájaro mirándose, con la imposibilidad de plasmar su aparente amor.
La critica diciendo que somos todos seres humanos independientes de la identidad o religiosidad. Aboga porque haya más matrimonios mixtos para hacer de este mundo un mundo mejor.
Con todo el respeto, y juzgándolo generosamente, creo que no entiende de qué se trata el tema. La idea del pájaro y el pez ilustra justamente que hay diferencias que no implican superioridad o inferioridad, ya que entre los dos, ¿cuál es el superior y cuál es el inferior? Representa la idea de que decir que el judío es diferente al no judío, no tiene por qué implicar superioridad o inferioridad.
Discriminar entre no implica discriminar contra. Si yo discrimino entre un pájaro y un pez no quiere decir que estoy discriminando en contra de alguno de ellos. Al contrario: el que no sabe discriminar entre dos realidades diferentes, llegará fácilmente a discriminar en contra de una de ellas por ignorancia, aunque bien intencionado.
La decisión de casarse y formar una familia es una de las decisiones más importantes. Cuando uno es parte de un pueblo, el casarse tiene implicancias que van más allá de las consideraciones y conveniencias personales. El hogar que vaya a formar puede servir para fortificar y perpetuar al pueblo al que pertenece o puede ayudar a debilitarlo. Fundamentalmente depende de la persona con quién se case. Es difícil – si no imposible – formar un hogar judío y criar una futura generación judía con una pareja no judía quien no es parte de ese pueblo, por más excelente persona que seguramente sea.
Para el que el ser judío es nada más que una reliquia de su pasado, el matrimonio mixto no será un problema; para el que el ser judío implica también un compromiso con el futuro, el matrimonio mixto es una preocupación del mayor grado. Encaja perfectamente con el pensamiento moderno de que cada nación o pueblo tiene el derecho a existir.
Es importante señalar que de acuerdo al judaísmo, no hace falta ser judío para merecer la gracia Divina. Cada ser humano puede llegar a D-os por medio de las Siete Leyes de los Hijos de Noé, sin ser judío. Una persona de procedencia no judía que quiere convertirse en judía y formar parte del pueblo judío es aceptada como judío pleno. Respetamos a todos como son y a la vez aceptamos al que quiere ser como nosotros.
¿Me compara con Torquemada? En ningún momento juzgo ni 121
sugiero perseguir a nadie. Mi objetivo es educar; no juzgar o condenar. De hecho, el libro nació y consiste en diálogos mantenidos con dos jóvenes católicos quienes se dirigieron a mi para que les aclare el por qué de la postura judía frente a los matrimonios mixtos.
Me intriga saber por qué se da el lujo de criticarme sin conocer mejor mi postura. ¿Será otro ejemplo del Pluralismo Fundamentalista?
Saluda atte.,
Rabino Eliezer Shemtov Rabino.shemtov@jabad.org.uy
27.
Revista Kesher Montevideo, Abril de 2008
Mi Reacción Ante las Reacciones
Rabino Eliezer Shemtov
A fines de diciembre del 2007 se editó mi libro Amores Imposibles sobre el tema de los Matrimonios Mixtos.
Muchos me preguntan qué pienso de toda la polémica desatada en torno al mismo. ¿Cómo me siento ante todas las reacciones? ¿Creo que valió la pena editar el libro y ventilar en los medios un tema tan sensible e ‘interno’? ¿No es racismo hablar de ‘almas’ diferentes? ¿No es exagerado acusar de traidor a uno que se casa fuera del judaísmo?¿Está justificado hablar en nombre de todos los judíos del Uruguay? ¿No fomentará mi libro más antisemitismo?
En primer lugar sugiero que antes de opinar sobre el libro, leerlo. No tengo ningún problema con los que me critican en base a lo que haya dicho o escrito. Sí lo considero injusto criticarme por lo que simplemente se imaginan o hayan escuchado sobre lo que dije o escribí.
En cuanto a los temas en sí:
La oposición al Matrimonio Mixto no es una novedad mía (y tampoco es una postura exclusiva del judaísmo). Lo que hice fue simplemente explicar el por qué de dicha oposición. Hay que recordar que el libro no documenta diálogos que mantuve con
jóvenes judíos, sino intercambios de mails que mantuve con dos jóvenes católicos! Dichos jóvenes se dirigieron a mí buscando entender por qué los judíos nos oponíamos a los Matrimonios Mixtos y por qué no considerábamos que dicha postura era discriminatoria. En ambos casos, los jóvenes entendieron mis explicaciones y no vieron en ellas ninguna discriminación ni falta de respeto hacia ellos ni hacia sus valores. Como ellos, debe haber miles si no millones que tienen las mismas preguntas pero no saben cómo ni dónde aclararlas.
Sé que hay judíos asimilacionistas, con un complejo de inferioridad, quienes tienen vergüenza de ser señalados por su condición de judíos y tratan de negar sus diferencias. Es obvio que no les gustará para nada que venga yo a decir que sí somos diferentes. Pero, de hecho, no está en discusión si somos o no diferentes. La única pregunta es ¿en qué? ¿Qué es lo que distingue al judío de quien no lo es? ¿Qué implicancias tiene esa diferencia?
El libro ofrece respuestas honestas, claras, amplias, coherentes y contundentes, sin apologética. Sí, soy judío. Soy miembro del Pueblo Elegido. Soy diferente de quien no lo es. En el libro comparto mis explicaciones sobre el por qué.
Hay quienes criticaron la afirmación que hice diciendo que la condición de judío es una condición esencial, de alma. Que el judío tiene un alma diferente al no judío. ‘Racismo! ‘Discriminación!’ Dijeron.
Pregunto: ¿Saben qué implica tener almas diferentes? ¿Ser diferente implica necesariamente ser inferior o superior? Implica nada más que cada uno tiene unas características y necesidades diferentes. El que tiene un alma musical se expresa por medio de la música; el que tiene un alma de pintor se expresa por medio de la pintura. ¿Es racismo decir que cada persona tiene un alma diferente o que cada grupo comparte ciertas características?
Además: Independientemente del hecho de que el ser judío no es una cuestión de raza, ¿hablar de diferencias entre las razas implica discriminación? ¿Acaso no existen diferencias entre las razas? Entiendo cuando uno discrimina contra alguien simplemente por pertenecer a determinada raza, pero buscar los fuertes de cada raza, y cómo se complementan entre sí ¿es eso racismo?
Hay gente enojada con el libro porque no quieren escuchar que está mal que su hijo se haya casado con alguien no judío o que sus hijos o nietos no son judíos. Entiendo su dolor. En vez de enojarse con la persona que les vendió una mentira hecha a medida, se enojan conmigo por decir la verdad.
Lo entiendo. Sé que es natural que así sea. Pero ¿acaso uno se enoja con el médico por el diagnóstico honesto y correcto que le da, aunque da bronca – y mucha – enterarse de que uno tiene un problema del cual no estaba conciente? Así como el médico no es la causa del problema de salud diagnosticada, tampoco soy yo la causa del problema que uno tiene a raíz del matrimonio mixto y conversiones truchas, aunque haya sido yo quien lo haya destapado y lo haya puesto a luz. Al contrario, es sólo al saber los hechos, por más crudos que sean, que uno puede empezar a buscar soluciones. Con enojarse conmigo no van a solucionar nada.
El judaísmo tiene sus leyes y normas. No está en manos de cada uno definir las cosas de acuerdo a su gusto y necesidad personal. Uno es judío o no lo es. Es parte del pueblo judío o no lo es. Aunque no sea parte del pueblo judío, puede llegar a serlo si realmente quiere. Pero, hasta que no haya realizado el proceso de conversión que el judaísmo estipula, sigue sin ser integrante del pueblo. Además: ¿quién querrá ser parte de un pueblo que no respeta a sus propias normas y leyes?
Hace unos años en su visita a Inglaterra uno de los Bronfman expresó su idea que judío es todo aquel que quiere serlo… Una visión muy amplia e inclusivista, por cierto… Siguió vendiendo su visión hasta que mi colega, el Rabino Yitzchak Schochet, en una entrevista de radio dijo que le parecía muy interesante la definición de judío propuesta por Bronfman. El tenía una idea similar: el quería ser un Bronfman. De ahora en más él se consideraba un miembro de la familia Bronfman y esperaba que lo inviten a la siguiente reunión familiar….
¿Por qué hablar del tema en público? ¿Por qué no? El Uruguay es un país democrático en el cual se habla de todos los temas y no hay tabúes. ¿Por qué no hablar de este tema tan importante? Los que nos quieren nos querrán igual; los que no nos quieren, no ayudará con que nos escondamos… Me parece que más importante que preocuparse por la existencia del antisemitismo es preocuparse por la falta del semitismo…
¿Será que no quieren que se hable del tema porque tienen vergüenza de su propia ignorancia sobre el tema? Hablemos de los temas abiertamente y actuemos en base a información fidedigna y no en base a la negación o tergiversación de la verdad.
Ser realmente libre implica sentirse libre para expresarse sin vergüenza y sin miedo.
En conclusión quiero reiterar que estoy tan abierto para escuchar como para hablar. Si Ud., querido lector, tiene algo para decirme, por favor hágamelo saber.
28.
Revista Kesher Montevideo, Julio de 2008
CARTA DEL LECTOR Pensé que Era Judío
Estimado Rabino Shemtov:
Si bien no he tenido trato con usted en el pasado, quisiera hacerle llegar mi opinión acerca de su libro “Amores Imposibles”. Antes de proceder, quiero aclarar que no entro dentro del “estereotipo” que muchos judíos llaman “judío religioso”, o sea, no me diferencio por mi atuendo de cualquier ciudadano común que anda en la calle.
Como hijo de matrimonio mixto (padre judío y madre no judía) tuve una visión “cercana” con respecto a las preguntas que le plantean los protagonistas en el libro. Desde otra perspectiva, le puedo decir que nada de lo que estos chicos le preguntan me llamó la atención, porque son preguntas que no sólo yo mismo me he cuestionado reiteradas veces, sino que personas que pertenecen a mi círculo, también se han realizado.
Le cuento un poco mi historia: como ya le adelanté soy hijo de matrimonio mixto, me hicieron “brit milá” (obviamente no fue un procedimiento ortodoxo), fui a colegio judío, fui a tnuá desde los seis años, fui “madrij”, fui a Israel por planes de la sojnut, todos mis amigos son judíos, me enamoré de una mujer judía, y lo más importante es que siempre me sentí judío. Pienso que para la mayoría de jóvenes como yo, que nos digan que “no somos judíos”, es una cruel ofensa. Que un Rabino ortodoxo me dijera que “no soy judío”, era un problema y la forma más sencilla de combatirlo, era oponiéndome a su forma de pensar o simplemente enojarme con él.
Con el tiempo, siendo más adulto y algo más maduro (digamos con veinte años), pude entender que ser judío no es como ser hincha de un cuadro de fútbol. Es una condición legal además de espiritual. Entonces, si la ley del pueblo con el cual me identifico dice que: “uno es judío si proviene de un vientre judío”: quien era yo para contradecir “a mi favor” tal ley? Si yo realmente me identificaba con mi pueblo, debía contradecir su ley, o aceptarla? Si incluso el Estado judío (Israel) no me reconocía como judío, entonces. ¿Por qué debía enojarme?
Volviendo a la temática de su libro, estoy totalmente de acuerdo que un matrimonio mixto no aporta a la continuidad del judaísmo, no ayuda a que los hijos puedan desarrollar su judaísmo y, en muchos casos, llega a ser un punto débil en la unión de la pareja. Su libro, en todo caso, trajo algo de luz a un tema que muchos guardamos debajo de la alfombra. Es un tema que muchos judíos de la diáspora evitamos hablar, porque sabemos que trae confrontación.
Considero que su libro es muy pragmático, habla de la realidad de nuestra comunidad y de su gente. Y le quiero decir a los jóvenes que pasan por la situación que yo pasé, que pueden encarar este tema y van a tener el apoyo de nuestros Rabanim ortodoxos, simplemente hay que hablarlo.
Con 22 años, decidí encarar el tema y pasé por un proceso de conversión (guiar) con el apoyo de un rabino excepcional. Fue una experiencia increíble y emocionante. Hoy estoy casado con una mujer judía, en un hogar judío, con proyecciones de mantener un ambiente judío para los sigan después de nosotros… Les mando un abrazo y las felicitaciones por su libro! Creo que nos hizo pensar a muchos.
P.D. Le pido mantener en anonimato mi nombre. No quisiera que el lector de este mensaje se concentre en quien soy sino en los conceptos que manejé.
29.
Uruguayescribe.com – COLUMNISTAS 27 de Abril de 2008
La Opinión del Doctor Guillermo Caetano
Merece un breve comentario, lo que está sucediendo con el último libro escrito por el Rabino Eliezer Shemtov.
En él el autor expone con valentía y convicción, los motivos que de alguna manera son, según su criterio, impedimento para realizarse matrimonios mixtos entre judíos y otros pertenecientes a diferentes religiones.
El Rabino Shemtov trata con gran altura y con profunda fe religiosa los impedimentos y que están los mismos fundamentados en los textos bíblicos, sobre todo en los primeros cinco libros, que forman “El Pentateuco”, nombre griego que se da a “La Torá” y que son los libros que contienen La Ley.
Paso a comunicar, que no soy judío, soy cristiano, no obstante luego de la lectura de “Amores Imposibles” lejos de considerar los argumentos discriminatorios o xenófobos los entendí adecuados y criteriosos, sobre todo teniendo en cuenta, que provenían de una persona de excelente erudición y profunda fe, lo que lo conduce a un gran respeto por la Ley Mosaica.
No hubiera escrito este comentario, si desconociera la polémica que originó dicho libro en la propia Colectividad Judía, la que fuera escrita en un semanario reconocido en nuestro medio.
Reitero que Amores Imposibles, es una buena lectura, tanto para jóvenes judíos como cristianos. En la mencionada publicación , tanto los judíos religiosos que descuento aceptan sin discusión los argumentos planteados, también pueden serles útiles para aquellos que sin ser religiosos se sienten respetuosos de las milenarias tradiciones del pueblo de Israel.
Esas tradiciones de costumbres y sufrimientos que llevó a lograr en diáspora la Tierra Prometida. Eso si, para entenderlo, más que para leerlo, es necesario despojarse de todo prejuicio y entender que quien lo escribe es erudito de La Torá pero sobre todas las cosas es un hombre con una profunda fe en Dios.
Mi mensaje quiere hacer llegar a la colectividad que debe entenderse que quien escribe esto es un Rabino y en consecuencia un hombre profundamente creyente por su fe y extremadamente respetuoso de La Torá y por ello no debe tomarse como una actitud discriminatoria para con nosotros los cristianos.
Existe en el colectivo popular el concepto de que los judíos no se integran por ser o creerse el pueblo elegido por Dios y también eso ha contribuido al rechazo y persecución que han sufrido.
Es mucho más honesta esta posición, que la que tuvo La Santa Inquisición que persiguió a los judíos infiriéndole castigos infamantes. Incluso Pio XII en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, bendecía los ejércitos de Mussolini.
Se podrá compartir o no lo planteado; incluso creo que Teodoro Hertzel, el gran sionista, no lo compartiría, pues si bien respetaba las tradiciones no era un hombre religioso.
En el caso del pueblo judío se da la particular característica que la ley es un mandato Divino y por lo tanto no derogable como lo es la de los hombres.
Incluso en el “Levítico” están las normas sanitarias a cumplir por ese pueblo nómade y el no comer carne de cerdo es una de ellas.
Hoy muchos judíos no lo hacen, pero no debe ser motivo de crítica el hecho que el grupo ortodoxo lo haga.
En la cuaresma mi abuela no comía un trozo de carne y en casa se consideraba normal pues era fruto de su respeto a la fe cristiana.
Hace unos años (estaba en ese momento en México) un Obispo comentó y fue publicado en la prensa, que aquello que se narra del indiecito Diego y la Virgen de Guadalupe, era falso y que la imagen del poncho había sido pintada.
Tales manifestaciones causaron gran conmoción en la población 130
azteca considerando que hay entre un 70 y 80 % cristiano y católico y un casi 90% de guadalupeños.
Por supuesto que admito la discrepancia, pero mi escrito se orienta hacia el criterio de valentía, lealtad y fe de quien lo expone y no son pocas virtudes. Cuando leí su libro lo encontré claro y sincero, incluso reforzados los argumentos con la frase de Maimónides, quien nadie puede negar que era un iluminado.
Que lo que escribió el Rabino Shemtov, no sirva de contra argumento para enriquecer las xenofobia de algunos, que son muchos cuando se ponen a manifestar aquellos que ocultan sus sentimientos.
http://uruguayescribe.com/2008/04/01/la-opinion-del- doctor-guillermo-caetano-100/
30
Mensuario Identidad Montevideo, Abril de 2008
RESPUESTA APARECIDA EN BÚSQUEDA
ES UNA RESPUESTA APARECIDA EN BÚSQUEDA, COMO CONSECUENCIA DE LAS DECLARACIONES DEL RABINO SHEMTOV, EN SU RECIENTE LIBRO, QUE TRATA DE “TRAIDOR” AL JUDIO QUE SE CASA CON UN NO JUDIO, EN UNA CONCEPCION CASI XENOFOBICA. NUESTRO DIRECTOR DE IDENTIDAD RESPONDIO EN DICHO SEMANARIO “BUSQUEDA”. AL IGUAL EL C.ISRAELITA, QUE SE DESLINDO DE LO DICHO POR EL RABINO LUBAVITCH.
Mauricio Zieleniec
Los matrimonios mixtos son positivos y enriquecen a nuestro pueblo
Ante recientes conceptos aparecidos en la revista Galería, expresados por un Rabino de la corriente Lubavitch, a través de Shemtov; quiero dar la versión diferente, que mantienen la mayoría silenciosa de los judíos. Siendo a la vez el pensamiento del Movimiento Judío Humanista Secular, que rodea gran parte de Israel y la diáspora.
En reciente conferencia en la ORT, decía el Soc. Bernardo Sorj secretario mundial del Movimiento: la cadena milenaria de nuestro pueblo, pudo continuarse durante tantos siglos, gracias a la continua adaptación, a los pensamientos y culturas que fuimos absorbiendo en estos milenios. Nunca hubiésemos podido subsistir si nos hubiésemos quedado estáticos, tanto en el pensamiento, en las formas culturales, como en las creencias de la fe Mosaica, nada quedó igual; de haber sido así, ya hubiésemos desaparecido.
En este vertiginoso desarrollo actual de nuestra sociedad, donde la era del conocimiento y de globalización son condición casi imprescindible de subsistencia, donde los cambios son ahora mucho más veloces, congelarnos sin cambiar, es desaparecer. Por eso los casamientos mixtos, enriquecen al pueblo judío; no debemos tener miedo a la realidad, ellos son, una de las formas naturales que intervienen en la adaptación judía a los cambios en el devenir. De modo que sin esa adaptación junto a otras formas, hoy no existiríamos. Es casi dialéctico, la síntesis de hoy, es el nuevo judaísmo que permanentemente se construye, al igual que todos los demás pueblos del globo. Nadie imagina un pueblo conservando sus creencias y formas de hace más de 3.000 años. El pueblo judío no desaparece con los casamientos mixtos, que son estadísticamente el 50%; continúa existiendo en parte gracias a ellos. Somos una identidad, un pueblo con un abanico plural de formas de pensar, que lo construimos permanentemente; en la sociedad lo que no cambia sociológicamente muere o desaparece.
Como humanista secular judío. Me siento avergonzado cuando Shemtov dice que es “traidor” el que se casa con una no judía (REVISTA GALERIA). Nosotros pensamos que el centro de nuestra preocupación es el ser humano, que nada debe anteponerse a él mismo. Cuando una ideología, fe, o cualquier forma de pensamiento se antepone al hombre, es que estamos ante un pensamiento ortodoxo-fundamentalista, de ahí nuestra total diferencia. La continuación de nuestro judaísmo no es sagrada, pero sí es una forma de integrarnos en la sociedad, es nuestra sociedad específica, como cada pueblo tiene la suya. No es sagrada pero sí es necesaria para que él lo elija, como consecuencia de ese devenir al que pertenecemos.
Por otra parte en el judaísmo al igual que en otros pueblos, no hay casi nada exclusivamente auténtico, aunque pasa a ser propio como consecuencia de vivenciarlo; por ejemplo: el pensamiento monoteísta, tiene la influencia de Egipto y del Zoroastrismo; de ahí el judaísmo absorbió dicho espíritu. Nuestra cultura culinaria es por sobre todo la influencia de los pueblos con los que convivimos en el pasado reciente. La propia vestimenta de Lubavitch, no es más que una influencia de regiones de la vieja Rusia. Yo diría que lo sagrado no es tan sagrado y es más terrenal.
Aunque soy un judío ateo, quiero igual referirme al texto Bíblico, que es tergiversado por los Lubavitch. Primero quiero referirme a la Torá o Pentateuco, que según versiones religiosas es lo más sagrado de la escritura, Deuteronomio Cap. 29 Ver. 29: Las cosas ocultas pertenecen a Dios. Pero las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos hasta tiempo indefinido, para llevarlas a cabo….” ¿Quién se piensa que es Shemtov?; Las cosas ocultas son de Dios, acaso él las puede interpretar y lo revelado dice el versículo “son de nosotros” es decir no se precisa intermediarios para que lo interpreten, como trata él de hacer.
Por otra parte en Números Cap. 12 versículos del 1 al 15; Moisés se casa con una Kusita (no judía) y tiene una total aprobación de su Dios. Si un patriarca se casa con una no judía y Dios claramente lo permite, ¿cómo vamos a blasfemar diciendo la palabra “traidor”? En toda la Torá o Pentateuco se establecen como válidos los casamientos mixtos. Pero hay una vieja creencia o mito que viene de las interpretaciones posteriores realizadas por humanos: el Talmud, que cuestiona el casamiento mixto, y seguramente lo hace en períodos de progroms (persecuciones) en los que la mujer violada quedaba embarazada y había que dar respuesta a ese niño que nacía, creo que los sabios de aquel entonces, dieron una interpretación inteligente para su momento. Seguramente pertenece al período diaspórico.
Pero en la actualidad sostenerlo como una Ley del Libro es tergiversar el Libro y además una incomprensión fundamentalista. Para los creyentes en la fe Mosaica, el Libro y en especial la Torá es lo más sagrado y el Talmud construido por más de 7 siglos por humanos y sabios del pueblo, no deja de ser una interpretación humana, de muchísima menor categorización que la Torá.
Quizás la historia de nuestro pueblo, al igual que todos los pueblos de nuestro globo, está permanentemente construyéndose y modificándose. Eso es lo que permite la continuidad de identidades y de culturas.
En lo judío no hay, en mi forma de ver, nada sagrado, somos un pueblo, con deseos de continuidad, con mitos como la mayoría de los pueblos y hombres terrícolas, lo único sagrado que veo por libre elección, es el Hombre, por eso escogí el humanismo y una identidad: la judía.
MAURICIO ZIELENIEC integrante de la Corriente Judía Humanista Secular y Director del Mensuario IDENTIDAD
31.
Mensuario Identidad Mayo de 2008
Respuesta a Identidad
En Identidad de Abril, 2008, el Sr. Zieleniec reimprime sus comentarios publicados en Búsqueda referente a la entrevista que me hicieron y publicaron en la Revista Galería. Si lo que busca es la presentación honesta de las ideas, correspondería publicar también la respuesta mía que apareció en Busqueda referente al tema ‘traidor’ que me atribuye incorrectamente y explicar por qué vuelve a acusarme de lo que no dije, después de las aclaraciones publicadas.
No considero este el medio adecuado para polemizar, ya que partimos de bases totalmente dispares y llevaría mucho trabajo llegar a un diálogo fructífero. Yo parto de la visión original y tradicional del judaísmo basada en la creencia de que la Torá es la palabra de D-s y que el judaísmo existe e importa, mientras que el Sr. Zieleniec entiende que el judaísmo realmente no existe y no importa.
Me gustaría no obstante aclarar algunos errores en las citas bíblicas y en su interpretación que trae. Cada uno hará con la información lo que le parezca, pero antes que nada hay que tener información fidedigna.
1.
Dice que la Biblia, en cuyo origen Divino dice no creer, avala y bendice a los matrimonios mixtos y que la oposición al Matrimonio Mixto es de origen posterior a la Biblia. También me acusa de tergiversar el texto bíblico y de ‘incomprensión fundamentalista’ (sin aclarar por qué).
Me gustaría que me explique, antes que nada, qué quiere decir el versículo en Deuteronomio 7:3: “No te cases con ellos, no des a tu hija a su hijo y no tomes a su hija para tu hijo.”
2.
El pueblo judío se constituyó al pie del monte Sinaí al recibir la Torá. Fue en ese momento que el pueblo judío nació y a partir de ese momento que les fue prohibido casarse con quien no lo sea. El ejemplo que trae de Moisés y Tzipora, entonces, es totalmente irrelevante ya que antes de la entrega de la Torá no existían las obligaciones y prohibiciones bíblicas. Además, antes de la entrega de la Torá no existían judíos, sino hebreos. Hoy en día, 3.320 después de la entrega de la Torá, sigue vigente esa ley Divina atemporal e inmutable que prohíbe al judío casarse con alguien que no lo sea.
3.
Dice que la oposición al matrimonio mixto es una creencia que viene de las interpretaciones posteriores a la Biblia, y sugiere que tiene que ver con las violaciones en los pogroms… Aparte del hecho que la prohibición aparece explícitamente en la Biblia (Deut. 7:3,4), no entendí qué tienen que ver las violaciones de los pogroms con la oposición al matrimonio mixto….
Una pregunta:
Dice que ninguna ideología debe anteponerse al hombre. Pregunto: ¿es decir que ningún hombre debe someterse a ningún sistema de leyes? Si hay alguien que decide que no quiere subscribirse a la idea democrática de este país, ¿es correcto que haga lo que se le antoje? Me imagino que el Sr. Zieleniec está de acuerdo que en el Uruguay hay que respetar las leyes uruguayas, tanto el que nació en el país como aquel que reside ahí o está de visita. ¿Por qué es diferente cuando se trata de las leyes del judaísmo? ¿Por qué ahí cada uno puede interpretar las cosas como se le antoja? ¿Sería correcto decir, entonces, que el Sr. Zieleniec es un fundamentalista porque pone la idea democrática por encima del hombre?
Atte.,
Rabino Eliezer Shemtov
32.
Mensuario Identidad Junio de 2008
Respuesta del Director
No pretendo responder a sus afirmaciones algo ofensivas diciéndome que no me importa el judaísmo… en mi concepto de tolerancia y pluralidad está la respuesta.
No desarrollé errores en citas de la Torá, el propio Moisés se casa con una hija de otro pueblo… y D-os lo aprueba, habiendo varias citas en la Torá, de casamientos similares incluso después de recibir supuestamente la Torá, citas que ya las detallamos en tres oportunidades.
Lo que me parece más importante, es que los judíos somos mucho más que una religión, somos un pueblo, somos una cultura, somos una historia, somos un canto en idish, en sefaradí, en hebreo…. y hoy somos también Israel.
Shemtov Ud. solo lo reduce a una religión, por eso no nos entendemos; el concepto de pueblo nos engrandece, el concepto que somos solo una religión, nos empequeñece. La democracia es una forma de vida y pensamiento humanista. El humanismo no está alejado de lo social sino al contrario y lo autoritario, fundamentalista o no tolerante es ajeno a nuestro pensamiento. El humanismo y la libertad coexisten junto a los valores del colectivo social.
Por otra parte me gustaría saber ¿si estamos de acuerdo con la existencia de Israel y si condena el asesinato de Rabin?
A su respuesta no me adelanto, pero prometo publicarla. Mauricio Zieleniec
33.
Mensuario Identidad Agosto de 2008
Respuesta a Identidad
En el último número de Identidad el Director publica mi carta sin contestar las preguntas que le hago, acusándome de ser ofensivo por decir que no le importaba el judaísmo. Dice que mi visión del judaísmo lo empequeñece (¿debo sentirme ofendido?), me hace dos preguntas que no tienen nada que ver con el tema en discusión, prometiendo publicar mi respuesta.
En primer lugar, reitero mi pedido que publique mi respuesta a la acusación de que utilicé la palabra ‘traidor’. Ya lo aclaré en Búsqueda, y aun así siguió difamándome y ahora ignora mi pedido de aclaración.
Dice que lo ofendí al decir que no le importaba el judaísmo. ¿Cómo hay que entender cuando dice que ‘no hay nada sagrado en el judaísmo’ y que ‘las leyes del judaísmo no pueden anteponerse al hombre’? ¿Que el judaísmo le importa mucho?
Habla de una visión ‘amplia’ del judaísmo, tildando mi visión como limitante…. por limitar la definición de judaísmo a lo religioso. Concuerdo con que el judaísmo es más que solo religión, pero aun así es la dimensión ‘religiosa’ la que funciona como ‘corazón’ del judaísmo, dándole vida y sentido. Imagínese un médico diciéndole a su paciente que deber bajar el colesterol y el paciente le responde, ‘Mire Doctor, el cuerpo es mucho más amplio que el corazón; el corazón es nada más que un órgano…’
La historia, cultura, chistes, recetas sefaradíes y ashkenazíes de poco sirven si niegan o van en contra de los valores y leyes delineados en la Torá escrita y oral. No se trata aquí de un judaísmo amplio vs. un judaísmo ‘empequeñecido’, sino de un judaísmo simplemente histórico, substituido por una nueva propuesta que nada tiene que ver con judaísmo vs. un judaísmo actual, vivo y dinámico.
En cuanto a las preguntas que hace al final de su artículo, cuando responda a mis preguntas, responderé, si D-os quiere, a las suyas. Mientras tanto que vaya pensando qué diferencia hay entre el magnicidio y el fratricidio…
Atte.,
Eliezer Shemtov
34.
Mensuario Identidad Montevideo, Agosto de 2008
Correo del Lector
Desde la era de nuestros Patriarcas, se constituyó el Ham Israel (pueblo de Israel) aún cuando la fe o el relato tradicional de Moisés no existía, por ser el mismo muy posterior históricamente, siempre las escrituras hablan de Ham Israel, en todo momento. Cuando aparece el relato Bíblico en relación a Moisés, la propia Torá sigue llamándolo con igual denominación al “pueblo de Israel” es decir: antes y después del pacto. Puesto que siempre fuimos “un pueblo” y “el mismo pueblo”. Mito o relato bíblico, pasamos en nuestro historial por el pacto de Sinaí, para los creyentes representó la aparición de los escritos más sagrados, dado a Moisés por Dios, para los creyentes en el desarrollismo y no en el creacionismo, todo pueblo tiene un Mito que influye siempre en su historia. Los judíos también lo tenemos y forma parte de nuestro acervo cultural, por encima de nuestra creencia personal y hasta el día de hoy tiene impresionante valor ético, moral y tradicional, por encima de la dialéctica de su origen, para muchos seguramente creado por los propios hombres, para otros la revelación a través de Moisés. Pero sea como sea son valores del pueblo judío que se trasmiten de generación a generación y que se modifican a la vez permanentemente en el devenir histórico, siendo su vigencia dialéctica tan fuerte, que constituye incluso una de las bases de todo el mundo Occidental. Los valores sostenidos pragmáticamente son básicamente iguales entre todos los integrantes de nuestro pueblo.
No es mi interés dialogar entre Mito o texto sagrado, solamente confirmo que siempre constituímos un pueblo y siempre existió integración con otros grupos étnicos, eso está escrito en la propia Torá, incluso después del “pacto”. Si Shemtov insiste por cuarta vez, la próxima edición le detallo, Libro, Capítulo y Versículo, de las escrituras, en donde aparece lo que afirmo.
Pero la pregunta que no contestó el rabino Lubavitch, me resulta muy importante, para que todos sepamos de una vez por todas la verdad.
¿Qué piensa en relación a la existencia del actual Estado de Israel y en relación al asesinato de Rabin?
Mauricio Zielenic
El siguiente espacio en blanco seguirá estando, esperando su respuesta.
[Sigue un espacio en blanco de un tercio de columna]
35.
Mensuario Identidad Montevideo, Agosto de 2008
Correo del Lector
Estimado Sr. Director de Identidad
Quisiera aportar mi granito de arena a la discusión entre el Rabino Shemtov y el Sr. Zieleniec. A mi entender es inútil y contraproducente de parte del Director de Identidad entrar en una discusión bíblica con el Rabino. El Sr. Zieleniec debería enfatizar lo arcaico y anacrónico del pensamiento del Rabino cuando expresa que leyes que datan según el Rabino de hace mas de 3 mil años deben ser vigentes en el mundo actual. ¿Qué sistema legal en cualquier parte del mundo está basado en leyes de hace más de 3 mil años? Las leyes, los sistemas legales de jurisprudencia se adaptan a las realidades actuales e incluso el Estado de Israel, en el transcurso de solo 60 años ha cambiado su sistema legal en varias ocasiones. En temas como la definición de quién es judío, de derecho de retorno, etc. Lo que el rabino ignora o trata de ignorar es la realidad actual, por la cual más del 50% de las personas de origen judío que viven en la diáspora se casan con no judíos. Frente a esta realidad ¿cuál es la política a tomar? Se debe estigmatizar y tratar de traidores a aquellos que contraen matrimonio con no judíos, o por el contrario tratar de acercar a través de la cultura, de la historia judía a aquellos gentiles que se casan con judíos? A mi entender, el hecho de que tantos gentiles decidan casarse con judíos, es una señal de la caída de las barreras de antisemitismo, prejuicio racial y estereotipos que marginaban al pueblo judío. Esos desarrollos deben ser considerados como saludables, en lugar de ser condenados.
Víctor Treschan
Profesor retirado de Historia Judía moderna City University of New Y ork
36.
Mensuario Identidad
Publicada en Setiembre de 2008
Respuesta a Identidad
Estimado Sr. Zieleniec
En respuesta a sus comentarios en Identidad de agosto, reitero mi planteo, que no pienso responderle a sus preguntas tangenciales hasta que no responda a las preguntas que le planteé sobre la temática en discusión. No me interesa el sensacionalismo, sino el debate serio. Entiendo como ‘debate serio’ el diálogo en el cual las partes responden seriamente a las preguntas planteadas.
Las preguntas pendientes son:
1.
¿Por qué sigue acusándome de utilizar la palabra ‘traidor’ aun después de que lo haya desmentido y aclarado en el semanario Búsqueda?
2.
Dice que la Biblia, en cuya origen Divino dice no creer, avala y bendice a los matrimonios mixtos y que la oposición al Matrimonio Mixto es de origen posterior a la Biblia. También me acusa de tergiversar el texto bíblico y de ‘incomprensión fundamentalista’ (sin aclarar por qué).
Me gustaría que me explique, antes que nada, qué quiere decir el versículo en Deuteronomio 7:3: “No te cases con ellos, no des a tu hija a su hijo y no tomes a su hija para tu hijo.” Y ¿en qué fundamenta lo que dice que la Torá avala a los matrimonios mixtos?
3.
¿Qué es lo que ocurrió y cuál fue el propósito de Matán Torá (la entrega de la Torá en el Sinaí)?
4.
Dice que la oposición al matrimonio mixto es una creencia que viene de las interpretaciones posteriores a la Biblia, y sugiere que tiene que ver con las violaciones en los pogroms… Aparte del hecho de que la prohibición aparece explícitamente en la Biblia (Deut. 7:3,4), no entendí qué tienen que ver las violaciones de los pogroms con la oposición al matrimonio mixto….
5.
Dice que ninguna ideología debe anteponerse al hombre. Pregunto: ¿es decir que ningún hombre debe someterse a ningún sistema de leyes? Si hay alguien que decide que no quiere subscribirse a la idea democrática de este país, ¿es correcto que haga lo que se le antoje? ¿Por qué es diferente cuando se trata de las leyes del judaísmo? ¿Por qué ahí cada uno puede interpretar las cosas como se le antoja? ¿Sería correcto decir, entonces, que el Sr. Zieleniec es un fundamentalista porque pone la idea democrática por encima del hombre?
Atte.,
Eliezer Shemtov
P. D. Ya que veo que tiene confusión al respecto, le aclaro que mi nombre personal es Eliezer, mi apellido es Shemtov, mi título es Rabino, el instituto que dirijo se llama Beit Jabad del Uruguay el cual pertenece al movimiento Jabad – Lubavitch. Esta información no es mítica; es una realidad legal reconocida por el gobierno democráticamente electo de la República Oriental del Uruguay.
37.
Mensuario Identidad Montevideo, Setiembre 2008
Correo del Lector – Director responde
Matrimonios Mixtos “Mezclemos Todos los Colores”
Dir. Mauricio Zieleniec
Rabino Shemtov Ud. Menciona en Deuteronomio 7:3: “No te cases con ellos…….. ” Es el momento que el pueblo de Israel, en el relato Bíblico, toma la tierra prometida y recibe de su Dios la firme determinación de no conceder alianzas, ni compasión, es decir: interpreto que para conquistar la tierra “prometida”, la firmeza (necesaria al respecto) está acompañada en todos sus aspectos, con espíritu de conquista, incluye la negación de matrimonios con el pueblo que se lo desplaza, por consiguiente, la máxima dureza para aquellos, que se los desalojan de su tierra y creencias. Sin embargo el mismo Dios, en otro contexto le permite al propio Moisés casarse con una Cusita (de otra etnia; matrimonio mixto) y en el mismo Deuteronomio, (pasado el suceso histórico inmediato mencionado antes), el Cap.21: V.1 al 15 dice: (en relación a otro pueblo).. si ves entre ellas una mujer hermosa, te prendes a ella y quieres tomarla por mujer, la llevarás a tu casa. Ella se rapará su cabello ……… Después de esto podrás llegar a ella y serás su marido y ella tu mujer.” Lo cual corresponde afirmar que en la Torá (Pentateuco), los casamientos mixtos los introduce el Todopoderoso, de acuerdo a las citas mencionadas.
Los textos bíblicos, pueden ser interpretados en principio como mitos y leyendas o como creencias sagradas. Pero ellos han sido trasmitidos oralmente y luego escritos por hombres (por lo tanto imperfectos).
A la vez su interpretación puede ser textual (literal) como metodología o con una exégesis o método diferente, lo que trae diversidad de interpretaciones, reflexiones y conclusiones. Pero la interpretación estrictamente literal llega a ser fundamentalista (se fundamenta sólo en el texto).
El Talmud, es una interpretación humana del “Libro”, para instrumentar y adaptar los espacios bíblicos que no se instrumentan en el mismo. Siendo realizado por decenas de sabios y eruditos (humanos) que durante largos siglos lo fueron construyendo. En consecuencia no correspondería la duda ¿si son leyes (halajá)? o más bien ¿sugerencias e interpretaciones éticas y morales de época?; con un peso histórico y cultural que no me es ajeno, puesto forma parte del patrimonio y riqueza de nuestra cultura, construida por nuestro pueblo. Es en el Talmud donde se cuestiona los casamientos mixtos.
Esa necesidad de adaptación y de interpretación llevó 7 siglos y sin duda permitió readaptar las creencias, ceremonias y costumbres a nuevas situaciones. En este devenir, hoy en un mundo globalizado, con mayoría judía que vive ya en casamientos mixtos (diáspora), la flexibilización y adaptación en este nuevo siglo es imprescindible y quizás de vida o muerte para nuestra continuidad; identidad judía que es muy diferente de milenios atrás.
Para los judíos seculares, en que no tenemos creencias en un arquitecto superior, por lo tanto nada es sagrado, en el concepto “filosófico idealista”. Lo construido por nuestros antepasados milenarios tiene un valor de tradición, patrimonio y sabiduría y en ese sentido decía Leopoldo Muller (Psic. y profundo intérprete de la disciplina de “Crítica Bíblica”): “la Biblia es demasiado importante para dejárselo solo a los religiosos.”
Como judío humanista “antepongo al hombre primero”. Eso no me hace renunciar a la cadena milenaria de mi pueblo, pero me aleja de todo tipo de pensamiento o creencia fundamentalista. Reconociendo que en el pasado siglo lo más relevante lo constituyó (la creación del Estado de Israel) aspecto secular, alejándonos de lo religioso, como centro.
Los matrimonios mixtos son una vieja realidad histórica de nuestro pueblo y en ellos está la dialéctica Hegeliana, la contradicción entre la singularidad e integración, sin ello no existiríamos y es parte de nuestro pluralismo como pueblo en renovación (síntesis), morimos para vivir. Un gran poeta nuestro, Isaac l. Peretz decía: ” mezclar todos los colores” con ello hacemos un hermoso arco iris, “el de la vida”.
R. Shemtov:
Queda el espacio vacío por falta de respuesta en relación al asesinato de Rabin, ¿lo condena? Ya que hay fundamentalistas religiosos que condenaron a Rabin argumentando que: negociar tierras con los palestinos dadas por Dios, era imperdonable. ¿Por qué no se compromete R. Shemtov en aclararlo?
38.
Mensuario Identidad Respuesta a Identidad Estimado Sr. Zieleniec
En primer lugar quiero agradecerle la publicación de mi carta en la edición número 107 (Set. 2008) de Identidad. Agradezco también su deferencia en responder a algunas de las preguntas que planteé en la misma.
En respuesta a sus comentarios, permítame decir lo siguiente: 1.
Es más que obvio que si dice no reconocer a la Torá como palabra de D-os, no la puede usar como antecedente para decir que “el mismo D-os permite a Moisés casarse con una Cusita,” ya que ¿de qué D-os me habla, si dice no creer en D-os ni en que la Torá es una documentación auténtica de Sus leyes?
Entiendo que puede ser que esté utilizando la Torá como antecedente simplemente en el contexto de una discusión que se basa en el texto bíblico, más allá de si cree o no en el texto. O sea, me está diciendo en otras palabras: “para mi no hay ninguna razón para no casarme con quien se me antoje, pero para ud., que cree en la Biblia como palabra de D-os, fíjese que en la misma fuente que cita aparece que D-os avala a los matrimonios mixtos y que la prohibición de Deuteronomio se refiere solamente a las siete naciones que habitaban la tierra de Canaan en el momento de la conquista.”
Si es así, que plantea el argumento solamente en base a mis premisas, debería respetar las reglas de juego de mi sistema hasta el final. O sea, si me está respondiendo no en base a lo que cree (ya que dice no creer en nada de lo que dice la Torá), sino según mi sistema de pensamiento, no puede aceptar la mitad de mi sistema para refutarme y rechazar la otra mitad en la que me baso para defenderme.
El judaísmo clásico se basa en la premisa de que conjuntamente con la ley escrita que nos fue entregada en el Sinaí, nos fue entregada también su explicación en forma oral. O sea, el Pentateuco viene a ser como una especia de ‘apuntes’ crípticos que teóricamente pueden interpretarse de mil maneras, pero las interpretaciones no son válidas si contradicen una interpretación claramente trazable a la revelación Divina a Moisés.
Explicar los pormenores de cómo funciona ese sistema de transmisión y su confiabilidad resultaría demasiado extenso como para caber en el espacio limitado de este artículo.
Concretamente lo que el espacio limitado me permite decir es que el pueblo judío nació en el Sinaí y antes de la entrega de la Torá no había prohibición contra los matrimonios mixtos. Dicha prohibición comienza recién después de la entrega de la Torá en cuyo momento todos los presentes, incluyendo a Tzipora, esposa de Moshé, se convirtieron en pueblo de Israel. De hecho, la intervención de D-os en la discusión entre Aharon y Miriam con respecto a Tzipora, fue porque criticaron el hecho de que Moshé se haya separado de su esposa y no por el hecho de que se haya casado con ella (véase Rashi Números 12:1). En cuanto al precepto de casarse con la mujer no judía capturada en guerra, nuestros sabios lo explican claramente como una herramienta psicológica que da la Torá para ayudar al soldado judío a superar a su impulso del momento por medio de la postergación (véase Rashi Deut. 21: 11).
2.
Su descripción del Talmud, su rol y funcionamiento no es una reflexión fiel de los hechos. No se trata de interpretaciones surgidas de la imaginación y creatividad de los sabios, sino de la adherencia y aplicación fiel de las reglas de interpretación reveladas a Moisés en el Sinaí. Me imagino que no le gustará el concepto de ‘reglas reveladas’, pero, como dicen en Israel: ‘Ma laasot? Ze ma iesh!’ (¿Qué se puede hacer? Es lo que hay!) Esa es la base del sistema, nos guste o no. Podemos elegir otro sistema que no se basa en revelaciones, pero el judaísmo clásico funciona así.
3.
El hecho de que hoy haya muchos matrimonios mixtos no influye en nada para redefinir quién o qué es un judío. No es negociable. La Torá es la única fuente de definición de quién y qué es un judío… No tiene nada que ver con números. Nuevamente, la explicación del tema es extensa y escapa el espacio cedido.
4.
Coincido con Leopoldo Muller cuando dice que “la Biblia es demasiado importante para dejárselo solo a los religiosos”. Por eso creo que ya es hora de que empiecen a estudiar la Torá seriamente para escuchar lo que nos quiere decir en vez de tratar constantemente de enseñarle a la Torá lo que queremos que diga…
5.
En cuanto a su explicación de lo que quiso decir con ‘anteponer al hombre ante todo’, no tiene por qué implicar que lo laico suplante a lo religioso… Depende de cómo se define al hombre: como ser animal o como un ser divino (o una combinación de los dos)….
6.
Cuando habla de que los Matrimonios Mixtos siempre formaron parte de nuestro pueblo, no entiendo: ¿se refiere a matrimonios en los cuales una de las partes se haya convertido al judaísmo o a matrimonios en los cuales una de las partes no es judía y no se haya convertido? Si se refiere a quienes sí se convirtieron, no los considero ‘mixtos’, ya que una vez que alguien se convierte halájicamente al judaísmo está considerado como judío pleno. Si se refiere a matrimonios con no judíos, ¿dónde ve que fueron siempre parte de nuestro pueblo?
7.
En cuanto a su pregunta referente a mi postura sobre el asesinato de Itzjak Rabin, z”l:
Por supuesto que lo condeno. El mero hecho de que tiene dudas al respecto indica cuan poco sabe de mí y mi manera de pensar.
8.
En cuanto a la mezcla de colores, me gusta la idea del arco iris – cada color en su lugar. Pero no siempre funciona así. Si mezclamos pintura de todos los colores terminaremos con un lindo marrón monocolor y no con un arco iris.
Atte.,
Eliezer Shemtov
39.
Mensuario Identidad Montevideo, Octubre 2008
Respuesta a Shemtov y mucho más…
La Torá y sus interpretaciones, son tan importantes para un judío secular, como para Usted un creyente observante..
Según interpreto, el relato Bíblico y sus comentarios orales, Ud. lo adjudica a un creador superior, yo lo adjudico a la creación del pueblo hebreo; durante siglos, fuimos los hombres que creamos las leyes, ceremonias, símbolos, valores, normas, etc. y luego seguramente se fue mistificando el relato y sacralizando, como una necesidad humana de jerarquizar sus pensamientos y conductas sociales.
A la vez “El hombre interpreta que todo lo que él quisiera realizar y no puede, como, poseer inmortalidad, posesión, legislar leyes, tener poder, autoridad, etc. porque su finitud e imperfección no se lo permiten, en el reconocimiento de su propia limitación, “lo traspasa o proyecta a un ser superior, a un dios”, que es su ideal de ser; crea su dios a imagen de lo que él quisiera constituirse en su impotencia humana. Esta es en parte de la historia del hombre y de las religiones.
Pero estas creaciones humanas, contienen básicamente continentes éticos morales, que nos ligan sus principios a la “aldea global”; aunque no pasa lo mismo con la “institucionalidad religiosa” que impactan en la historia con connotaciones muy conflictivas.
¿Por qué me resulta importante la Torá? – Se preguntará –Mis raíces milenarias están constituidas por cada piedrita, por cada hecho histórico, por cada mito, que conformaron y construyeron los valores de nuestro pueblo. No se si Moisés bajó del monte con las tablas, pero son tan mías como suyas, no acepto monopolio de ellas. Los mandamientos representan una ética y una moral que es mucho más que religiosa; filosóficamente es parte de nuestra ética secular judía y no renunciaremos a ella. Ud la podrá rodear de interpretaciones superiores al hombre, singularidad que tolero en diferencia; pero nuestra cultura hebrea está basada en nuestra historia, que a la vez en gran medida fue integrada al mundo Occidental y cristiano.
El historicismo no confirma la existencia de Moisés (tampoco lo niega necesariamente) aunque solo se constata algún escrito 800 años después de su muerte. Nada se encontró tampoco en la civilización Egipcia, ni una palabra jeroglífica de la existencia de nuestro pueblo como esclavo en Mitzraim y ni una sola prueba de los múltiples grupos de arqueólogos que están investigando el desierto. No pudieron ellos encontrar la más mínima confirmación del éxodo de 40 años en el Sinaí. ¿Me preguntará entonces, en qué creo? Se lo comento, mito o realidad, ya no importa, en nuestra imaginación colectiva, se construyó el primer levantamiento de un pueblo contra un opresor, Pesaj mito o realidad tiene un valor que es irrenunciable; secularmente casi mágico, real o leyenda es parte de mi cadena milenaria de valores, por lo tanto es mío, y nuestro.
Quizás varios trozos de nuestro relato, es parte de sincretismos de otras creencias más antiguas. El propio Iom Kipur, ¿no sincretiza consecuencias del exilio Babilónico? Por otra parte, acaso en la Torá ¿hay alguna palabra que indique el ayuno en el día del perdón? ¿Con la vuelta del exilio Babilónico, Ezra y Nehemías no ayudaron a conformar la Torá en forma escrita? Con esto, solo trato de mostrar que ni las escrituras o creencias son eternas.
Pero Shemtov lo que más importa, no son los orígenes de las escrituras, sino los valores y referencias que contienen en parte las mismas. Para ello paso a relatarle lo que el Rabino Bittón relató en relación al “Talmud y la Cenicienta”. Esto es quizás la praxis revolucionaria que más nos puede mostrar una ética milenaria. Naturalmente adaptada al devenir, pero ello nos une como judíos y como humanos.
Análisis del Talmud y la Cenicienta
“La ley del más bello” del Rabino Bittón- Enfoque talmúdico: Cenicienta ¿es una chica débil? Aparentemente sí. Es pobre y huérfana. Y como muchos hombres y mujeres de esta sociedad en esas condiciones sufren penurias y abusos.
Propongo hacer un ejercicio mental-continúa R. Bittón- .Imaginemos ahora a la misma Cenicienta- recontextualizada, basada en Walt Disney pero mucho más normal. Sin una figura esbelta. Sin ojos azules ni cabellos rubios.
En suma sin las características físicas de la Cenicienta que Disney nos presentó. Nuestra Cenicienta reconstextualizada es más morocha, motuda, más bajita, dientes desparejos y algo gordita. Trataremos de imaginar ahora mismo el cuento….. la primera parte, la de la orfandad y el abuso, siguen cerrando bien…. Tratemos de imaginar a esta nueva Cenicienta ingresando al palacio real; suponiendo que de milagro no le hubiesen prohibido la entrada.
¿Podríamos concebir en estas condiciones la escena en la cual el Príncipe levanta sus ojos y observa con fascinación a esta Cenicienta? ¿Podríamos suponer que el Príncipe abandona a todas las demás damas que han venido a verlo para ir al encuentro de nuestra Cenicienta, que al fin y al cabo es más normal que aquella que dibujó Disney?
Continúa Bittón- Uds podrán apreciar que así, la historia no marcha….La belleza de la Cenicienta es vital para el cuento. Cualquier otra modificación que hubiésemos hecho, como: carácter, bondad, idioma, nada hubiera cambiado. Pero si no es muy atractiva el cuento no cierra ……………………..
Concluyo que en este cuento la belleza no es un elemento circunstancial. Es un punto crítico y excluyente. ….Recuerden cuando el príncipe descubre a la Cenicienta. Solo por verla descubre una fatal atracción. Esta historia de “amor a primera vista” “atracción hormonal” –Agregado de M.Z. Parecen las publicidades de cervezas…….atracción mutua de diez segundos, en la publicidad.-Fin agregado.
“De manera que el primer mensaje de la Cenicienta es algo engañoso y yo pondría algunos ajustes cosméticos. No es el triunfo del débil frente al fuerte, yo diría que el mensaje es de la sociedad visual y la superficial belleza puede representar un factor de poder inmenso, a veces más que el poder de la riqueza. En esa sociedad impera la ley de los más bellos. Es la conformación de nuestra sociedad tan esclava de lo visual, que acepta o discrimina a los demás, en primer lugar por sus formas corporales.
Continúa R. Bittón diciendo: lo dramático del episodio es que el Príncipe y la Cenicienta no hablaron palabra durante el baile…….Y luego Pregunta ¿Cómo se refleja todo esto en nuestra sociedad? ……….Si tomamos a la Cenicienta como un símbolo del paradigma de nuestra sociedad, …..Tenemos elementos subliminales, que es un clásico de Hollywood y la cultura mediática.”
Sin duda la interpretación del Rabino Bittón- nos recuerda los programas televisivos como “bailando por un sueño” pero mucho más, centra en el propio hombre los valores no superfluos……………
Sr Rabino Shemtov aspectos del análisis del Talmud nos unen como pueblo y humanos, profundos valores sociológicos se desprenden de una casi revolucionario análisis talmúdico de la Cenicienta, siempre que sus conclusiones no deriven concepciones cerradas y ultraortodoxas.
Quería concluir para todo concepto, que cuando la tolerancia y profundidad se nos integran, los hombres se unen, por encima de ideologías y las palabras sobran, en este hermoso texto profundamente humanista y pluralista..
Mauricio Zieleniec
40.
Mensuario “3030” – Apuntes y Contenidos de la NCI Mayo de 2008
Editorial
Ianai Silberstein
En los últimos meses la polémica de los “matrimonios mixtos” ganó la calle: la calle judía y la no judía. Curiosamente, el tema no surgió a través de una publicación comunitaria, sino a través de una publicación de distribución masiva. Con todo el cuidado que pone nuestra comunidad en su relación con el medio donde vive, esta polémica nos expuso y develó al resto de la sociedad a través de la prensa escrita, oral, y televisiva, uno de los temas más difíciles del judaísmo: quién es judío. Lanzado el tema a la órbita de la opinión pública, difícil eludirlo. Es más: es un tema que desde la NCI nunca ha sido eludido, y en repetidas oportunidades formulado claramente, en toda su complejidad y riqueza. Sin embargo, si bien nos sumamos al estupor ante los conceptos vertidos en aquella nota original, nos hemos tomado el tiempo para procesar el tema y procurar ofrecer, desde “3030” una aproximación al tema. Con la esperanza de educar, formar opinión, y sobre todo, rescatar la complejidad de temas tan judíos como humanos. Mucha gente sintió dolor y agravio ante opiniones tan tajantes, dogmáticas y absolutas. El camino que elegimos aquí desanda aquel de los prejuicios y xenofobias. No nos anima la polémica. La polémica no construye. Nuestro espíritu es construir.
El tema de los matrimonios mixtos es desde hace ya muchos años un tema insoslayable en todas las comunidades no ortodoxas del mundo y la región. Se incluye en todos los encuentros, en todas las publicaciones, y especialmente, se generan programas y realidades en la vida cotidiana que den lugar a la vida judía aún cuando uno de los integrantes de la pareja no es judío. Cada comunidad, cada rabino, define para sí cómo maneja estas situaciones desde el punto de vista de la halajá, la ley judía. Pero el tema existe y está sobre la mesa. Consecuentemente, tampoco se soslaya el tema de las conversiones. Hay dos formas de ser judío según la ley judía: nacer de madre judía o convertirse en judío. Del mismo modo, cada comunidad, cada rabino, pauta las exigencias y las formas de ingresar en el seno de nuestro pueblo.
Lo que resulta inadmisible es que, existiendo las formalidades requeridas, existan barreras infranqueables para el reconocimiento mutuo de las conversiones. Esto se explica sólo por motivaciones políticas , de poder. Lo que sí nos concierne es establecer, en forma clara e inequívoca, que desde el momento en que el amor entre judío y no judío es posible, nuestra responsabilidad como líderes comunitarios es crear los medios para construir familias judías y de esta forma generar (no pretendemos garantizar) la continuidad de la cual otros se consideran garantes, designados vaya a saber por quién…
En la NCI y en el Movimiento Masortí (Conservador) preferimos llamar a los conversos “judíos por elección” porque de alguna forma todos debemos, en algún momento de nuestra vida, elegir ser judíos; de este modo, y tal como lo reclama la tradición, nos igualamos nacidos judíos con los devenidos judíos; y porque si no somos capaces de elegir, en algún momento de nuestras vidas, el nuestro será un judaísmo frágil, aún cuando estemos felizmente casados con judíos genealógicamente correctos. Cabe preguntarse cuál amenaza es mayor para la asimilación.
Desde los albores de su historia de más de setenta años la NCI ha elegido ocuparse de estos temas, de acuerdo al contexto y la circunstancia histórica. Los tiempos cambian, las sociedades evolucionan. La NCI es una comunidad vibrante y profundamente judía. El fin último de la comunidad es hacer de todos los judíos del Uruguay a través de pautas claras y honestas. Los temas de identidad no se agotan en una editorial ni dos, ni en una publicación, ni en un debate público. Son tan complejos como complejos son los caminos del alma. El judaísmo nos ofrece un código ético, un marco para nuestras vidas, un camino posible para vivir como seres humanos dignos entre nuestros semejantes. Perder la dimensión humana del judaísmo es desperdiciar una de sus mejores características.
41.
Mensuario “3030” – Apuntes y Contenidos de la NCI Mayo de 2008
David Raij / Secretario de la NCI
La nota en la revista Galería de Búsqueda donde se presenta el libro Amores Imposibles del Rabino Eliezer Shemtov generó polémica e indignación en la calle judía y en la sociedad montevideana. La exposición mediática en radio y televisión permitió escuchar lo que los judíos y no judíos piensan y sienten al escuchar acusaciones de tradición e infidelidad, asociadas a una ofensiva metáfora de peces y pájaros, como si judíos y no judíos perteneciéramos a especies diferentes.
El Comité Central Israelita y las comunidades sintieron la necesidad de alejarse públicamente de muchas de las creencias, opiniones y prejuicios vertidos en el mismo, aclarando que los mismos representan una visión particular y minoritaria en el mundo judío.
La NCI decidió no participar de la polémica pública, por entender que la discusión no es sobre matrimonios mixtos o no. Ni siquiera debe ser sobre continuidad. El tema relevante es cómo construimos identidad judía moderna basada en fuentes y raíces de la tradición para que nuestra generación y las que nos siguen sean parte de una cadena de creación judía vibrante en el siglo XXI.
Este número de 3030, recoge algunas de las aristas y opiniones que ayudan a entender y construir identidad. El objetivo es confrontar y plantear el tema en el ámbito adecuado, con la profundidad y el respeto que el mismo merece. Para informarnos y reflexionar sobre realidades familiares que encontramos en lo cotidiano del Montevideo de hoy, donde los amores posibles presentan una realidad compleja. Hay amores donde la chispa lleva a que el no judío elija ser judío (antes del matrimonio o diez años después). Hay amores donde los hijos se educan como judíos en la escuela o tnuá, y eligen formalizarlo para su Bar/Bat Mitzvá. Hay amores donde los hijos descubren que el judaísmo les presenta desafíos, compromisos y oportunidades significativas. Siempre y cuando les demos la bienvenida.
42.
Respuesta al Mensuario “3030” (Enviada, recibida y no publicada.)
Montevideo, 26 de junio de 2008
Sr. Presidente de la NCI
Ianai Silberstein Presente
De mi mayor consideración:
Por medio de la presente quiero responderle a sus comentarios publicados en el número 2 del mensuario ‘3030’ referente a la entrevista publicada en la Revista Galería en relación a mi libro Amores Imposibles.
1.
Ud. dice:
“… nos sumamos al estupor ante los conceptos vertidos en aquella nota original…”
“Mucha gente sintió dolor y agravio ante opiniones tan tajantes, dogmáticas y absolutas. El camino que elegimos aquí desanda aquel de los prejuicios y xenofobias.”
Me llama la atención que alguien que pretende ‘desandar aquel de los prejuicios y xenofobias’, haya co-firmado una carta en contra de alguien sin siquiera haberlo hablado primero para verificar si los comentarios ‘ofensivos’ publicados en una entrevista fueron citados correctamente. Me llama doblemente la atención que aun después de haber cometido el error una vez, vuelva a repetirlo otra vez más, tildando mis opiniones todavía de ‘tajantes, dogmáticas y absolutas’ y mi camino como uno de ‘prejuicios y xenofobias’ sin siquiera haber hablado conmigo personalmente sobre el tema, y sin fundamentar en el artículo en qué basa sus diferencias conmigo.
Es evidente que no leyó el libro, porque si lo hubiese leído no tendría porque referirse a una mera entrevista…
Pregunto: ¿Con qué derecho moral critica a los prejuicios de los demás? ¿Está Ud. realmente libre de prejuicios y xenofobias o simplemente prefiere los suyos? ¿Por qué entiende que tiene el derecho de juzgar a alguien sin escucharlo? ¿Es esto un ejemplo de las ‘pautas claras y honestas’ de las cuales habla en su artículo?
2.
Pregunto: ¿Con cuáles de mis comentarios no está de acuerdo?
¿Acaso la NCI reconoce como válidos a los Matrimonios Mixtos? Ud. mismo dice en el artículo que hay dos maneras de ser judío: 1) nacer de vientre judío; 2) convertirse en judío por medio del proceso de Guiur.
Quizás Ud. se está refiriendo al tema de las conversiones. En la entrevista de Galería no se habló del tema. No tengo ningún problema con las conversiones bien hechas. Cuando hablo de ‘amores imposibles’, no me refiero a la relación entre un judío de nacimiento y uno que ha pasado por el proceso de Guiur.
Ud. dice que ‘lo que resulta inadmisible es que existiendo las formalidades requeridas, existan barreras infranqueables para el reconocimiento mutuo de las conversiones’.
Cuando dice ‘existiendo las formalidades requeridas’, ¿quiere decir ‘cumpliendo con las formalidades’? Cumpliendo con las ‘formalidades requeridas por Halajá’, no hay razón para que las conversiones no sean reconocidas. Quizás no está al tanto de las ‘normas vigentes’.
3.
Dice sumarse al estupor porque expuse el tema en público.
Dígame, por favor, ¿en qué foro comunitario habría que exponerlo?
Hay un incendio y ¿Ud. está preocupado porque se está gritando, molestando a los vecinos?
Entre los judíos que contraen matrimonio en el Uruguay, ¡hay más del 50% que optan por formar su familia con una pareja no judía! Ud., líder comunitario, no le preocupa el tema en sí, ¿sino que lo haya expuesto y develado? ¿Expuesto a quién? ¿Quién no sabe del tema? (Puede ser que los firmantes de la carta en Búsqueda fueron los últimos cinco en enterarse…)
El libro consiste de dos diálogos que mantuve con
jóvenes católicos quienes se dirigieron a mí en busca de respuestas a preguntas que tenían ellos – igual que cientos de miles o millones más – sobre por qué los judíos se oponen al Matrimonio Mixto, ya que los líderes de su talla no querían develarles el ‘secreto’ de por qué no…
En vez de apoyar mi gestión en este tema, Ud. la condena… 4.
Ud. dice referente a la aceptación de las parejas mixtas:
“Cada comunidad, cada rabino, define para si como maneja estas situaciones desde el punto de vista de la halajá, la ley judía.”
“Lo que resulta inadmisible es que, existiendo las formalidades requeridas, existan barreras infranqueables para el reconocimiento mutuo de las conversiones. Esto se explica sólo por motivaciones políticas, de poder.”
No creo que su apertura referente al tema esté basada en la halajá ni que mis exigencias estén basadas en la política o en el poder. Fíjese que la carta que Ud. firmó en Búsqueda dice claramente que no tengo poder político…. (cosa que me viene como anillo al dedo, porque me libera de cualquier tipo de sospecha infundada de la clase que Ud. pretende plantear, ya que ¿de qué interés político me habla si ni siquiera formo parte del sistema político comunitario?…)
Yo diría que se trata aquí de una proyección. Ud. me acusa de lo que Ud. mismo padece, ya que el aceptar situaciones que son halájicamente insostenibles se justifica cuando los objetivos son políticos. Cuando uno no puede ganar por la razón le queda la opción de ganar por la fuerza. De hecho, Ud. aplicó el uso de su poder para descalificarme sin conocimiento de causa.
Aclaremos las cosas entonces. No se trata aquí de dos propuestas halájicas alternativas; se trata de un enfrentamiento entre el poder de la razón versus el poder de la fuerza política basada en posturas más fácilmente ‘vendibles’.
Además de sumarse a los ‘estupefactos’ no ha expresado un argumento conceptual que aclare por qué o en qué no está de acuerdo con lo que dije. ¿Es que cree realmente que no tenga razón o simplemente le incomoda el hecho de que la tenga?
5.
Ud. dice:
“Lo que sí nos concierne es establecer, en forma clara e inequívoca, que desde el momento en que el amor entre judío y no judío es posible, nuestra responsabilidad como líderes comunitarios es crear los medios para construir familias judías…”
Antes que nada quiero aclarar que el título Amores Imposibles no implica que es imposible que un judío y un no judío se amen; el título es una adaptación de un comentario que hace el mismo chico, Juan, en uno de sus mails y cuya connotación es otra completamente…
En cuanto a sus comentarios:
¿Es este un ejemplo de los valores halájicos de los cuales habla?
¿Cómo puede decir que sus criterios se basan en la Halajá cuando dice ‘en forma clara e inequívoca’ que sus criterios de aceptación se mueven por el amor, (un criterio que no concuerda con la halajá en absoluto cuando de conversión al judaísmo se trata). ¿Acaso es el amor un justificativo para establecer la ley? Uno que mata por amor, por ejemplo, ¿está perdonado por haber sido fruto del ‘amor’? Es más que obvio que la ley no se maneja por los sentimientos.
¿Su ‘responsabilidad como líder comunitario’ implica facilitar las parejas mixtas o educar para evitarlas?
¿Es el estupor el resultado de un tema ideológico objetivo o de un tema emocional, psicológico y sociológico?
Entiendo que la política de aceptar matrimonios mixtos y realizar ‘conversiones’ a la imagen y semejanza de las necesidades ‘du jour’, ignorando la Halajá, ha creado un grave problema. Hay muchos que ya no están en condiciones de pensar objetiva y honestamente sobre el tema, ya que no podrían aceptar que las esposas e hijos de gran parte de su comunidad no sean judíos. Se ven forzados a redefinir las reglas del juego para no quedar ‘fuera del partido’.
Entiendo la desesperación. Es por eso que publiqué el libro. Mi intención no es desacreditar la judeidad de nadie, ni entrar en enfrentamientos. Mi intención es simplemente educar, tanto para poder buscar soluciones genuinas para aquellos que tienen el problema, como para evitar más errores en el futuro, ya que lamentablemente la mayoría de los matrimonios mixtos hoy en día se realizan por omisión y no por comisión.
Todo lo antedicho, no es para polemizar en forma estéril, o para ganar una discusión. Me tomé el tiempo para escribirle porque apuesto a su capacidad de ‘tomar el tiempo para procesar el tema’ y su convicción de que ‘el fin último de la comunidad es hacer posible la vida comunitaria de todos los judíos del Uruguay a través de pautas claras y honestas’.
Demás está decir que estoy abierto para dialogar y ayudar a Ud. y a la comunidad que Ud. preside en todo lo que esté a mi alcance para que sea cada vez más como debería ser. Si bien
Ud. y yo ocuparemos ‘asientos’ propios, estamos todos en el mismo ‘barco’ y nuestro destino como pueblo depende de todos. No podemos permitirnos el lujo de ignorarnos.
Sin otro particular, y a la espera de su respuesta, aprovecho para saludarlo muy atte.,
Eliezer Shemtov
43.
Respuesta a S. Prepucio (No enviada.)
Montevideo, 16 de junio de 2008 Estimado Matías
Leí con mucho interés tu artículo referente a la entrevista en Galería sobre mi libro, Amores Imposibles. Tocas muchos temas importantes y quisiera hacerte algunos comentarios al respecto.
1.
Escribís que ‘por suerte, la mayor parte de las grandes comunidades judeo-uruguayas reaccionaron sacando un comunicado en el que se distanciaban de las declaraciones y opiniones de Shemtov.’
Ojo de no confundir distanciamiento político con distanciamiento ideológico. Los firmantes de la carta que mencionas no lo hicieron porque estén necesariamente en desacuerdo con lo que dije, sino simplemente con el hecho que lo haya dicho.
Los firmantes de la carta en Búsqueda están muy atentos a las relaciones con la sociedad en general y entendieron que no era conveniente hablar del tema de la manera en que lo hice. No quiere decir que están en desacuerdo conceptualmente. Más bien, me han manifestado formalmente y por escrito que están de acuerdo con la oposición al matrimonio mixto (si bien no necesariamente por las mismas razones que yo expresé…).
2.
En cuanto al término ‘traidor’ al cual haces referencia, quiero reiterar mi aclaración publicada en Búsqueda (13.3.08) que a propósito no utilicé la palabra ‘traidor’, sino ‘traición’. No es una cuestión de semántica; encierra una gran diferencia conceptual. ‘Traidor’ implica un juicio a la persona mientras que ‘traición’ describe las implicancias y consecuencias del acto. Mi libro no tiene como objetivo condenar a ‘traidores’, sino evitar actos de ‘traición’ por medio de la educación sobre el tema. Muchos de tus amigos tomarán la decisión más importante de su vida – con quién casarse – con criterios que terminarán implicándolos a ellos y a sus hijos. Si toman las decisiones con conocimiento de causa es su responsabilidad; si lo hacen por ignorancia es (también) MI responsabilidad. No puedo permitirme el lujo de callarme.
Decís que mis comentarios sobre el tema de traición son ‘peligrosos’. No explicás por qué.
3.
Criticas mis comentarios sobre el tema de la compatibilidad de la pareja y realización de ‘potenciales’, diciendo que ‘el verdadero amor puede llevar a descubrir nuevos potenciales’.
En primer lugar quiero señalar que más del 50% de los matrimonios terminan en divorcio. En gran parte de los casos, el motivo es justamente porque uno o los dos se casaron con un ‘proyecto’, soñando con que la otra parte cambie… Cuando no se da, la pareja se deteriora…
De todas maneras, no se trata aquí de potenciales cualesquiera; se trata del potencial más esencial e íntimo del judío, o sea la propia identidad y sentido de pertenencia a su pueblo.
4.
En cuanto al tema del amor, decís: ‘tengo una mínima noción de lo que es el amor como para darme cuenta que si reducís una relación y la compatibilidad de una pareja a un único factor (…) terminas simplificándolo demasiado, y me hace pensar que tu idea del amor no es la misma que la mía…’
Decir que hay ciertas condiciones que son sine qua non para considerar a una persona como pareja no quiere decir que con esto uno lo esté reduciendo a un único factor, sino que arranca desde ahí. Decir que mi pareja debe ser judía no quiere decir que cualquier mujer judía me es compatible; quiere decir que cualquier mujer no judía no me es compatible como pareja…
5.
Transcribís una frase de la entrevista: “No nos casamos entre nosotros (los judíos) para ser felices. El objetivo no es la felicidad, el resultado puede serlo.” Y manifestás que estás muy en desacuerdo. Con mucha razón estás en desacuerdo.
Agradezco la oportunidad para aclarar dicha frase. Falta una palabra: ‘sólo’. O sea, tiene que decir: ‘no nos casamos entre nosotros sólo para ser felices…’ La idea que quise decir con esto es que el objetivo de formar una familia no es simplemente el de proveerme de felicidad. Formar una familia implica antes que nada mucha responsabilidad para con el pueblo del cual formo parte. La felicidad es el resultado en gran parte justamente de haber cumplido con dichas responsabilidades… En otras palabras, mi felicidad personal no debería estar a costa de mis responsabilidades para con mi familia y para con mi pueblo. Casarme con una mujer no judía puede que me haga feliz, pero atentaría contra mi responsabilidad como judío. Debo buscar una mujer que me haga feliz sin perjudicar mis responsabilidades familiares y nacionales.
6.
Decís que “lo que no respetas es que esa misma gente que hace las cosas porque cree (y pide que respetemos sus creencias) ataque las decisiones de quienes no creen, pero también fundamentan sus acciones en lo que sienten y/o piensan que es correcto.”
Hay que distinguir entre ‘atacar’ y ‘discrepar’ (con respeto). Si yo pienso que alguien está haciendo algo en su perjuicio o en perjuicio de los demás, ¿debería callarme por respeto? Entiendo que esta actitud no se llama respeto; se llama indiferencia. Si yo veo que alguien está haciendo algo incorrecto, tengo el deber moral de advertirle. Es uno de los 613 preceptos bíblicos: “No odies a tu hermano en tu corazón; rezóngale a tu prójimo…” (Lev., 19:17) Nuestros sabios explican que uno debe rezongar a su prójimo hasta 100 veces o hasta que lo amenace con agredirlo físicamente…
7.
Criticas mi siguiente comentario: “… la sangre arde y bárbaro, pero esa atracción se irá tarde o temprano. Si no queda una fundamentación profunda que nutra el amor ¿con qué se va a quedar? ¿Traicionó a su pueblo a cambio de qué? De un amor que no tiene un proyecto de vida sólido que lo justifique…”
Creo que no entendiste lo que quise decir. Mi punto es el siguiente: cuando uno se ‘enamora’, muy a menudo no piensa con la cabeza. La sangre arde y es difícil pensar fría y objetivamente. Sigue adelante sin pensar en algo más allá de vivir el resto de su vida con su amor…
Lo que pasa muy a menudo es que transcurridos unos años, ese ardor se disipa y uno se queda ante la situación de no tener la misma justificación emocional para seguir en la relación. Tampoco tiene un justificado objetivo, ya que la familia que creó tenía sentido solamente desde la óptica del ‘amor’ en su momento. En cambio, cuando uno crea una familia judía, basada también en el amor por supuesto, hay más elementos que justifiquen el proyecto además del amor original. Dichos elementos sirven a su vez para alimentar el amor; el amor resulta ser entonces una consecuencia y no simplemente la causa.
8.
Criticas el uso ‘simplista’ de la metáfora pájaro/pez.
La intención del uso de la metáfora del pájaro y el pez es muy simple. Ambos viven en ambientes esencialmente diferentes. Acceden al oxígeno de una manera esencialmente diferente. Ninguno puede respirar en el ambiente del otro. La única manera de que un judío pueda formar una pareja con una persona no judía es cuando deja de vivir como judío, (por más que siga siéndolo). No se trata de un simple detalle que está renegando… se trata de su propia esencia.
Hay que recordar: aunque haya – como señalas – pájaros que viven la mayor parte de su vida en el mar, vale aclarar que nunca llegan a poder vivir en el mar por más que intenten y por más cerca que lleguen… Simplemente no es su habitat natural.
Concluyo deseándote éxito en la formación de tu pareja. Que logres construir no solo una familia de judíos, sino una familia judía. Pero eso ya es tema para otro artículo…
Atte.,
Eliezer Shemtov
44.
Haaretz.com
1ro. de Junio de 2008
Sección: Rosner’s Guest.
Traducción libre del inglés
1.
Estimado Eliezer,
Éste es el problema con el que te tienes que enfrentar: Según dos estudios recientes, las posibilidades de que un matrimonio mixto eduque a sus hijos como judíos aumenta si la novia y el novio encuentran a un rabino que los trata bien y los casa.
He descrito los resultados en el párrafo que sigue, extraído de un artículo reciente:
En el estudio de Harvard, en el 54 por ciento de los matrimonios mixtos que optaron por el judaísmo en la ceremonia ofició un rabino – mientras que solamente 10 de las parejas que rechazaron al judaísmo habían sido casadas por un rabino. En otro estudio, también “los resultados revelaron que había una importante relación estadística” (aunque no un correlacionamiento perfecto) “entre la existencia de la celebración rabínica, incluyendo la educación judía de los hijos, la asistencia a la sinagoga en Rosh Hashaná y Iom Kipur y la ausencia de observancia del “cristianismo” en la vida familiar.
De modo que, al decir que “no”, estás haciendo que disminuyan esas posibilidades. ¿No es tu responsabilidad tratar de “salvar” a los niños?
Saludos
Shmuel
Estimado Shmuel,
Gracias por el desafío y la oportunidad de tratar este tema tan importante.
Primero de todo quisiera destacar que el objetivo de mi libro no es un intento por explicar cómo tratar el tema de los matrimonios mixtos, sino por qué el verdadero judaísmo no los aprueba. Mi libro incursiona en los temas medulares de lo que significa ser judío, cuál es el concepto judío de matrimonio y por qué un judío solamente debe casarse con otro judío.
Pienso que antes de tratar el tema de los matrimonios mixtos ‘sobre el terreno’ y buscar soluciones, es extremadamente importante la comprensión de estos temas a nivel conceptual.
¿Se es judío como resultado de comportarse ‘judaicamente’ o comportarse ‘judaicamente’ solamente tiene sentido para alguien que es judío? De cualquier manera, ¿qué implica comportarse judaicamente? ¿Qué es lo que logra la conversión al judaísmo? ¿Es una mera formalidad? ¿Es una verdadera transformación? Y, en ese caso, ¿a qué nivel? ¿Cuáles son las condiciones necesarias para que una conversión tenga algún efecto verdadero?
La forma en que demos respuesta a estas preguntas determinará el camino en que encaremos el desafío de los matrimonios mixtos y las opciones que podamos considerar como soluciones verdaderas.
En oposición a otros sistemas de derecho, en la Halajá, que es un sistema de normas basadas en la Ley de D-os, es el derecho el que define la realidad; no viceversa. Por lo tanto, no podemos re-definir quién o qué es judío en base a realidades demográficas cambiantes.
Con respecto a ‘salvar’ a los niños de matrimonios mixtos: Antes que nada, se debe hacer una distinción entre los matrimonios en los cuales la mujer es judía y aquellos en que el judío es el hombre. En el caso en que una mujer judía se haya casado con un no judío y sus hijos son judíos, se sobreentiende que se deberán hacer todos los esfuerzos por brindarles una adecuada educación judía. Eso no significa que se deba apoyar a priori la decisión que contraigan matrimonio dado que una unión de este tipo, además de no estar autorizada por la Torá, probablemente someterá a los niños a una malsana crisis de identidad y a un injusto sufrimiento emocional. En un caso así, se estudia la opción de convertir al no judío para ver si es una opción sincera. Cuando el hombre es judío y la mujer no lo es, yo pregunto: ¿Por qué se consideraría una ‘salvación’ convertir a sus hijos al judaísmo? ¿Qué tiene de malo que sean no judíos observantes de las siete leyes noájidas? ¿Por qué educar a ese niño o niña como judío o judía cuando, en realidad, no lo es? ¿Por qué imponerle una identidad ajena?
Una de las cosas maravillosas que encuentro en el judaísmo es que no solamente toleramos a quienes no son judíos, sino que los respetamos por lo que son. No intentamos ni aspiramos a que se conviertan en judíos aunque, si sinceramente decidieran hacerlo, los aceptaríamos como tales. D-os quiere que los judíos sean judíos; no quiere que no judíos sean judíos (a menos que, por propia voluntad, elijan convertirse en judíos; en ese caso, son aceptados).
El pueblo judío ha sobrevivido no solamente porque, de hecho, los judíos no se casaban fuera de su fe sino porque tenían un claro conocimiento de quiénes eran y lo que esto implicaba (y, por lo tanto, no debían casarse con quienes no eran judíos).
Hemos sobrevivido como judíos no solamente porque ‘vivimos como’ judíos, sino porque somos judíos. Ser judío implica una condición personal, no solamente una circunstancia. Cuando bajas el nivel con respecto a la definición de quien o qué es judío, no ganas judíos; pierdes el judaísmo.
La aplicación de la ley depende de cada caso individual, juzgado por una calificada autoridad rabínica, en base a sus propios méritos.
Sin embargo, los conceptos y definiciones expresados en el libro son fundamentales, de aplicación universal e indispensables al momento de encarar los temas de manera sincera y honesta.
2.
Estimado Leizer,
Pero dime ¿esta batalla no está ya perdida? Mira los datos que te presento: el 50% de la generación más joven de judíos optará por una pareja no judía. ¿No sería mejor
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encontrar la manera de aceptar, en lugar de rechazar, a todas esas personas?
Saludos,
Rosner
Estimado Shmuel,
La batalla nunca está acabada, incluso para quienes opten por un matrimonio mixto, y está muy lejos de estar terminada para el resto de quienes decidimos no contraer matrimonio fuera del judaísmo.
El judaísmo no es un sistema de normas que fueron inventadas por los judíos para ser exitosos o ganar competencias contra otras naciones. El judaísmo está basado en hacer lo que D-os quiere que hagamos. En otras palabras, el principio esencial de la ley judaica es la búsqueda de la verdad de D-os y la adhesión a ella, más allá del utilitarismo.
Imagínate si el gobierno de los Estados Unidos hubiera empleado el argumento que tú sugieres: “X% de los ciudadanos norteamericanos son fumadores. La batalla ha terminado. Vamos a declarar que fumar es saludable”.
Obviamente, la verdad no se determina por voto popular. No importa cuántas personas fumen, eso no hará que sea una actividad saludable. No importa cuántas personas contraigan matrimonio con no judíos, siguen existiendo solamente dos maneras de llegar a ser judío, por haber nacido de madre judía o por conversión. En este último caso, debe ser conforme a los criterios establecidos por la Halajá.
No está en nuestro poder cambiar la definición de D-os con respecto a quién es judío. Pero sí está el poder de educarnos a nosotros mismos y a los demás con respecto a lo que significa ser judío.
Suponte lo siguiente: El proyecto más reciente del Sr. Michael Steinhardt para salvar a la judería norteamericana de la asimilación es crear escuelas judías seculares, “ya que la mayoría de los judíos no son religiosos …” Yo diría que la lógica funciona al revés: dado que en la actualidad la mayoría de los judíos no se identifica con el aspecto religioso del judaísmo, se debería invertir más en mejorar la calidad de la educación judía, para hacerla más atractiva y adecuada, en lugar de tratar este desinterés como si fuera “una batalla perdida”.
3.
Soy padre de dos criaturas y, durante un tiempo, traté de explicarles por qué es importante casarse con un judío. En el peor de los casos me tildan de racista o, en el mejor, me consideran anticuado. ¿Cómo le presentarías el caso, de manera convincente, a un joven no ortodoxo?
Gracias por tus pensamientos, Neil R.
Toronto
Estimado Neil,
Gracias por tu pregunta.
Bueno, puedes empezar por leer el libro ….;)
Puedes leer la mayor parte acá, online. (www.matrimoniomixto.com)
Mientras tanto, permíteme señalarte que hay un malentendido básico con respecto al concepto del racismo.
Estamos frente al racismo cuando yo digo que puedes casarte con cualquiera menos alguien perteneciente a la raza o religión X, Y o Z. Cuando yo digo que no deberías casarte con nadie que no pertenezca a los nuestros, no es una afirmación de corte racista; es de auto-preservación.
Por definición, un judío es parte de una nación. Eso implica responsabilidades a la vez que privilegios. La principal responsabilidad hacia la nación a la que él o ella pertenece es perpetuar y defender su integridad y fortaleza. Una de las maneras más importantes de llevarlo a cabo es a través de la creación de una familia judía. La única forma de hacerlo es a través del casamiento con otra persona judía. Por supuesto que, cuando alguien se ve enfrentado a la elección entre la aparente felicidad personal y los intereses vitales del pueblo judío, muchas personas sucumben ante la primera opción a costa de la segunda. El desafío es educar a la nueva generación para que así puedan comprender que los dos objetivos están entrelazados, y que no se puede alcanzar verdaderamente el primero sin el segundo.
Eliezer
P.S. Quizás el siguiente argumento que le escuché a mi colega, el Rabino Eli Silverstein, pueda convencer a un joven que no es ‘chapado a la antigua’: Estamos en contra de los matrimonios mixtos porque creemos en la biodiversidad …. No queremos que se extingan los gentiles …
4.
Estimado Rabino,
¿Qué posición tomaría con respecto al hecho que haya judíos que no pertenecen a la rama ortodoxa y que contraen matrimonio con no judíos? ¿Cómo evitar la creación de “dos pueblos judíos”?
Gracias,
A Lamir,
Jerusalem
Estimado Avi,
Le agradezco su pregunta.
Antes que nada, no estoy de acuerdo con la expresión que usted emplea: ‘judíos que no pertenecen a la rama ortodoxa’. Aunque un judío sí sea parte del pueblo judío, no puedo decir que él o ella ‘pertenece’ a un movimiento en particular; las ideas que decidimos abrazar pertenecen al individuo, no viceversa.
No hay diferencias, en lo que se refiere a su pertenencia al pueblo judío, entre quienes suscriben a las interpretaciones ortodoxas, conservadoras o reformistas del judaísmo, con todas las responsabilidades que esto implique. Se es judío, o no se es judío.
Por lo tanto, un judío ‘reformista’ que se casa con una judía ‘reformista’ tendrá hijos judíos, mientras que un judío ortodoxo que se casa con una mujer no judía tendrá hijos que no van a ser judíos.
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La pregunta que usted me plantea con respecto a dos naciones judías es una cuestión muy seria. En una carta fechada el 8 de Adar, 5719 (1959), el Rebe de Lubavitch, que su mérito nos proteja, en respuesta a la consulta del Primer Ministro David Ben Gurión con respecto al tema de la Ley del Retorno, trata detalladamente acerca de los peligros para con la unidad nacional, e incluso la seguridad nacional, en lo que se refiere a intentar cambiar el criterio que define quién es judío. La única manera de evitar estos peligros, escribe el Rebe, es a través del cumplimiento del criterio original, tradicional y probado por el tiempo, tal como ha sido definido en la Halajá, es decir que judío es aquel individuo nacido de madre judía o que se ha convertido de acuerdo al criterio de la Halajá.
La manera de evitar que el pueblo judío se divida en dos pueblos es adherir al único conjunto de criterios aplicable a todos con relación a Quien es Judío, uniéndonos así en nuestra definición, en vez de permitir criterios alternativos que causarían una división.
Eliezer
5.
Estimado Leizer,
Te pido me disculpes por lo que te digo, pero creo que tu respuesta a la pregunta sobre “dos pueblos judíos” no trata el verdadero problema: ¿qué haces con el 50% de los judíos (o en realidad el 50% de los hombres judíos) que en la actualidad se casan con mujeres no judías? Muchos de los hijos de estas parejas se consideran a sí mismos judíos. Tú crees que no lo son. Bueno, ahí lo tienes – dos pueblos judíos.
¿Hay alguna manera de resolver este tema? Saludos,
Rosner
Querido Shmuel,
Creo que el tema se reduce a la siguiente pregunta: ¿cuál es el vínculo entre una nación, sus miembros y sus leyes?
En general es la nación la que define sus leyes: después de todo, las leyes han sido establecidas por la nación para asistirla en su funcionamiento. Las normas y leyes sirven a sus creadores y pueden ser reajustadas cuando se presenta la necesidad de hacerlo.
Sin embargo, con respecto al pueblo judío la situación es diferente, se da lo contrario. Nosotros no definimos las leyes; las leyes dadas por D-os en la Torá nos definen a nosotros como también al rol que nos corresponde, como también el que tiene toda la humanidad. La función de un Rabino no es decidir lo que él piensa que está bien sino, ante cualquier situación, decidir lo que él cree que D-os piensa que está bien.
La manera en que podemos acceder a los ‘pensamientos’ y ‘deseos’ de D-os es a través de la Torá y las normas de interpretación y aplicación que nos fueron entregadas junto a ella, que en sus expresiones prácticas, constituyen la Halajá.
Estos son los fundamentos básicos de la creencia judía. Quienquiera que tome decisiones que no estén dentro del contexto de este sistema, en esencia está eligiendo adherir a un comportamiento y a valores que no son judíos, porque es la Torá la que define lo que quiere decir ‘judío’.
Comportarse de una manera independiente de este sistema no conduce a dos pueblos judíos; lleva a la asimilación o a la creación de un pueblo no judío, como la historia ha demostrado una y otra vez…
La verdadera preocupación por quienes contraen matrimonio fuera de la comunidad, o por sus hijos, ante todo debería promover a que los hiciéramos conscientes de la verdad y de que sus vidas pueden y deben ser vividas de acuerdo con esa verdad.
No hay atajos.
Eliezer http://www.haaretz.com/news/eliezer-shemtov-1.246997181
45.
Extracto de la disertación presentada por el Rabino Eliezer Shemtov en la
Mesa Redonda sobre el libro Amores Imposibles organizada por el
Dpto. de Estudios Judaicos de la Universidad ORT
Montevideo, Uruguay, 4 de agosto, 2008.
La publicación del libro Amores Imposibles ha despertado una verdadera tormenta comunitaria. Quizás no tanto por la publicación del libro en sí como por las entrevistas cedidas a los medios sobre la temática del libro.
Los temas inmediatos que surgieron fueron varios: 1) si había que ventilar estos temas internos en los medios públicos; 2) si la postura que expresé era representativa de la opinión general de la colectividad judeo-uruguaya o no; 3) si tenía derecho o no de hablar del tema públicamente. Toda la polémica pública está documentada en www.amoresimposibles.org.
Con el tiempo, la polémica maduró y estos temas – también importantes por cierto – cedieron su lugar ante discusiones sobre temas más sustanciales como, por ejemplo, si tenía razón o no en mis planteos. Y en caso que sí, qué había que hacer con los tantos casos de matrimonios mixtos, sus hijos y familias. Cómo hacer para evitarlos en el futuro sin agredir y perder a los que ya lo han hecho, conscientes o no de las implicancias de sus acciones. Qué derecho tenía un rabino, y ortodoxo todavía, para opinar y entremeterse en la vida privada de la gente no religiosa? Quién tenía la autorización para definir quién era judío?
Estos temas son muy amplios y merecen sus propios espacios de debate. Me remitiré aquí a comentar sobre algunos planteos específicos que me han expresado en reiteradas oportunidades.
  1. No será discriminatorio decir que no quiero que mis hijos se casen con alguien que no sea judío? Cómo te gustaría que te digan que no quieren casarse contigo porque eres judío? No fomentará esto el antisemitismo.
  2. No es discriminatorio hablar de diferencia de almas, de un pueblo elegido? No suena a la super raza nazi?
  3. Qué es eso de amores imposibles? Hay muchos matrimonios mixtos que se aman y son prueba de que el amor interconfesional es posible!
  4. Con qué derecho tildo de traidor a aquellos que optan por casarse con quien su corazón les dicte? No fomenta esto la intolerancia?
Veamos los temas punto por punto:
Discriminación.
Cada mañana y cada vez que nos llaman a leer la Torá, y por primera vez cuando el niño cumple Bar Mitzvá, pronunciamos una bendición que en la cual proclamamos que D-os nos eligió entre las naciones y nos dio Su Torá.
Ser judío implica pertenecer a un pueblo que tiene responsabilidades especiales. Sí, D-os nos eligió de entre las naciones. Pero ¿Para qué? Nos eligió – como explica la bendición – para darnos Su Torá, para que llevemos adelante una vida con un contenido espiritual definido en ese código… No para que explotemos a las demás naciones, no para tener una vida más fácil… fíjense que nos dio 613 obligaciones mientras que a las demás naciones les dio nada más que siete…
¿Acaso podemos comparar esto con la “super raza” aria? Ellos se auto-adjudicaron un estatus de “superiores” y con eso el derecho de exterminar a quienes consideraban inferiores a ellos, al mejor estilo Darwiniano, la supervivencia del más fuerte. Nuestra condición de “elegidos” implica todo lo contrario: estar al servicio de las demás naciones, cumpliendo el rol de ser portavoces de la conciencia de la humanidad…
Además: uno que no era ario no tenía la manera de convertirse en uno. En cuanto al pueblo judío, cualquier ser humano puede optar por convertirse en judío, si lo desea con sinceridad. Por un lado, respetamos a cada ser humano por lo que es, no hace falta ser judío para gozar de la gracia Divina y de un lugar privilegiado en el paraíso, pero si opta por integrarse al pueblo judío con sinceridad, está más que bienvenido, no importando de qué raza proviene. No veo dónde en esta postura se ve discriminación racial….
No nos olvidemos de un detalle importante: lo del Pueblo Elegido surge de la Biblia; no es un invento nuestro. La
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mayoría de la población mundial occidental cree en la veracidad de este documento, la Biblia, que declara que el pueblo de Israel es el pueblo de D-os, un “reino de sacerdotes y un pueblo sagrado”. No depende de nosotros pertenecer a esta condición; sí está en nosotros optar entre respetarla o ignorarla.
De ahí llegamos a la siguiente pregunta:
¿Qué es eso del pájaro y el pez? ¿Almas diferentes? Somos todos seres humanos!
El ejemplo del pájaro y el pez fue utilizado justamente porque representan dos realidades incompatibles, pero no por su superioridad o inferioridad.
El que no sabe discriminar entre, terminará discriminando en contra. Si una madre le da leche a todos sus hijos, sin darse cuenta que uno de ellos tiene intolerancia a la lactosa, no le estaría haciendo ningún favor al no discriminar…
Del mismo modo, el judío tiene sus necesidades que son diferentes del que no lo es. Por más que uno trate de salir de la diferencia, la diferencia seguirá estando en él.
Por ejemplo: cuando estalla una bomba en Israel, ¿cómo reacciona un judío y cómo reacciona un no judío? El judío siente que atacaron no a un hermano sino a él mismo. El que no es judío, por más amigo que sea, lamentará lo que le hicieron a “Uds.” o a “ellos”. Es una cuestión de piel. “Viene de fábrica” así.
El judaísmo ortodoxo entiende que cada ser humano juega un rol importante en el plan Divino de la Creación. El judío no tiene por qué “tolerar” al no judío. Lo respeta y lo valora como socio en el objetivo común de tikun olam, de perfeccionar al mundo, cada uno desde su lugar único y especial.
Con esto se entiende cuando hablamos de “almas” diferentes. No se trata de superior o inferior. Implica que cada uno tiene su condición y necesidades particulares y reacciona en forma diferente a las cosas.
¿Cómo te gustaría que te digan que no puedes ser socio de un club deportivo porque eres judío?
Es una pregunta muy fuerte, pero a la vez muy fácil de contestar.
No es lo mismo decir que todos pueden entrar menos fulano, que decir nadie puede entrar menos mengano.
Cuando yo digo que todos pueden entrar menos fulano estoy discriminando en contra de él. En cambio cuando digo que nadie puede entrar menos aquel que comparte ciertas características comunes, no estoy discriminando en contra, sino reafirmando mi propia identidad a lo cual tengo el pleno derecho.
Decir que quiero que mis hijos se casen con judíos porque así lo determina mi religión o para que el judaísmo se perpetúe, no es una declaración en contra, sino en pro.
¿Amores imposibles?
Me han desafiado y hasta salió gran parte de una publicación comunitaria local sobre el tema de amores imposibles. ¿Por qué imposibles?
Se ve que no leyeron el libro, y juzgaron el libro por su tapa, o peor aun, en base a una entrevista sobre el tema.
Les contaré el origen y el significado del título.
El título Amores Imposibles sale de un comentario que Juan hace en referencia a su novia judía. Se refiere a ella como su “amor (virtualmente) imposible”, por no poder plasmarlo.
No implica que no es posible amarse; implica que ese amor no puede llegar a plasmarse en el plano del matrimonio, por ser prohibido por la Torá.
La palabra “traidor”
Es una palabra muy fuerte.
Hiriente.
Estoy de acuerdo; por eso no la utilicé.
Creo que corresponde simplemente reiterar mi carta publicada en el semanario Búsqueda en la cual aclaro que no usé la palabra “traidor”, sino “traición”. No es una cuestión de semántica; encierra una diferencia conceptual. El libro no es un planteo político, sino educativo. El
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objetivo no es condenar, sino educar. No fue escrito con odio, sino con amor y preocupación genuina por todos aquellos que han y están tomando decisiones sin estar conscientes de las implicancias y consecuencias de las mismas.
A veces tiendo a pensar en inglés y quizás la palabra “traición” fue una traducción incorrecta de la palabra inglesa “betrayal”
Quizás la palabra “abandono” hubiese captado más fielmente la idea que quise decir equivocadamente con la palabra “traición “.
El libro no tiene como objetivo provocar el enojo; es nada más que un intento de compartir los fundamentos por los cuales durante miles de años los judíos nos oponemos a los matrimonios mixtos.
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46.
El País Cultural
Montevideo, 11 de Abril de 2008
HAY QUE LEER Amores Imposibles
de Eliezer Shemtov
PORQUE ES un sorprendente diálogo entre un rabino residente en Uruguay y dos jóvenes cristianos sobre el problema de los matrimonios mixtos entre judíos y no judíos.
El libro reproduce el intercambio vía e-mail entre Shemtov y los jóvenes, un uruguayo y una argentina, que recurren al consejo del religioso, cuya lógica aristotélica resulta implacable.
Ambos jóvenes tienen parejas judías y ven peligrar su proyecto de matrimonio al sentirse rechazados por su condición de goy, de no judíos.
Sorprende la honestidad de los argumentos de las partes, el tono respetuoso, esclarecedor y de apertura al diálogo, elementos que atentan contra posibles reduccionismos y simplificaciones.
El rabino, que defiende la imposibilidad de los matrimonios mixtos (de ahí el título) en forma paradójica ofrece herramientas para que los otros “matrimonios mixtos” entre judíos y no judíos, los del libre albedrío, sí puedan funcionar.
(Empiria/América Latina)
47.
Revista Kesher 27 Montevideo, Otoño 2008
El Pluralismo Fundamentalista
Rabino Eliezer Shemtov
¿Pluralismo Fundamentalista? ¿Será posible?
La Real Academia Española define Pluralismo y Fundamentalismo de la siguiente manera:
pluralismo.
m. Sistema por el cual se acepta o reconoce la pluralidad de doctrinas o posiciones.
fundamentalismo.
1. m. Movimiento religioso y político de masas que pretende restaurar la pureza islámica mediante la aplicación estricta de la ley coránica a la vida social.
2. m. Creencia religiosa basada en una interpretación literal de la Biblia, surgida en Norteamérica en coincidencia con la Primera Guerra Mundial.
3. m. Exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida.
¿No sería una contradicción, entonces, hablar de “Pluralismo Fundamentalista”? Son dos términos que representan ideas y actitudes aparentemente opuestas e irreconciliables, el primero aboga por el respeto hacia la libertad de expresar las ideas sin discriminación, mientras que el segundo implica que todos deben adherirse a un mismo sistema de pensamiento bien rígido y definido, sin lugar a expresiones personales.
Por lo general la gente asocia el pluralismo con la laicidad y el fundamentalismo con lo religioso. O sea, el que tiene una forma de pensar laica respeta el derecho de todos a pensar como quieren (siempre y cuando no infringe los derechos de los demás…) mientras que el que tiene una forma de pensar religiosa tiende a tratar de imponer sus ideas en los demás por medio de la persuasión, imposición o conversión; no respetan la diversidad y el derecho a pensar en forma independiente.
¿Cómo y dónde, entonces, surge esa idea del Pluralismo Fundamentalista? Uno es o pluralista o fundamentalista, ¿no?
Humildemente sugiero que no. He visto más de una vez expresiones de Pluralismo Fundamentalista. He aquí una experiencia que he tenido últimamente.
Hace poco tuve la oportunidad de ser invitado por un programa de televisión para hablar sobre la temática de mi libro, los Matrimonios Mixtos.
Poco después se me acerca una joven y me dice: “Vi la entrevista y le quiero decir que lo que dijo representa nada más que su opinión personal.”
“Gracias por tu comentario,” le dije. “De hecho, no hablé en nombre de nadie, Pero decime, de todo lo que dije en la entrevista, ¿con qué es que te parece que la gente no está de acuerdo?”
Silencio.
Le reiteré la pregunta, asegurándole a la joven que no era mi intención entrar en polémica con ella; simplemente me interesaba saber cuál era la opinión de la gente que pensaba diferente a mí.
Silencio.
Me puse a pensar, si lo que dije le conmovió tanto como para venir a decirme que no estaba de acuerdo, ¿por qué no me decía con qué no estaba de acuerdo? Ahí me pregunté: ¿Será que no estaba en desacuerdo con algo específico que yo haya dicho sino que le molestaba el hecho que yo realmente creía que tenía razón? ¿Será quizás que eso le molestaba no porque ella creía tener la razón, sino porque partía de la base de que no existía la razón?
Ahí me di cuenta de que no era la primera vez que me pasaba. No me había dado cuenta antes, pero ahora se me hizo más claro. Acababa de descubrir el fenómeno del Pluralismo Fundamentalista. Una cosa es decir que todos tienen el derecho a expresar sus ideas para así llegar a la verdad; otra cosa es definir de antemano que todas las opiniones son igualmente válidas porque no existe una verdad! No es lo mismo decir que el que dice 2+2=5 tiene tanto derecho a opinar como el que dice que 2+2=4, que decir que ambas opiniones son igualmente válidas…
Si mi tesis es correcta, estamos ante una especie de fundamentalismo muy cínico y peligroso. Cuando se trata de un fundamentalismo de la ‘vieja escuela’, todo el mundo sabe que aquí se trata de un sistema de pensamiento que desconoce el derecho a todo el mundo a definir lo que es correcto o no; hay unas bases reveladas sobre las cuales se construyen los sistemas. No, no hay libertad personal absoluta según ese sistema de pensamiento. En cambio cuando hablamos del Pluralismo Fundamentalista, estamos ante un gran engaño cínico; pregona la libertad de pensamiento a la vez que se adjudica el derecho de definir los límites de esa libertad, i.e. ‘no existe una verdad absoluta’. (Y todavía tiene la audacia de creer en ese postulado como una verdad absoluta!)
Además de ser engañoso es una actitud sumamente arrogante y soberbia. Implica que uno sabe todo y sabe que no existe una verdad absoluta y todos pueden optar por su verdad personal, ya que no existe una verdad a la cual todos deberían someterse.
‘¿Cuál es, entonces, la verdad?’ me preguntará.
Según el tema en discusión, yo te contaré lo que yo creo es la verdad. Si no te gusta mi verdad, demostrame dónde falla y por qué pensás que la tuya es más válida que la mía. Pero, por favor, no me ‘desenchufes’ el diálogo con un ‘esa es tu opinión a la cual tenés derecho; yo, también, tengo derecho a la mía…’
Nadie está discutiendo tu derecho a opinar… decí qué es lo que opinas, más allá de opinar que tienes derecho a opinar…
Veamos las definiciones nuevamente.
Según la definición citada, el pluralismo no obliga “la pluralidad de doctrinas o posiciones”; simplemente las “acepta o reconoce”. Del mismo modo, el fundamentalismo no está relacionado necesariamente con lo religioso, sino implica más ampliamente la “Exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida”. Ese sentido de fundamentalismo es aplicable aun (o especialmente) cuando se trata de obligar la aceptación de “la pluralidad de doctrinas o posiciones” por no aceptar y no reconocer el derecho de la doctrina o posición que dice que sí existen verdades absolutas y que hay que buscar hasta encontrarlas.